Oliver, un chico que oculta ser sigma, es descubierto por Allen, un alfa, quien lo comienza a molestar y amenazar con revelar su secreto. Oliver decide vengarse de una manera que Allen no lo pueda olvidar, pero poco sabría Oliver que Allen terminaría disfrutando aquello, teniendo sentimientos encontrados.
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La preparación
POV Oliver
Con el plan ardiendo en mi mente, me dispuse a ponerlo en marcha durante le fin de semana. Mis pasos eran decididos mientras caminaba por las calles, determinado a reunir todo lo necesario para llevar a cabo mi venganza contra Allen.
Mi primera parada fue en una ferretería, donde compre una ganzúa y cuerdas resistentes, asegurándome de que fueran lo suficientemente fuertes para mantener a Allen en su lugar, La sensación de material áspero en mis manos me llenó de una extraña satisfacción, como si estuviera sosteniendo el instrumento de mi liberación.
Después de eso me dirigí a una sex shop, sintiendo el calor de la vergüenza en mis mejillas mientras entraba en el establecimiento. Mis ojos recorrieron los estantes, buscando los elementos que necesitaba para mi plan. Con determinación, recogí una mordaza, un afrodisíaco potente, lubricante y condones.
Cada artículo que elegía estaba imbuido con un propósito claro en mi mente, una pieza crucial en mi plan para hacerle pagar a Allen por todo el daño que me había causado. Aunque la idea de lo que estaba a punto de hacer me llenaba de nerviosismo y ansiedad, también sentía una extraña sensación de empoderamiento, como si estuviera tomando el control de mi vida por primera vez en mucho tiempo.
Regresé a mi habitación con determinación y un sentido de propósito renovado, había dedicado horas a investigar cada aspecto de mi plan. Había explorado páginas BDSM en busca de información sobre cómo hacer nudos fuertes y seguros. Asegurándome de que las cuerdas que había comprado fueran utilizadas de manera efectiva para mantener a Allen en su lugar. Cada paso, cada técnica, lo había estudiado y practicado en mi mente una y otra vez, hasta que me sentí seguro de que podría llevar a cabo mi plan sin problemas.
Además, había investigado a fondo sobre el uso de mordazas, afrodisiacos y el comportamiento de los alfas en situaciones de intimidad. Quería asegurarme de entender completamente cómo funcionaban estos elementos y cómo podrían ser utilizados para lograr mi objetivo, con la esperanza de que todo saliera según lo planeado.
Encerrado en mi habitación, esperé pacientemente a que llegara la noche. Cada minuto se sentía como una eternidad mientras observaba el reloj, asegurándome de que cada segundo que pasaba me acercaba un paso más a mi venganza contra Allen.
Vivir en la misma residencia estudiantil que él había dejado de ser una desventaja y se había convertido en una ventaja estratégica. Ahora, tenía la oportunidad de llevar a cabo mi plan sin que nadie sospechara nada. Era solo cuestión de tiempo antes de que Allen se dirigiera a su habitación para descansar, y yo estaba listo para actuar en cuanto llegara ese momento.
A medida que la oscuridad se apoderaba del cielo y el silencio llenaba la residencia, mis nervios aumentaban. Cada sonido parecía más fuerte en la quietud de la noche, cada susurro del viento y cada crujido del edificio resonaban en mi oído, haciéndome saltar de nerviosismo.
Finalmente, a altas horas de la noche, llegó el momento que había estado esperando. Las luces de la residencia ya estaban casi en su totalidad apagadas. Con el corazón en la garganta, salí de mi habitación y me dirigí sigilosamente hacia la de Allen, asegurándome de que nadie me viera en el camino.
