Rowellin sólo quería una familia, un hogar propio y un esposo amoroso, pero, en lugar de eso, se encontró con demonio, el mismísimo diablo llamado; Artemis Winchester.
Atención, esa historia es moralmente cuestionable, no apto para sensibles. Rowellin es la hija de Kendric Maynard (Historia de "Ya no te amo").
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Capítulo 18
Ella ingresó a mí cuarto, se acostó en mí cama y abrió el vino, comenzando a beber. Me dió una copa, pero negué. Yo no tenía edad para beber y, aunque quisiera empezar alguna vez, estoy seguro de que no sería correcto comenzar con mí jefa quien está pasando por un momento vulnerable ahora mismo.
Ella simplemente estaba ahí, en silencio, mientras continuaba bebiendo sin parar. Hasta que, luego de una hora, la botella estaba completamente vacía.
Yo la observaba en silencio, no sabía qué hacer. Tal vez lo mejor habría sido llamar a Buford o Nana, pero sé que no sería correcto molestar a esos ancianos a altas horas de la noche.
—Señora, creo que sería correcto que fuera a su habitación. Si el señor Winchester llega a la mansión y la encuentran aquí, sería perjudicial para mí, y realmente no quiero problemas con el jefe –intenté explicar, pero ella soltó una burla amarga–.
—Él no vendrá, no viene nunca a dormir aquí. Debe estar con su maldita amante –No podía creer lo que oía, ¿Entonces esas mujeres tenían razón? ¿El señor Winchester le era infiel a la señora Novikova?–. Ni siquiera dormimos en la misma habitación, ¿Tu amiga no te lo dijo? Mí esposo tiene su propio cuarto y me mataría si yo me atreviera a cruzar por esas puertas.
Simplemente la miraba en silencio, no podía opinar al respecto, porque la señora Malenka era una mujer impulsiva y, si le dijera algo incorrecto, me echaría a la calle. Quiero decir, ya lo hizo una vez, no le importaría hacerlo de nuevo.
—Sé que nos casamos por obligación, ¡Pero he tratado de ser la esposa perfecta para él! –espetó, mientras arrojaba la botella vacía al suelo, haciéndolo trizas–. Si, sé que no soy la mujer más fácil de sobrellevar. He sido criada para ser una princesa, cuando estaba en Rusia, el mundo estaba a mis pies y, quizás, me haya vuelto algo caprichosa, arrogante e impulsiva... ¡Pero de verdad quería que mí matrimonio funcionara!
Ahora arrojó las copas contra la pared, causando que se hicieran trizas al instante, igual que a la botella anterior.
—Mi trabajo siempre ha sido ser una dama de la alta sociedad. Me criaron para ser una esposa, para traer herederos Winchester y Novikov al mundo. Esa ha sido mí obligación desde que nací siendo mujer, pero mí maldito esposo no quiere cumplir con sus obligaciones maritales. Entiendo que, los Winchester hacen los que les plazca siempre y cuándo mantengan su fachada de familia perfecta, ¿Pero cómo espera que tengamos un hijo si no me toca? Ya llevamos cinco años casados, las personas hablan, hasta las esposas de sus hermanos cuentan que sus respectivos maridos tienen sexo con ellas al menos una vez a la semana, ¡Pero Artemis nada!
Solicitó otra botella de vino, que fue traído especialmente por otra sirvienta, quién me observó con preocupación pero mantuvo silencio. Limpió los vidrios rotos y se fue.
La señora Malenka abrió la nueva botella de vino y continuó bebiendo, mientras expresaba su dolor.
—¡Se la pasa afuera de la casa todo el tiempo! Antes era la excusa de que trabajaba mucho tiempo, lo cuál no me importaba, porque sus hermanos se encargaban de decirme que sí andaba trabajando. Incluso si tenía aventuras de una noche, no me importaba, porque al final del día regresaba a casa conmigo, con su esposa. Pero el problema empezó hace unos meses, cambió más que nunca. Ya no viene a casa, sólo muestra repulsión por mí y cada vez que debe pasar tiempo conmigo, se la pasa sonriéndole al teléfono. No me molestaba que tuviera aventuras sexuales, porque sólo eran eso, aventuras. Pero ahora todo se fue al infierno, no sé quién es la mujer con la que me engaña, pero sea quién sea, logró derribar los muros del cruel y frío Artemis Winchester. Y por eso quiero matarla, tan pronto como sepa quién es, la mataré. Porque nadie va a estar al lado de Artemis, sólo yo. Y si, seré egoísta, pero es lo que me prometieron, es para lo que nací.
Finalmente ya no pude soportarlo, tenía que decir algo, en parte porque no quería seguir escuchando sus quejas. Era tarde y quería dormir, pero ella seguía molestando con sus dramas de niña rica.
—Sabe señora, con el debido respeto, creo que el señor Winchester no la merece –comencé y ella me fulminó con la mirada–. Por favor, no me despida por lo que le diré, pero realmente creo que él no la merece. Usted es una mujer hermosa de carácter fuerte, tiene una familia adinerada, y me parece realmente estúpido que tenga que soportar a un esposo infiel, malos tratos y faltas de respeto. Me parece que no lo merece, usted es una princesa rusa, una que no merece pasar por éste tipo de situaciones de mierda. Pero sólo es mí opinión, usted hace lo que quiera, como siempre.
Su rostro, antes molesto, se suavizó levemente y en cuestión de segundos, se aferró a mí ropa y me acercó, estampando sus labios contra los míos, ella había comenzado a besarme.
Mí instinto inicial fue intentar apartarla, pero sus labios. Joder, sabían delicioso, tan dulce debido al vino que ella había bebido y no pude resistirme a la tentación. Llevé mí mano a su cabello y lo jale con fuerza mientras le de devolvía el beso con vehemencia.
Debería alejarla, ella era una mujer casada. Casada con un imbécil que no sabía valorarla, así que realmente no debería sentirme mal por hacer ésto, después de todo, es su culpa por no saber mantener a su mujer satisfecha.
Gracias a q la despediste ,fue q se decidió handar con tu esposo!!
Ella no gusta de Rowellin