Princesa Asesina

La pequeña daga afilada que fue sostenida por la princesa Sofía no atravesó en lo absoluto su palma, es como si una fuerza impidiera que le cortara.

Frunciendo levemente el ceño se mordió el labio con fuerza no podía entender dónde está su error, no espera, Alia ya lo sabía su falta de poder de despertar es lo que le impide matar.

Solo después de perderse un poco en sus pensamientos volvió a observar a la princesa Sofía pero nunca esperó que las comisuras hermosas de sus labios se levantarán haciendo una mueca.

– ¡Una plebeya rehén! ¿Quiere matarme? Cuando yo la princesa Sofía he sufrido tal humillación ¡nunca! – sacudió su manga derecha con furia.

En ese momento que sacudió su manga movilizó su mano atrapando despiadadamente el cuello blanco de la joven Alia.

“Ugh”

Jadeando de dolor, los ojos de Alia miraron con incredulidad como la escena se había desarrollado a tal punto que ni su gran inteligencia pudo prever.

Su cuello ahora se encuentra a manos de la mujer que le sacó los ojos personalmente cuando solo tenía ocho años.

Alia se odia a sí misma por no ser fuerte ¿cuántas veces debe quejarse sobre eso? Ni ella misma sabe, solo tal vez cuando pueda ser capaz de vencer a sus enemigos.

Sin poder mover su daga o sus dedos no quiso resignarse

– ¡no quiere morir! – este pensamiento se cruzó de nuevo.

Alia se pregunta así misma cuando sintió este mismo sentimiento oh, ya veo fue cuando conoció al tercer príncipe del imperio sagrado.

Su mente nublada cada vez se desvanecía lo que le hacía difícil de estar consciente, mirando con sus ojos entre cerrándose a la joven genio quien mostraba una expresión burlona en su hermoso rostro la odio aun más.

Sin embargo nunca tendrá la oportunidad de vengarse.

Cerrando sus ojos Alia por fin aceptó que estaba por morir a manos de su terrible enemigo.

Justo cuando la vida de Alia se acababa, la puerta del palacio imperial se abrió.

Moviéndose a una gran velocidad una espada larga se precipitó hacia la princesa Sofía.

La sonrisa burlona de la princesa Sofía que mostraba triunfo cambió haciéndola entrar en pánico.

Soltando el cuello de Alia, la princesa Sofía dio una voltereta hacia atrás evitando la espada negra que se acercó a su cuerpo.

– ¡escudo de fuego! – murmuró la princesa Sofía usando sus manos de manera elegante.

Creando un escudo de fuego majestuoso, la espada negra como la tinta chocó fuertemente.

Ambas fuerzas crearon una onda expansiva haciendo que todo a su alrededor saliera volando.

Los guardias que carecían de tal nivel de poder cayeron rodando al suelo mientras que las sirvientas de la princesa Sofía se estrellaron contra las paredes del palacio.

Incluso la emperatriz y el segundo príncipe cayeron al suelo sin poder soportar tal poder.

Alia quien también no estaba en una buena posición no fue arrastrada sino que una fuerza poderosa ha succionado su cuerpo atrayéndola hacia atrás.

Usando sus manos como palitos de ramas trató de evitar ser succionada solo que aún así fue en vano.

¡Zas!

Generando un ruido inminente Alia cayó con fuerza hacia al suelo de manera hacia atrás.

¡Esta es la segunda vez que cae hacia atrás golpeándose el trasero! Maldiciendo su mala suerte apretó su puño.

– ¡Eres una tonta! – Una voz fría e indiferente resonó.

Esa voz familiar que llegó a sus oídos le hizo recordar.

Volteando a ver de manera abrupta fulminó al joven de túnica negra majestuosa – ¡Gran demonio! – pronunció a regañadientes.

Revelando la apariencia de un rey que domina los cielos, los ojos obsidianos miraron profundamente a la Alia es como si tratara de descifrar lo que pensaba.

Dejando aún lado ese sentimiento extraño el tercer príncipe regresó su mirada fría hacia la joven hermosa vestida de rojo dominante.

No le importó en lo absoluto que pudiera dañar a ese genio amado por el mundo.

Sus labios que se mantuvieron cerrados se abrieron pronunciando las siguientes palabras crueles.

– ¡la princesa Sofía siempre es tan caprichosa! “Aunque tú madre te de todo aquí no puede hacer lo mismo”

Las palabras que la tacharon de caprichosa llegaron a los oídos de la princesa Sofía como un terremoto.

¡No podía creer que la humillaran tanto! Su corazón ante justo parecía arde en ira se había vuelto casi como una loca.

Sus ojos verdes miraron fríamente al hombre tiránico de traje negro extraordinario.

– ¡El tercer príncipe es realmente valiente! ¿Quieres matarme solo por una campesina? Cuando te volviste tan blando – soltó un quejido lleno de burla.

La princesa Sofía no podía creer que ese hombre no le diera cara, la abofeteó frente a una humilde esclava rehén siempre ha sido mimada ¿por qué? ¡No lo entiende! 

Usando su poder elemental de fuego la princesa Sofía movilizó su mano derecha girándola.

Detrás de su espalda se formó una espada de fuego tan abrasadora parecía contener el poder de devorar el mundo.

– ¡Ve! – gritó la princesa Sofía.

La espada poderosa de fuego atacó con un solo golpe la espada color tinta ambas colisionaron con un poder aterrador arrasando todo a su paso.

Poniéndose de piel Alia se maravilló por ver tal pelea entre dos fuerzas poderosas.

– debo admitir que realmente es digna de ser la chica genio, su poder puede rivalizar contra el gran demonio, ah pero ¿por qué siento que este gran demonio ¿parece estar tan pálido? – lo pensó mirando tentativamente al tercer príncipe que está realmente pálido como una hoja de papel.

Una mala premonición tocó el corazón de Alia,su cerebro que trabaja rápido le dio la respuesta.

Su mala premonición es real, este gran demonio va a perder contra esa chica genio porque puede notar que la energía de su poder se está acabando.

– ¡detente! ¡No la vencerás! – confesó Alia mientras tocaba su brazo olvidando que él odiaba que lo tocaran.