Lucia tiene que vivir bajo el odio de su propia familia sin saber el porqué, toda su vida ha sido así. En la escuela conoce a Liam, un chico que parece interesarse en ella, pero para su sorpresa, Fernanda, la hermana de Lucia, está enamora de Liam, lo que causara mayores problemas para Lucia…
NovelToon tiene autorización de Romina Lourdes Escobar Villamar para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
EL ES MIO
Narrado por Lucía
---
Jeremy:
—¿Ya se conocían?
Lucía:
—Sí, nos chocamos en el pasillo esta mañana…
Respondí mirando a Jeremy, tratando de sonar tranquila, aunque por dentro ya empezaba a sentir cómo mi pecho se apretaba sin razón aparente.
Cuando volví a girarme hacia Liam, lo vi.
O mejor dicho, la vi.
Fernanda.
Venía caminando directo hacia nuestra mesa, con esa mirada furiosa que ponía cuando algo no le gustaba… o cuando simplemente quería hacerle daño a alguien.
No sé qué le hice, pero su rostro no dejaba dudas: su enojo era conmigo.
Mi corazón dio un salto.
—¡¡Ay no!! —grité por dentro—. ¡Abby ya se dio cuenta!
Ella siempre me lee como un libro abierto.
Instintivamente, sin pensarlo, me puse detrás de Jeremy.
No sé por qué lo hice, lo conozco desde hace muy poco, pero sentí que estaría más segura si me acercaba a él.
Era como si su presencia pudiera protegerme…
Raro, ¿verdad? Pero no lo podía evitar. Me hacía sentir protegida.
Abby (alerta):
—¡Ay no! Luci… ¡vámonos de aquí!
Liam:
—¿Qué le pasa a Lucía?
Max:
—Está pálida.
Alan:
—Sí… está completamente pálida.
Jeremy (preocupado):
—Mi dulcinea, estás blanca como papel. ¿Qué pasa?
Lucía:
—Yo... yo me tengo que ir.
Quise sonar fuerte, pero mi voz apenas era un susurro.
Abby (apretando mi mano):
—Luci, mírame. Estoy aquí, ¿sí? Vamos, no va a pasar nada.
Liam:
—Abby, ¿qué le pasa? ¿Por qué dices eso?
Jeremy:
—Ustedes no se van a ningún lado.
Luci… háblame. ¿Qué está pasando?
Todos me hablaban, pero era como si los escuchara a través de una pared gruesa de niebla.
Las voces eran lejanas, borrosas…
Abby intentaba sacarme de ahí, pero ya era demasiado tarde.
Alan (nervioso):
—Liam… Fernanda viene hacia acá. Y no se ve nada contenta.
No sé en qué momento todo se salió de control.
Hace unos minutos estábamos riendo, como si todo estuviera bien.
Y ahora... el ambiente se había helado.
La forma en que Fernanda me miraba… su cara… me decía que si pudiera, me borraría del mapa.
Y ustedes quizás se pregunten por qué tanto miedo hacia ella…
Bueno, todo comenzó cuando tenía diez años, en aquella piscina. Pero eso… eso es otra historia.
Fernanda (voz falsa):
—Hola chicos… ¿por qué esas caras largas?
Jeremy, ¡cuánto tiempo, querido amigo!
Jeremy (serio, con voz que nunca le había escuchado):
—Yo no soy tu amigo.
Tal vez Liam, Alan o Max aún te dirijan la palabra…
Pero yo no soy nada tuyo. Así que mantén tu distancia.
Jamás había escuchado esa voz en Jeremy.
Era firme, dura… incluso me dio escalofríos.
Y no lo digo por mí. Vi el miedo en los ojos de Fernanda.
Sí, miedo.
Pero ni ese miedo de ella se comparaba con el terror que yo sentía por dentro.
Fernanda (forzando una sonrisa):
—Pero qué carácter…
Liam (molesto):
—¿Qué quieres, Fernanda?
Tú no estás invitada aquí… ni tus amigas.
Fernanda:
—¿Quién dice que estoy aquí por ti?
Además, pronto serás mi esposo…
Yo vine por Abby y compañía.
Jeremy:
—¿Qué?
Abby:
—Aquí no tienes nada que hacer.
No eres bienvenida.
Fernanda (con voz venenosa):
—La cosa no es contigo, querida. Es con Lucía.
Y ahí… me congelé.
No sabía qué hacer.
Me sentí completamente expuesta, humillada, vulnerable.
Todos vieron mi reacción. Vieron cómo mi cuerpo temblaba.
Y aunque no conocía bien a Jeremy, lo único que pude hacer fue…
aferrarme a su camiseta.
No sé si se molestó por mi atrevimiento.
Pero cuando sentí que su cuerpo se tensaba por mi contacto, luego relajándose otra vez, supe que estaba bien.
Estaba a salvo… por ahora.
Cuando Fernanda pronunció mi nombre…
Mi cuerpo entero se paralizó.
Mi corazón latía tan rápido que creí que se me iba a salir del pecho.
Con la cabeza gacha, temblando, logré decir:
Lucía:
—Yo no he hecho nada, eh… digo, Fernanda.
Fernanda (con burla):
—¿Seguro?
Porque al parecer no lo entiendes.
Si piensas metértelo por los ojos a Liam, te recomiendo que no lo hagas…
O de lo contrario, te irá feo.
Liam (levantando la voz):
—¿Qué te pasa?
¡Ella es amiga de Jeremy!
Y aunque fuera mi amiga, tú no tienes derecho a meterte con mis amistades.
¡Ya te dije que no eres nadie!
Lucía (temblorosa):
—Yo… lo siento, Fernanda.
No sabía que era tu novio.
Yo no lo conozco…
Fernanda (burlona y cruel):
—Pues ahora lo sabes.
Y lo conoces.
Y esto es para que no se te olvide…
No entendí a qué se refería.
Solo sentí cuando algo cayó sobre mi rostro.
El líquido frío empapó mi cara y mojó mi blusa.
Era como si el mundo se congelara en ese instante.
Mis ojos comenzaron a picar…
Mi respiración se volvió torpe.
Y sin darme cuenta, apreté con más fuerza la camisa de Jeremy.
Mi mano se tensó tanto que los nudillos se me pusieron blancos.
Las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, una a una.
No podía creer lo que acababa de pasar.
Y lo peor… todos lo vieron.