Un Esposo Para Navidad

Andrés.

La primera noche juntos fue algo incómoda, con algunos problemas para mí, primero ella se negó a compartir la cama conmigo, una cama inmensa donde fácilmente entrábamos los dos sin ni siquiera tocarnos, y luego sale del baño así, en una pijama que no deja nada a la imaginación, no lo pude evitar, de inmediato tuve que entrar al baño a arreglar el pequeño problemita que mi querida esposa había causado, estos meses sin sexo van a ser muy largos para mi, y más con una mujer tan hermosa cerca.

El sofá estaba un poco pequeño e incómodo, pero estaba tan cansado que inmediatamente me quedé dormido, mi despertar fue con un almohadazo, mi suegra llegó de repente a la habitación y tuve que entrar a la cama rápidamente, por lo menos la pude convencer de dormir juntos pero ahora quiere que use pijama según ella porque hace frío, esto cada vez se pone mucho mejor.

La hora del desayuno había llegado, Camila y yo nos organizamos para bajar al jardín, allí ya estaban los demás esperandonos, tomamos asiento y Sara empezó a hablar acerca de todos los planes que tiene para la familia en el transcurso de este mes, cenas de ensayo, despedida de soltero, clases de baile, y un millón de cosas más en las que tendré que participar.

El desayuno terminó y Camila y yo decidimos salir al pueblo más cercano a comprar algunas cosas que necesitábamos, llegamos a las tiendas y ella empezó a comprar y comprar cosas como loca.

-Oye estás segura que necesitamos tantas cosas- le pregunté.

-Si ya escuchaste a mamá, tenemos muchas actividades durante este mes y no traje ropa adecuada para algunas de ellas-

-Esta bien, pero estas pijamas te van a ahogar, mejor sigue usando las que trajiste-

-Estas loco, en esta época hace frío, no me quiero congelar, y mira la tuya combina con la mía-

-Si cariño, quién nos vea dirá que somos la pareja perfecta- le contesté.

Regresamos al castillo y allí nos estaban esperando para cenar, al llegar una mujer rubia, alta, muy hermosa estaba sentada en una de las sillas, al entrar de inmediato se fijó en mí y me sonrió.

-Bienvenidos, les presento a mi prima Bella Rossi- dijo Fabián el prometido de Sofía.

Camila.

Mamá está completamente loca, ya nos tenía una actividad organizada para cada día que vamos a pasar en este hermoso lugar, fiestas, tardes de té, cenas de ensayo, noche de chicas y un montón de tonterías más, la única que veía feliz con cada cosa que mamá hablaba era a Adriana, ni siquiera a Sofía que es la novia.

Después de desayunar Andrés y yo fuimos al pueblo cercano a comprar algunas cosas que nos hacían falta, aproveché para comprar algunos vestidos, ropa para el invierno y unas pijamas para los dos que combinaban a la perfección, Andrés me observaba como si estuviera loca, y empezó a decir las tonterías a las que está qacostumbrado, él sabe cómo ponerme incómoda y nerviosa.

Creo que nos tardamos mucho en el pueblo, cuando regresamos al castillo era la hora de la cena, al entrar al salón note que en el comedor había una mujer muy hermosa, quien de inmediato se quedó observando a mí esposo, esto no es bueno, no puede ser bueno.

-Bienvenidos, les presento a mi prima Bella Rossi- dijo Fabián.

De inmediato noté como Andrés se quedó observándola, tengo que hacer algo, no puedo permitir que arruinen mis planes.

-Es un placer conocerte Bella, yo soy Camila hermana de Sofía y él es Andrés- lo tome de la mano- mi ESPOSO- le respondí

-El placer es mío, tienes un esposo muy guapo- me respondió.

-Si querida, lo sé, les pido un permiso ya regresamos- le dije llevándome a Andrés del salón.

-La próxima vez intenta disimular un poco, está bien- le dije enojada.

-No te enojes cariño, no seas celosa, por estos meses tendré ojos solo para tí- me respondió dándome un beso en la mejilla- vamos tu familia nos espera.

Y así lo hicimos, volvimos al salón tomados de la mano, mamá y papá observaban cada movimiento que él y yo dábamos, no lo puedo negar esa fue la cena más incómodo de mi vida, esa mujer no paraba de mirar a Andrés y era tan cínica que le sonreía sin ninguna vergüenza,además no paró de hablar durante toda la cena, su voz chillona ya estaba a punto de hacerme estallar la cabeza, además, dijo que se iba a quedar hasta la boda, todo esto se me está complicando, Camila estás celosa, no no puede ser, ese hombre no es nada tuyo, cálmate- pensé.

Minutos después, todos nos dirigimos a la sala según mi madre a tomar un café, Andrés se acercó a su amigo y yo aproveche para hablar con Adriana.

-Como vas amiga, cómo va todo con Andrés- me pregunta.

-Pues más o menos, después te cuento bien, pero estoy enojada contigo, como se te ocurre empacar esas pijamas tan cortas, ayer casi me muero de la vergüenza cuando él me vio así- le dije enojada.

-Oye no te enojes, y creo que va a ser mejor que las uses, mira esa mujer la tal Bella, está muy cerca de tu esposo y le coquetea cínicamente, yo que tú me acercaba a ellos, no le dejes el camino libre amiga, que dirá tu familia- me dice Adriana.

-Tienes razón, mírala como lo toca y él se deja, pero esto no se va a quedar así, ahora mismo van a saber quién es Camila Montero- le dije muy enojada.

-Oye, si no te conociera diría que estás celosa- dice mi amiga entre risas.

-No digas esas cosas, y mejor acompáñame que tú príncipe azul también está siendo conquistado por la bruja malvada- le respondí.

Y si lo hicimos nos acercamos a ellos, tomé del brazo a Andrés alejándolo de Bella y le dije:

-Amor nos podemos ir a la habitación, ya estoy muy cansada, tengo un poco de dolor de cabeza y mañana tenemos mucho que hacer- le dije

-Claro cariño, vamos- me respondió

Antes de salir del salón y aprovechando que Bella nos miraba todo el tiempo, lo besé, lo tomé del rostro y le di un beso apasionado que él no dudó en responder.

Después de separarnos note como todos nos miraban pero no me importó, ojalá con esto esa mujer se de cuenta que este hombre ya tiene dueña, bueno por lo menos por tres meses.

-No sabía que podías ser tan celosa amiga, cada día me sorprendes más- me dice Adriana acercándose a mí .

-Él es mi esposo, no voy a permitir que nadie me lo quité- le respondí

Y salí del salón con Andrés a mi lado.