Demetri Volkova, El Mafioso Cautivado Por Una Mirada

...CAPÍTULO. 9...

REBECA MILLER

Como todos los días me preparaba para una nueva aventura en la casa de los locos, llegué muy temprano, y me dispuse a limpiar las habitaciones de la pequeña casa de servicios, algunos de los guardaespaldas dormían, se notaban más cansados de lo habitual, así que decidí ir a la cocina y prepararles un buen desayuno antes de que iniciaran con sus labores.

Martha entro a la casa un poco pálida y eso me preocupo, pues no es su comportamiento normal, ella rápidamente levanto a los jóvenes que descansaban y estos salieron despavoridos a los pocos minutos, yo no podía soportar la intriga, pero de la nada el sonido de unos disparos se escuchó a lo lejos.

---Hay doña Martha si escucho los disparos, esta gente cada día está más loca. - le comenté a la señora en ese momento, ya que me estaba poniendo nerviosa, lo primero que pensaba es que era muy joven para morir.

---Tranquila niña, mientras no estemos involucradas en esos problemas mejor, lo único que podemos hacer es quedarnos aquí. -

Martha que me responde eso y yo si ajan, el que quiera matar a esta familia no va dudar en dejar a nadie vivo, a buena hora me vine a meter a esta casa.

---Martha este es mi tercer empleo, lo que me faltaba si algo sucede quedare desempleada nuevamente, y no solo eso no quiero morir - le dije mientras caminaba de un lado a otro.

---Mi niña escóndete vienen unos hombres para acá. -me dijo Martha mientras se asomaba sigilosamente por la ventana y la verdad es que sentí pánico, pero de lo que si estaba segura es de que me defendería a como diera lugar, así sea hasta mi último aliento.

---Ah no, ni que fuéramos delincuentes, es más ya agarraré el bate que me regalo mi hermano, ese nunca me desampara. - yo ni corta ni perezosa me dirigí hacia el closet donde tenía guardado mi arma de defensa saque el bate que me dio mi hermano y me prepare para lo peor.

---Muchacha, ¿ estás loca?. - dijo Martha angustiada.

-Quédate allá Martha, el primero que entre le meto su batazo, con nosotras no, es que no hemos hecho nada. - le dije posicionándome detrás de la puerta principal, pero sin dejar de ver por la pequeña ventana medio rodando las cortinas que las cubría.

-Está bien, pero ten cuidado. - me dijo Martha y me dio pesar pues la vi muy asustada, no lo niego yo estaba peor, pero si he de morir lo haría con las botas bien puestas.

Me fijé que un hombre alto, musculoso y apuesto, se dirigía hacia la casa y además venia acompañado de varios hombres más, pero mierda que Adonis, Que semi dios, que galán, que estoy diciendo, ese hombre viene a matarnos, mentalmente me recupere y mire como poco a poco se acercaba y mientras más lo detallaba más me idiotizaba.

Veo como varios hombres comenzaron a rodear la casita, y ahí está ese Bombón abriendo la puerta apuntando con su arma, me preparé como toda una bateadora y en lo que el hombre dio unos pasos hacia adentro con todas mis fuerzas le di un batazo.

---Diablos este hombre ni se inmutó. Fueron mis primeros pensamientos en ese momento.

Y ahí está, ese espectáculo de hombre girando sobre sus talones, como si de un cuerpo poseído por el mismísimo demonio se tratara, sé que le di en las costillas y le di con fuerza, pero ni siquiera un quejido hizo, y lo peor es que su mirada se fijó en mí y si las miradas fueran armas ya hace rato yo estuviese muerta.

---Tú, me pagarás por haberme dado ese batazo. - me dijo el de manera intimidante y realmente lo logro, me sentía asfixiada, abrumada y como si en ese momento estaría a punto de desmayarme.

Pero la voz de Martha me hizo reaccionar

---Señor no le haga nada. - y sé muy bien que estaba igual o peor que yo de asustada.

Su voz tan grave, varonil, hacia acople perfecto a toda su representación de macho alfa, creo que es la primera vez que veo tanto a un hombre y siento un suave escalofrío recorrer mi cuerpo además de los nervios que están desbocados en mi estómago.

Él se acercaba a mí como un animal hambriento acechando a su presa, comencé a tragar grueso, miraba hacia todos los lados buscando la manera de un escape, no podía caer en las garras de este salvaje, de repente se detuvo y le ordeno inmediatamente a sus secuaces que recorrieran toda la casa y sin más me acorralo colocando ambas manos en la pared dejándome totalmente acorralada.

---Señor, pensé que nos quería hacer daño. - fue lo que pude articular, de verdad que parecía una estúpida embobada mirándolo, pero Maldición ahora si como que la embarré.

Alguna vez escuché el dicho ese que dice, Salvados por la Campana, yo la verdad ni la aplicaba, pero hoy le hice honor, realmente siento un poco de esperanza de huir de este manicomio.

Uno de sus secuaces se le acercó para hablarle y pues claro que aprovecharía ese momento de distracción.

---Señor encontramos a una mujer, hay que llevarla de inmediato hacia la clínica está en muy mal estado. -

---Llévenla de inmediato, no pierdan el tiempo. -dijo el bombón mirando como sacaban a la mujer, que ahí fue donde caí donde la desvergonzada de la vieja Martha era complice de secuestro y yo de inocente pensando qué era una señora mayor noble, puff caras vemos corazones no sabemos..

COn muchísimo cuidado baje mi cuerpo y salí de sus garras, La traidora de la vieja Martha me miró con miedo, pero yo ni le repare, con cuidado tomé mis cosas y salí de allí pero sin antes fijarme cuando giro su cabeza para seguir intimidándome solo me reí y salí corriendo de ese lugar sin importarme nada y recordando la desfigurada cara que puso el hombre al ni verme sometida.

Corrí por un buen tiempo, me fijé que había salido de la zona de los millonarios y ya me acercaba a lo que era el centro de la ciudad, había pasado como una hora aproximadamente, en estos momentos es cuando agradezco tanto el haber tomado practicas con Roger, así no me canse tan rápido y pude huir, que pena haberle pegado ese batazo a ese hombre, aunque su olor era tan exquisito cuando se me acerco todas mis alarmas se encendieron sobre todo cuando su fragancia me hipnotizaba.

Llegue a casa con una cara de cansancio que no la podía para nada disimular, no hice más si no darme una ducha y descansar para luego esperar a mi madre y a mi hermanito para contarles que por tercera vez quede sin empleo, esto parece una especie de maldición, o será que estoy destinada a ganarme la lotería y a no trabajar, ja ja ja ja mis pensamientos alocados, pero mientras eso llegaba debía seguir con la lucha del día a día.