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Complejo De Amigos

Complejo De Amigos

Status: Terminada
Genre:Completas / Harén / Maltrato Emocional / Malentendidos / Dejar escapar al amor / Juego del gato y el ratón / Mujer despreciada
Popularitas:3.3k
Nilai: 5
nombre de autor: valeria isabel leguizamon

son amigos de la infancia se quieren como hermanos pero ella siente algo más que una amistad ¿un amor no correspondido por él?

NovelToon tiene autorización de valeria isabel leguizamon para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capitulo 9 nuevos comienzos

El sol brillaba con fuerza al día siguiente, iluminando las grandes ventanas de la mansión de Axel. Amelia se despertó temprano, como si su mente no pudiera descansar después de todo lo que había pasado. El día anterior había sido un torbellino de emociones, pero algo había cambiado en ella. Estaba lejos de casa, pero al mismo tiempo, sentía que por fin estaba tomando control de su vida.

Axel estaba en la cocina cuando Amelia bajó. Él la miró y le sonrió, como si ya estuviera acostumbrado a tenerla allí.

— Buenos días — dijo él, sirviéndole un café. — Espero que hayas dormido bien. Si necesitas algo más, no dudes en decirme.

Amelia le devolvió la sonrisa, aún algo atónita por la amabilidad de Axel, que parecía dispuesto a hacer todo lo posible por ayudarla.

— Gracias, Axel — dijo, agradecida. — Todo está bien... aunque, sinceramente, estoy tratando de asimilar todo esto. No me esperaba estar aquí.

— Lo entiendo — respondió Axel con una sonrisa tranquila. — Pero hoy vamos a dar un paso adelante. Te ayudaré a conseguir trabajo. Sé que no quieres quedarte aquí todo el tiempo, así que es hora de que empieces a ganar algo por ti misma.

Amelia lo miró sorprendida. Había estado tan centrada en los problemas personales que ni siquiera había considerado la posibilidad de conseguir un trabajo. Pero ahora que Axel lo mencionaba, se dio cuenta de que era una excelente idea.

— ¿De verdad puedes ayudarme con eso? — preguntó, un poco nerviosa. — No sé si soy lo suficientemente buena para algo.

Axel la miró de manera decidida, como si confiara plenamente en ella.

— Claro que sí. Tienes muchas cualidades, Amelia. Sé que puedes hacerlo. Vamos a ver qué opciones hay. Podrías trabajar en un café, en una tienda... ¿Quién sabe? Lo importante es que empieces a dar pasos hacia tu independencia.

El rostro de Amelia se iluminó con una mezcla de gratitud y esperanza. Estaba emocionada por la oportunidad que Axel le estaba brindando. Ella no quería depender de nadie, especialmente de su madre o de Stiven, quienes, a pesar de ser parte de su vida, no la comprendían.

Después de un desayuno ligero, Axel la llevó en su coche a un centro comercial cercano, donde sabía que había varias tiendas que podrían estar buscando empleados. Mientras conducían, Axel le explicó algunas cosas sobre el mundo laboral, lo que le dio a Amelia una nueva perspectiva.

— No te preocupes por nada — dijo Axel mientras aparcaba cerca de una tienda de ropa. — Aquí puedes empezar como asistente de ventas. Lo bueno de este trabajo es que puedes aprender mucho, y a veces incluso obtener un descuento en la ropa. ¿Qué opinas?

Amelia, aunque algo nerviosa, se sintió aliviada por la forma en que Axel hacía que todo pareciera más sencillo. Se sentía capaz de hacerlo, solo necesitaba dar el primer paso.

— Creo que es una buena opción — respondió, sonriendo tímidamente. — Gracias por ayudarme. No sé qué hubiera hecho sin ti.

Axel le dio una palmada en el hombro y, antes de que Amelia pudiera protestar, entró con ella en la tienda. Después de hablar con el encargado, rápidamente quedó claro que podían darle una oportunidad para trabajar allí. Amelia salió de la tienda con una sensación de orgullo, aunque también de incertidumbre. Pero, por primera vez en mucho tiempo, sentía que había dado un paso positivo en su vida.

Cuando salieron, Axel la miró con una sonrisa satisfecha.

— Lo ves, todo salió bien. Ahora tienes algo que es solo tuyo. Vas a hacerlo genial, ya lo verás.

Amelia asintió, sintiéndose más fuerte. Pero justo cuando pensaba que el día continuaría en calma, un ruido familiar le heló la sangre.

— ¡Mira quién está aquí! — gritó una voz burlona desde la esquina.

Era Stiven, seguido de algunos de sus amigos, que caminaban hacia ella con la típica arrogancia que tanto la irritaba. Amelia se tensó y, sin pensarlo, se acercó un poco más a Axel, como si su presencia fuera un escudo protector.

— ¿Qué tal, Amelia? — dijo Stiven, con una sonrisa de suficiencia. — Parece que te has encontrado un buen lugar para esconderte, ¿no? Seguro que ahora te crees muy importante, ¿verdad?

Axel, al ver la tensión en el aire, se acercó rápidamente a Amelia, colocándose a su lado. Sus ojos se entrecerraron al ver a Stiven y sus amigos.

— ¿Qué quieres, Stiven? — preguntó Axel, con un tono calmado pero firme.

Stiven lo miró, claramente sorprendido por la forma en que Axel se había plantado frente a él. No le gustaba que alguien lo desafiara, pero decidió seguir con su actitud provocadora.

— Nada, solo venía a ver a mi amiga Amelia — respondió Stiven con una sonrisa cínica. — Parece que ahora te estás buscando el apoyo de los matones de la escuela, ¿no? ¿O qué, Axel? ¿Vas a defenderla ahora?

Amelia se sintió incómoda con la situación, pero, en el fondo, se sentía protegida por la presencia de Axel. Sabía que no estaba sola. Su mirada se dirigió a Stiven, con una mezcla de dolor y frustración.

— No soy tu amiga, Stiven — dijo con firmeza, sin apartar la vista. — Ya basta. No voy a seguir permitiendo que me hagas sentir menos.

Stiven la miró, visiblemente molesto, y luego se volvió hacia Axel.

— Esto no se va a quedar así, Axel — dijo, apretando los dientes. — Tú solo eres un rico consentido. No tienes idea de lo que significa estar aquí de verdad.

Axel no respondió, solo se quedó allí, observando a Stiven con una calma casi insoportable. No iba a permitir que alguien como Stiven intimidara a Amelia. Era su amiga, y siempre la protegería, sin importar lo que el otro dijera.

— Puedo vivir con eso, Stiven — dijo Axel finalmente, con una sonrisa desafiante. — Pero lo que tú no puedes cambiar es que Amelia está tomando sus propias decisiones ahora. Y no tienes ningún derecho a hacerle daño.

Stiven, al ver que no lograba sacar de quicio a Axel ni a Amelia, dio un paso atrás, su rostro tenso y frustrado. Miró a sus amigos y, sin decir una palabra más, se alejó de ellos, mordiéndose el labio en señal de furia.

Axel puso una mano en el hombro de Amelia y la miró con una sonrisa tranquila, como si todo aquello fuera solo una molestia pasajera.

— ¿Te encuentras bien? — preguntó, su tono suave.

Amelia asintió, agradecida, pero aún con el corazón agitado. Aunque Stiven hubiera sido un niño a quien una vez había querido, ya no le importaba. Su vida estaba cambiando, y ahora tenía el control.

— Sí — respondió con una sonrisa pequeña. — Gracias, Axel. No sé qué haría sin ti.

Axel la miró fijamente, sus ojos brillando con un aire protector.

— No tienes que agradecerme. Siempre estaré aquí para ayudarte, Amelia.

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Bettzi Iseth Nieto Peralta
dale consistencia a ésta novela, solo veo a un bravucón y a una pendeja. y no tengo ni la mínima idea del porqué son así
valeria leguizamon: son así porque cuando el se dio cuenta de que siente algo por ella comenzo alejarse poco a poco se explica en los primeros capítulos
total 1 replies
Bettzi Iseth Nieto Peralta
uff, que molesta es ésa protagonista. busca testigos, a tus amigas, que le expliquen a tu mamá todo lo que Stiven te hace
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