Era una chica preppy de Beverly Hills, debido a que tomó decisiones equivocadas, Yeda terminó involucrada en un gran accidente en el que perdió a su hermana que no era la suya, sumisión y cegada por el amor, ahora con 26 años, luego de un Al divorciarse, Yeda asumirá una deuda de su hermana, se casará por contrato con el presidente del grupo Medeiros, Lincon, un hombre hermoso y muy educado, pero tiene un secreto, que cuando se revela la gente se aleja de él, por lo que optó por esconderse detrás de unas gafas oscuras pretendiendo ser algo que no es.
Su corazón es destrozado por su ex, él está herido por los prejuicios de la gente, ¿Lincoln podrá curar sus heridas? ¿Lo aceptará tal como es? ¡EMBARQUE CONMIGO Y DESCUÉBRELO!
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¿QUÉ POSIBLE QUE LO TRATES ASÍ?
En el lugar conocieron a unos conocidos y no pasó mucho tiempo, Helena ya estaba tomando unos tragos de whisky y jugando unas arriesgadas partidas de poker, Yeda siempre vigilaba a su amigo y de vez en cuando le daba algún consejo a Helena. Al estar en ese lugar, Yeda recordó a Yana y sus malas decisiones en el pasado y de repente se puso triste.
Ya un poco aburrida, Yeda decidió dar una vuelta por la habitación, mientras caminaban lentamente por el lugar vio a un grupo de personas, había al menos 4 hombres con lentes de sol, sentados y al parecer jugando una mala pasada, al lado de ellos mujeres hermosas, todas luciendo un outfit estandarizado, muy corto por cierto.
Al ver que Yeda estaba encantada, “hermosa iniciativa”, pensó mientras analizaba la escena, los hombres tenían discapacidad visual y a las niñas les pagaban para que los ayudaran a jugar para que no se sintieran excluidas.
Muy curiosa, Yeda se acercó y observó esa escena única, al menos para ella, unos minutos después Yeda se dio cuenta que no todos en esa mesa en realidad estaban discapacitados, estaban robando a otros, sin querer involucrarse Yeda se quedó allí mirando hacia donde ella iba maldad humana.
Unos 30 minutos después, una hermosa morena empezó a hablar:
-Oh, lo siento señor Medeiros, hoy no estamos de suerte, acaba de perder 3 millones de dólares- Dijo mientras mostraba una pequeña sonrisa y saludaba a su pareja.
Lincoln solo sonrió levemente y luego dijo:
-Está bien, la próxima vez ganamos- Dijo mientras se esforzaba por no reírse en su cara.
Resulta que Lincon es el dueño de todo eso, realmente existe un proyecto para incluir a personas con discapacidad visual en los casinos, pero el gerente recibió varios reportes de trampas, por lo que Lincon necesitaba ver de cerca la veracidad de la información y ahora puede tomar las medidas adecuadas.
Sin querer jugar más con su suerte, la mujer que se hace llamar Luciana besó a Lincon en la mejilla y luego dijo:
Necesito ocuparme de otras cosas ahora, jugaremos en otro momento – Dijo fingiendo ser amable mientras le daba un beso al aire al hombre que tenía delante, su compañero.
-Siéntete libre, gracias por la compañía- Dijo también fingiendo una sonrisa.
Todavía en trance, Yeda miró fijamente a Lincon, incapaz de creer que el apuesto hombre fuera en realidad su marido, “¿es mi marido? Se preguntó mentalmente al recordar la forma íntima en que la mujer le habló y de repente se sintió incómoda.
Al ver que Lincoln estaba perdiendo mucho dinero y sabiendo que vivirían bajo el mismo techo durante los próximos 5 años, Yeda decidió intentar ayudarlo, se acercó a él y de repente le dijo:
-Perdón por la demora querida, demosle la vuelta a este juego, soy Yeda Scott y siempre cumplo mis promesas- Mientras hablaba su boca caliente sopló en la oreja de Lincon haciéndolo temblar por todo el cuerpo.
Al escuchar eso, Lincon no pudo pronunciar una sola palabra, “Wow, qué mujer más peligrosa”, anotó mentalmente mientras intentaba ocultar su erección.
Como Lincoln parece haber aceptado la participación de la mujer, Yeda se sentó a su lado y se preparó para jugar, no pasó mucho tiempo y Yeda ya estaba dándole la vuelta al juego.
Luego de colocar las cartas, Yeda miró distraídamente sus propias cartas, luego de comprobar cuidadosamente la utilidad de cada una de las cartas en sus manos, Yeda susurró una vez más al oído de Lincon:
-¿Tengo carta blanca para aumentar el valor de la apuesta?- Preguntó Yeda con voz temerosa y una sonrisa encantadora.
Al escuchar la pregunta de la mujer, Lincoln sonrió y dijo:
-Siéntete libre querida- Dijo mientras intentaba ver de reojo las cartas que tiene Yeda; un 4 de tréboles, un 7 de corazones y un A de espadas, “esta mujer es fuego”, pensó mientras mostraba una sonrisa tímida, son las cartas más altas del juego.
Siguieron jugando un rato más, hasta que llegó Helena y de repente dijo:
-Lo que te pasó, me dejó… sola todo el tiempo, ya estoy harta de este lugar-Habló lentamente mientras analizaba los rasgos del hombre al lado de Yeda.
-Ya podemos irnos-respondió Yeda mientras sacaba varias fichas indicando que acababa de ganar mucho dinero.
Entonces Yeda tomó deliberadamente las manos de Lincon ligeramente y las colocó debajo de las fichas y luego habló en voz baja:
-Seré tus ojos durante los próximos 5 años, no olvides enviar la dirección, nos vemos mañana- Dijo y pronto desapareció entre la multitud.
Lincon estaba perplejo por su actitud, por lo que sabía, Yeda era una mujer superficial y no tenía empatía por nadie y por eso se sorprendió, luego de terminar los juegos, Lincon sacó su celular, se alejó de la multitud e hizo un Llama a Yeda.
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-No vas a contestar el teléfono- preguntó Helena con expresión preocupada.
-No, debe ser mi marido nominal, hablaré con él luego, además, estoy conduciendo- Respondió ella pareciendo apática ante la situación, Helena le dio una sonrisa y luego habló:
-No seas así, lo contestaré y lo pondré en altavoz- Dijo y presionó el botón de contestar, pero Yeda ni se dio cuenta.
-No hagas eso, no estoy de buen humor-Dijo sin dudarlo.
-Sé sincera, estás irritada por algo que hizo tu marido, ¿verdad?- Bromeó, aunque sabía que Lincoln estaba escuchando todo.
-En realidad me molesté, vaya, estamos casados, nadie lo sabe todavía, pero lo sé y esperaba al menos respeto de su parte, sin embargo era muy íntimo con esa morena sin sal y encima un tramposo, uf- En su En sus palabras había una mezcla de melancolía y reproche.
Yeda continuó hablando durante unos segundos, y de repente una voz ronca y muy seductora resonó dentro del auto.
-Perdón si te lastimé, realmente no fue mi intención, prometo no repetir el error en el futuro- Dijo mientras reflexionaba sobre el significado real de toda esa escena.
Al escuchar eso, Yeda abrió mucho los ojos con incredulidad, intentó abofetear a su amiga quien sonreía suavemente y terminó saliendose del camino y casi provocando un accidente, luego de ese freno repentino, Yeda encaró a su amiga y le dijo sinceramente:
-¡Tener un amigo loco como tú elimina la existencia de enemigos, niña!- Dijo fingiendo estar enojada mientras le arrebataba el celular de las manos a su amiga para luego comenzar a hablar con Lincoln:
-Perdón por la demora, hablaremos mañana- Planeaba colgar, pero Lincoln habló de repente.
-Conduce con cuidado, no quiero quedar viudo tan joven- Dijo en un tono un poco preocupado.
Yeda estaba algo desconcertada, unos segundos después simplemente colgó la llamada abruptamente.
-¿Qué te impuso para tratarlo así?- Preguntó Helena sonriendo mientras miraba fijamente a Yeda.
-Es tarde, vámonos a casa- Ignoró por completo las palabras de su amiga para luego arrancar el auto y dirigirse hacia la mansión Scott.
Yeda nunca fue grosera, solo pensó que la conversación se estaba volviendo demasiado dulce para una pareja que se acababa de conocer, su corazón aún está herido y no está preparada para recibir a alguien más.
