La Ex- Emperatriz Será Mi Esposa

— ¿Como creés?... ¿Estas seguro?

— por supuesto que puede ser verdad. Dime, el difunto emperador siempre tenía buenas relaciones con las regiones pequeñas, tanto que le ofreció protección sin adueñarse de sus tierras. Pero ahora que ha muerto ya nadie lo va a proteger.

— según escuché de los rumores de que la ex-emperatriz se marchó por se infértil, y no soportaba el hecho de que su esposo tuviera a otra mujer que sí le daría a su hijo.

Kana al volver escuchar eso, no evitó sentirse un deprimida. A pesar de que juro que seguirá adelante, le costaba mucho simplemente olvidar ese paso. Pero ahora, al escuchar que las demás regiones están siendo vulnerable piensa hacer algo.

— kana... Ambos sabemos que eso no puede ser cierto.

— aún así, Mei pudo quedarse embarazada más rápido que yo. Pero, ese ya no es el caso— dijo determinante— ahora sé que la emperatriz madre si hablaba en serio.

— te refieres a las regiones que ya no tienen protección del imperio.

— si. Ella planea expandir el imperio y tomar las tierras que el difunto emperador no se atrevió a hacer. Pensé que solo era un comentario pero veo que no fue así... Akai, necesito tú ayuda.

— lo que sea por ti.

****

En el palacio imperial, Raiden estaba en su oficina. Realmente el trabajo de emperatriz era más que el del emperador. Ingresar impuestos, aumentar justamente, hacer planeaciones y entre muchos más deberes agobiaban al pobre hombre. Pero como su concubina no era capaz ni de leer un documento sin confundiste no la dejó hacer algún trabajo debido a que no tenía la tutoría de ser una emperatriz, y eso lleva años. Por tal motivo a kana se le preparó desde niña hasta el momento de convertirse en una joven mujer capaz de gobernar dignamente.

Saca un suspiro y eso que no llevaba ni la mitad de las pilas de hojas.

— kana... Te necesito.

En ese momento, entró Mei Lee. Intentó abrazar a Raiden por la espalda pero él la aparto en seco.

— estoy ocupado... ¿Acaso no ves?

— jamás me decías que estabas ocupado.

— eso era porque kana estaba conmigo. Pero ella ya no está y no se donde se fue.

— yo pudiera ayudarte pero...

— no. No eres capaz de llenar un sencillo documento de impuesto. Si no fuera por el hijo que llevas en tu vientre, no hubiera cambiado a mi kana.

— ahora te arrepientes luego de que me seducías a escondidas de ella.

— lo hacía por mí y por ella. Para tener un heredero. Te hice concubina porque era lo más prudente para dejarte en la sociedad.

— entonces... ¿Jamás te importe?

— ¿Importarme?— dijo en un tono sarcástico.

Eso causó que Mei se fuera de la habitación a pasos pesados.

“ ya no me importa. Solo el heredero. Pero más que nada quiero que kana vuelva a mi lado. Madre me informó que ya está en su búsqueda. Sé que ella volverá, así sea que tenga que obligarla a estar conmigo... Ella, debe estar pasándola mal sin mi aunque kana no lo quiera admitir."

*****

Ya era de noche. Kana estaba pensativa sobre lo que había escuchado de los dos campesinos. En la vereda del bosque, se le podía notar el rostro de seriedad.

— kana. Tranquilízate. Has pensado lo mismo desde que salimos del pueblo.— pidió él.

— es que debí hacerle caso cuando la emperatriz madre dijo ese comentario.— se detiene— ahora todo tiene sentido. No era solo Raiden sino también su madre me quería utilizar. Tengo que detenerlos...

— kana. Eso es lo que haremos. Te prometí mi ayuda y apenas llegar al imperio te haré reunir con los líderes de las regiones afectadas. Aún hay tiempo...

Suspirando, ella pregunta.

— ¿Como puedes tener tanta tranquilidad?

— porque sé que todo va a salir bien. Además, preocuparse no cambiará nada. Solo aumentará el riesgo de cometer imprudencias.

— tienes razón. Llegaremos y planearemos algo concreto.

— ahora... Tenemos un problema.

— ¿Cuál es?

— no hay una aldea cerca. Y la próxima está a kilómetros. Descansaremos hoy al aire libre. Y creo que ya no puedes caminar más por hoy.

— ¿Que? Claro que puedo. No te seré una carga así que vamos...— al dar el siguiente paso, kana tropezó con una piedra y si no fuera por Akai, estuviera besando el suelo.

— no seas testaruda. Y ya te he dicho que no eres una carga. Dormiremos aquí. A primera hora nos iremos.

— está bien.

La vista de kana se desvío a unas pequeñas luces de color verde fosforescente. Eran luciérnaga que con el movimiento de los individuos hizo que los arbustos se movieran y con ella salieran los insectos.

Akai entró primero asegurando de que todo estuviera tranquilo.

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— ven... Ya no hay tanta oscuridad por las luciérnagas. Será más cómodo para tí.

Kana tomó la mano y se adentró al bosque junto a él. Donde había docenas de esas luciérnagas que se le haría más fácil la visión en su andar.

— Akai...

— dime...

— quiero saber cómo te ha ido en tu imperio. Siempre termino de hablar de mi pero quiero saber de tí. A pesar de que nos hemos enviado cartas, no es igual a que tú me cuentes.

— Pero si me conoces mejor que nadie. Eres la única que sabes hasta mis secretos.

Akai había encontrado un lugar seco, llano y perfecto para descansar. A lo que kana se sienta a su lado.

— lo sé... Pero solo cuando éramos niños. Desde que te fuiste, siempre quise saber más de tí.

— la última vez que nos vimos fue haces años, aún eras una niña. Pero esa vez, no tuvimos tiempo de hablar como se debe. Está bien... ¿Dime qué deseas saber más de mí?— preguntó con una pequeña sonrisa.

Kana le preguntó muchas cosas que venían sobre él. Renovando cosas que no sabía de su gran amigo, a pesar de que en muchas ocasiones hablaron por cartas, entablar una comunicación frente a frente es mas significativa que el papel y pincel.

Había llegado un momento de la conversación que se volvió divertida, tanto que kana se rió mucho hasta el punto de acostarse en el césped. Akai se acuesta a su lado y a punto de refunfuñarle, solo se quedo observándola.

— perdoname, es que no pude evitar reírme... Aún tienes esa elocuencia que hacer que me pierda en tí.— Akai se había quitado la máscara luego de tanto tiempo.

kana la observalo miro lo muy cambiado que estaba, sin darse cuenta era mas lindo y guapo que como lo recordaba. De niño aún no la usaba y desde que se reencontraron la ha tenido. Sin embargo, en esta noche, él nuevamente le mostró su rostro. La de un joven muy carismático pero de mirada distante, Pero no para ella, ya que sus ojos solo la veían.

Él la la observaba pensativo, había mucho que decir pero pocas palabras eran capaces de salir de su boca.

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— kana... ¿Que hubiera pasado si...?— el rápidamente corto las palabras, no quería que ella se sintiera incómoda.

— ¿Si que...?

— no... Olvidalo.

“ quería preguntarle que como hubiese sido la vida si ella no se hubiera enamorado de Raiden... Tal vez jamás te lo dije por temor al rechazo, pero ahora no sé si sería buena idea decírtelo con la recién deslució de la persona que creíste amar, porque aunque le hayas dicho que lo amabas, sé realmente que no era así..."

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