Una huérfana es llevada a un orfanato luego de perderá sus padres en un fatal accidente. Con el pasar de los años, solo quiere un sueño, ser novicia. Pero es destino quiere algo más.
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Acepta
Para nada, te recalco que yo también lo hago. Lo que no me gustó fue pensar que esa boquita alguien más me ha ganado. Alfredo ha tomado con su mano una mejilla de Pilar que al tacto las sintió hervir de calor.
-Yo,... Eso pasó hace mucho tiempo. Nada de importancia. Pilar ha retrocedido un poco ya que su contacto fue intenso. No desconocía que Alfredo era extremadamente sexy y apuesto, sin contar que era un hombre íntegro, amable y delicado. Todo lo contrario del patán de César.
-Te he dicho ya varias ocasiones que aceptes salir conmigo, sabes que me gustas y mucho Pilar. Esta vez Alfredo ha avanzado unos pasos hacia ella tomando sus manos, no quería que saliera huyendo de él.
-Señor Alfredo, yo... no puedo. Sabe muy bien que pronto me iré al servicio de un orfanato. Solo estoy de paso.
-Estás aquí para experimentar si esto es lo que quieres . Alfredo ha rozado su mano con la mejilla de Pilar.
Bueno, no puedo negar que su argumento tiene lógica. Además, es las mismas palabras que siempre me dice la madre superiora.
-Entonces, tengo razón. Vamos, dame una oportunidad. Déjame estar contigo y el tiempo dirá.
Aquellas palabras eran tan dulces al oído de Pilar que pudo sentir el sabor de cada una de ellas. Alfredo era en verdad el polo opuesto a César. Sus ojos y su sonrisa la llevaban al cielo y su misma presencia era la de un arcángel. Estar a su lado era sentir la viva paz absoluta de su ser.
-Déjeme pensarlo. Replicó Pilar.
-No, sabes ¿cuántas veces te he propuesto esto?. Pilar, no siempre estaré así. Me puedo cansar. Alfredo está haciendo un puchero.
Pilar no pudo evitar sonreír con ternura, -Está bien., Acepto tu propuesta. Pilar se sonrojó por sus palabras. Tenía que hacerlo para saber si en verdad lo suyo era el celibato y tal vez muy dentro de ella quería saber si aquel momento fugaz fue solo eso o en verdad pesaba tanto o más de lo que ella suponía. Darse esa oportunidad seria la mejor opción de dar la razón o claridad a sus sentimientos.
Alfredo mostró una sonrisa de triunfo y gratificación que no podía con ella. Su entusiasmo era vivaz y placentero , tanto que sin pensarlo dos veces la alzó sosteniéndola desde su pequeña cintura. Esta acción sorprendió a Pilar quien soltó un pequeño gemido. Al bajarla, Alfredo se puso en frente de él acercando su cuerpo con el de ella. Miró sus grandes ojos ámbar deslizando su dedo pulgar sobre su delicada boca roja.
-Siempre soñé con este momento. Al sentir a Pilar temblar tuvo la gran sensación de que ella era la mujer que tanto había buscado. Justo allí un beso se entrelazan entre ellos, uno tierno y amoroso, uno lleno de esperanzas y deseos. Uno, que para Pilar era nuevo pero lleno de muchas expectativas.
-No te arrepentirás Pilar. Alfredo dió vueltas con Pilar mientras ella reía de todas sus ocurrencias.
-Solo tengo que decir que deberás trabajar duro para que yo desista de mi vocación.
-¿Dudas de este monumento mujer?. Dijo Alfredo haciendo alarde de su belleza, que no era para nada desconocida.
-Ja ja ja. ¡cálmate!. Estás pecando por favor. Te idólatras..
-Oh, perdóname por ser tan bello. Pero... eres tú la que tiene acceso a partir de ahora a este bizcochito.
-Alfredo por favor. Pilar se siente avergonzada a su comportamiento infantil.
-Ja ja ja . Está bien. Te dejaré en paz. Bien, vamos que pronto iniciará la reunión.
Pilar lo había olvidado por completo. Ahora los dos se dirigen a la sala de juntas donde fue una extenuante reunión de dos horas. Al finalizar, los accionistas aplaudieron a Pilar por su excelente desempeño y auguran una trayectoria llena de éxitos. Al otro extremo, César está con la rubia quien parece ser ahora también accionista de la empresa. Pilar al verlo por el rabillo de su ojo ve como la presenta a sus colegas con sonrisas y halagos. Sin darse cuenta Alfredo ha llegado a su lado susurrando al oído.
-Hola mi querida novia.