Tu hermano iba a heredar el imperio de tu padre, pero por cosas de la vida te toca a ti. Será que podrás con todo.
NovelToon tiene autorización de Ivonne Lopez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Me encontraron
Después de tomarnos el café y despedirme de Antonio, nos estábamos dirigiendo para el apartamento, cuando Noa y Ezequiel se pusieron tensos, los otros dos carros que me vigilaban ya no estaban a la vista mía.
- Que pasa Ezequiel, no veo los otros dos carros.
- Samantha nos están siguiendo, y por lo que veo retrasaron las otras camionetas estamos nosotros solos en este momento. - Mi corazón se acelera al escuchar esas palabras de Noa.
- Que vamos a hacer.
- Lo que esté a nuestro alcance para que no nos atrapen. - Me dijo Ezequiel.
La verdad estaba bastante tensa, nerviosa y no se que otras emociones sentía en ese momento. Comencé a mirar por la ventana, del lado derecho y me di cuenta que había una camioneta negra sin placas los vidrios estaban polarizados, me gire y al lado izquierdo también había una y mire por el panorámico tracero y habían dos más. Dios mío, que vamos a hacer.
Baje mi cabeza y la puse en mis dos manos, quería que todo esto fuera una sola pesadilla pero no era así, esto estaba pasando. A medida que pasaba el tiempo Ezequiel fue aumentando la velocidad, era un gran conductor que esquivaba los autos con una facilidad increíble, pero las camionetas no se quedaban atrás, le seguían muy de cerca.
- Samanta necesito que me ayudes - Levanté mi cabeza y me quedé mirando a Noa con confusión - No me mires así, se que no te gustará lo que te voy a decir pero lo necesitamos si queremos salir de esta y con vida por supuesto.
- Que quieres que haga.
- Toma el arma, y antes de que te niegues no vas a dispararle a una persona, necesito que le dispares a los neumáticos de las camionetas a tu izquierda yo me encargo de la derecha. - Mi mano estaba temblorosa cuando Noa me entrego el arma.
- Noa no se si pueda, se que hemos practicado, pero de la práctica a esto.
- Claro que puedes solo acuérdate de nuestros entrenamientos de estos últimos años, cuando te dije que eras una excelente tiradora lo dije enserio, nunca antes había conocido a alguien que tuviera una puntería como la tuya.
- Que alagador. - Pero no tranquilizador.
- Es verdad, así que trata de calmarte y ya sabes que hacer, Samanta una última cosa son ellos o somos nosotros. - Bueno el si sabía cómo motivar a alguien, respire profundo y me acomode detrás de Ezequiel abrí la ventana y me concentre después de dos disparos una de las camionetas se volco, faltaban dos ya que Noa había acabado con otra.
Después de unos minutos, otra de las camionetas se colocó al lado izquierdo, asomando a un hombre con una ametralladora sin pensarlo dos veces le dispare. No sé si era por la adrenalina que seguí disparando hasta que la camioneta se volco, pero sabía que le había disparado a aquel hombre y le había dado.
Me volví a sentar bien, bote el arma en el piso del carro.
- Gracias Samantha se que es difícil para ti, más tarde hablamos de eso, pero por lo pronto vamos a desviarnos y que la otra camioneta nos siga tenemos que averiguar quién los envío.
Con eso se dirigió a una entrada que era en tierra, el avanzaba muy rápido y la camioneta nos seguía, de un momento a otro el hizo girar el carro quedando de frente a la camioneta, y sin decir más aceleró. El pánico estaba en su apogeo dentro de mi, se está volviendo loco Ezequiel.
Pero antes de chocarnos giro y disparó al capo, este se levantó y la camioneta perdió el control estrellándose contra un árbol.
En ese momento Ezequiel se detuvo, bajando con Noa y enseguida yo, no me iba a quedar atrás. Al acercarnos nos dimos cuenta que el conductor y el copiloto estaban muertos, pero en la parte de atrás habían otros dos sujetos, Noa saco a uno y Ezequiel al otro los pusieron en el suelo arrodillados y con el arma apuntandoles a la cabeza.
- Porque nos seguían - Ninguno contestaba, así que Noa hizo un disparo de advertencia. - Porque nos seguían - Al parecer ninguno de ellos quería morir.
- Venimos de parte de los Moretti, nos dieron órdenes de llevarla a ella a Londres.
- Saben cómo se llama ella - Pregunto Ezequiel.
- Si, ella se llama Samantha Ricci Salvatore. - Mierda cómo puede ser posible esto, casi me caigo, pero trate de mantener mi compostura para preguntar.
- ¿Como saben quién soy yo?.
- La semana pasada llegó una carta, diciendo que la familia Ricci había engañado a la familia Moretti, que la persona que se casó con Antonio no era la verdadera Samantha y dieron especificaciones muy claras de dónde encontrarla.
- Alguien supo quién entrego la carta.
- No, eso fue hace cuatro días, no sabemos más por favor dejemos ir no diremos nada.
- Señorita usted decide. - Noa se dirijio a mi, sin pensarlo dos veces tome el arma de Noa y les dispare en la cabeza, se que no era lo más correcto pero era lo mejor, no podía andar por hay, sabiendo que dos de los hombres de Moretti andaban sueltos, me hubieran podido jurar que no dirían nada, pero yo sé cómo funciona las mafias yo pertenecía a una, ellos no se iban a quedar callados, si soltaron la lengua con nosotros lo harían con cualquiera.
Después de eso abandonamos el lugar, al estar ya de camino al apartamento llame a mi padre.
- Hola hija como estás, ese milagro no teníamos programada una llamada para hoy - Trate de tranquilizarme, no quería angustiarlo pero tenía que saber la verdad y a qué atenerse de ahora en adelante.
- Papá no llamo de forma amistosa ni familiar tenemos problemas y graves.
- Que pasa hija me estás asustando.
- Me acaba de atacar, los Moretti ya saben de qué la Samantha de aya no es la verdadera, conocen mi apariencia y en dónde estoy, vuelvo a Londres dentro de cuatro días, tengo que dejar solucionados unos pendientes. - Al otro lado de la línea el silencio era abrumador.
- Estabien hija acá te espero. - Mi padre parecía bastante consternado. Yo colgue sin más, pero en ese momento se me vino a la mente Antonio, el sabría quién soy en realidad y monto todo ese espectáculo para atacarme o no sabía realmente quien era yo.