- No eres más que una pobre omega - le dice con desdén la novia de su amigo de infancia...
Amelie lleva años soportando malos tratos y burlas indiscriminadas de parte del grupo de amigos de Armand.
Su abuela Selene lo pondrá en jaque cuando casi la pierda.
¿Podrá demostrar su valía, pese a ser una omega?
¿O el destino le tendrá preparado algo más?
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Tú y yo, ¿qué somos?
¿Qué es el amor?, muchos han querido darle una definición a este sentimiento, por llamarlo de una manera. Siempre me pareció que la definición más acertiva es la que se da en Corintios, donde se habla de un amor puro, benévolo y dadivoso. Me surgen preguntas sobre el amor celoso y territorial de los lobos, ¿acaso no es amor lo que ellos sienten? ¿Es ese amor posesivo, egoísta? ¡No! Porque los lobos aman hasta la muerte, se entregan en cuerpo y alma, una vez encuentran a sus mates, son fieles de por vida, aunque su naturaleza lobuna los lleva a ser territoriales.
Armand Dumont, quiere todo con Amelie, hoy ha decidido definir la situación entre ambos. Sí, se dan besos, una que otra caricia, pero nunca llegaron más allá, el alfa junior está cerca de sus días de celo y la verdad, no se quiere poner inhibidores, sobretodo ahora que la encontró. Se levanta para ir al baño donde se da una ducha, su buen amigo está más despierto que nunca, así que coloca la ducha fría para que trate de dormir y no hacerse notar mucho, es vergonzoso que tu madre y hermanas te vean en esa situación. Una vez listo bajo para tomar su desayuno en la cocina, le encanta la vista que tiene este sitio del bosque.
- Hola Susan, buen día.
- Hola Armand, te veo radiante hoy, parece que te fue muy bien en tu cita con mi Am - habla Susan.
- Sí, me fue muuuy bien... hoy iré a visitarla, espero y no les moleste a ti y a Henry.
- Obvio no, sabes que siempre eres bienvenido, solo cuídala y nos tendrás de tu lado.
- Con mi vida, - promete el joven lobo antes de marcharse a buscar a Amelie, quien se encuentra en el local de sus abuelos - hasta luego Susy..
- Hasta luego. - fue lo único que logró decir.
La loba sonrió al ver lo enamorado que está el cachorro, cosa que le agrada pues sabe que la hará muy feliz y la protegerá de quien sea necesario.
- Hola Susan, ¿cómo vas? - saluda Becca al entrar a la cocina.
- Muy buen día Luna Rebecca, estoy muy bien, ¿y tú?
- Yo de maravilla, sobretodo ahora que mi último retoñito encontró a su destinada. El amor es lo mejor que nos puede pasar. - larga un suspiro, recordando sus noches apasionadas con Antoine.
- En eso tienes mucha razón Luna Rebecca. - también recuerda todo el amor que se tienen ella y Henry, y que se demuestran todo el tiempo en que están juntos.
En otra parte de la manada, Armand llega al local de los Martin para buscar a Amelie quien está ayudando a sus abuelos en la elaboración de algunos postres.
- Buenos días Danielle, Fred, ¿cómo están? - saluda muy educado, como siempre.
- Buenos días Armand. - saluda la pareja al mismo tiempo. - Amelie está en la cocina horneando, si gustas, puedes entrar y ayudarle.
- Por supuesto, con permiso.
Al entrar la ve yendo de un lado a otro, pero se detiene al sentir el olor a bosque y a cacao que reconoce entre miles, voltea la cabeza y allí lo ve, tan hermoso e imponente.
- Ho... hola Armand, ¿cómo estás? - se acerca para saludarlo con un beso en la mejilla, sin embargo él atrapa sus labios.
- Buenos días mi pequeña, yo estoy genial ahora que estoy contigo, - dicha afirmación hace retumbar el corazón de la Omega dentro de su pecho - ¿y tú mi preciosa Omeguita?
- Yo también estoy mucho mejor contigo junto a mí.
El beso se hace más profundo hasta que sienten un carraspeo.
- Sí siguen así, no podremos entregar los pedidos. - dice la abuela de Amelie sonriendo.
La lobita se pone colorada por haber sido pillada y Armand sonríe por tal hecho. Lo cierto es que le encanta ver ese rubor de timidez que siempre tiene.
Se dedicaron a terminar lo de los pedidos para esa misma tarde, luego dejaron listos los del día siguiente. Y es que desde el día de la celebración en la que todos probaron el sabor de la torta, quedaron maravillados con ese toque mágico de Amelie y ahora todos quieren seguir probándolo.
- Amelie, quiero hacerte una pregunta. - la chica lo mira como esperando que la formule. - Tú y yo, ¿qué somos?
La Omega sonríe ante esa pregunta y se acerca a él.
- No lo sé, tú no me has pedido ser tu novia, tu amante, tu esposa o qué sé yo.
El chico meditó un poco, en eso tenía razón, él no le había preguntado nada, aunque ella también podría haberle propuesto cualquiera de las anteriores.
- ¿Y por qué no puedes ser tú quien me pida ser cualquiera de las anteriores?
- Bueno, supongo que porque es más romántico que seas tú. - se quedó meditando un poco, y se inclinó sobre una rodilla, estirando una mano - Armand Dumont, ¿aceptas ser mi novio?
Armand la levanta y la abraza, elevándola a su altura.
- Claro que sí, por supuesto que acepto ser tu novio.
Ambos se dieron un besos, sellando la propuesta que la Omega le acaba de hacer.