El Legado Del Duque

El cuervo sigue su vuelo errático, adentrándose cada vez más en el corazón del bosque. El hombre herido gime débilmente a cada sacudida del caballo, su rostro contraído por el dolor. Radko, con esfuerzo, lo mantiene en su sitio, asegurándose de que no caiga. Silvano observa el entorno con desconfianza, listo para reaccionar ante cualquier amenaza. Valerius y Aelia cabalgan a tu lado, sus rostros serios reflejan la tensión del momento. La atmósfera se vuelve más pesada, cargada de un presentimiento ominoso. El aire huele a tierra húmeda y a hojas en descomposición, un olor acre que te llena las fosas nasales. De repente, el cuervo describe un círculo en el aire y se posa en la rama de un árbol cubierto de musgo. Grazna con fuerza, como si intentara llamar vuestra atención. Miras hacia donde señala el cuervo y divisas, entre la maleza, una pequeña cabaña de madera, apenas visible entre la espesura. Una fina columna de humo se eleva desde la chimenea, indicando que está habitada.

´Debe ser la cabaña de Elara´, dices, sintiendo un escalofrío recorrer tu espalda. ´El cuervo nos ha guiado Desmontás de los caballos y te acercás a la a la cabaña con cautela, con las armas preparadas. Valerius y Silvano se adelantan, inspeccionando el terreno en busca de posibles trampas o emboscadas. Aelia se queda atrás, protegiendo al hombre herido. Radko te sigue de cerca, con el rostro pálido por el miedo. Al llegar a la puerta de la cabaña, llamás con los nudillos. Un silencio sepulcral responde. Volvés a llamar, esta vez con más fuerza. Después de unos instantes, la puerta se abre lentamente, revelando la figura de un hombre anciano, de rostro arrugado y mirada penetrante. Viste una túnica larga y raída, y lleva un bastón de madera en la mano.

Sus ojos escudriñan a cada uno de nosotros, deteniéndose por un instante en el amuleto de piedra que llevas al cuello. ´¿Qué desean?´, pregunta el anciano con voz ronca. ´Soy Alecxis´, respondes. ´El rey Theron nos ha enviado. Tenemos un mensaje para ti de Melanie Dokt´. Los ojos del anciano se entrecierran al escuchar el nombre de Melanie. Una expresión extraña cruza su rostro, una mezcla de sorpresa y desconfianza. ´Melanie...´, murmura. ´¿Qué les ha dicho?´ ´Nos ha pedido que te busquemos´, continúas. ´Necesitamos tu ayuda para encontrar la Máscara de Xok´tar´. El anciano guarda silencio durante unos instantes, como si estuviera sospechando de nuestras palabras.

Fiinalmente ,hace un gesto para que entrémos ´Pasen´, dice. ´Pero tengan cuidado. Esta cabaña guarda secretos que es mejor no descubrir´. Entrás en la cabaña, que está llena de objetos extraños y misteriosos: libros antiguos, frascos llenos de líquidos de colores, hierbas secas colgadas del techo, cráneos de animales. El aire huele a incienso y a especias, un olor que te marea y te desorienta. El anciano nos invita a sentaros alrededor de una mesa de madera, sobre la que hay un candelabro con una vela encendida. La luz parpadeante ilumina su rostro, resaltando sus arrugas y su mirada penetrante. ´Ahora, cuéntenme todo´, dice. ´¿Por qué buscan la Máscara de Xok´tar? ¿Y qué papel juega Melanie en todo esto?´

Comienzas a relatarle a Elara la historia desde el principio: la muerte de tu padre, tu expedición a Tarquitia, el descubrimiento de la Máscara de Xok'tar, la visión profética, tu destierro, el encuentro con Melanie y su petición de buscar la ayuda del rey Theron, y finalmente, su consejo de encontrarlo a él, Elara, el mago renegado. Mientras hablas, observas atentamente las reacciones del anciano. Su rostro permanece impasible, pero sus ojos te escudriñan con intensidad, como si estuviera tratando de leer tus pensamientos. Al mencionar a Melanie, notas un ligero cambio en su expresión, una sombra de tristeza que se desvanece tan rápido como aparece.

Cuando terminas tu relato, Elara permanece en silencio durante un largo rato, con la mirada fija en la llama de la vela. El único sonido que se escucha es el crepitar del fuego en la chimenea. Finalmente, levanta la vista y te mira con una expresión grave. ´La Máscara de Xok'tar es un objeto de gran poder´, dice. ´Un poder que puede ser utilizado para el bien o para el mal. Melanie es una mujer poderosa y valiente, pero también es impulsiva y está cegada por el amor. Temo que esté cometiendo un error al involucrarte en todo esto´.

´No entiendo´, respondes. ´¿Qué quieres decir?´

´La Máscara de Xok'tar no debe caer en manos equivocadas´, explica Elara. ´Si lo hace, podría desatarse una guerra devastadora que consumirá el mundo. Melanie cree que puedes controlarla, pero ella no comprende el verdadero poder de la máscara´.

´¿Entonces, qué debemos hacer?´, preguntas, sintiendo una punzada de temor en el estómago.

Elara se levanta de la mesa y se dirige hacia una estantería llena de libros antiguos. Busca entre ellos hasta que encuentra uno encuadernado en cuero negro, sin título ni adornos. Abre el libro con cuidado y comienza a leer en voz baja, en una lengua extraña y desconocida. A medida que lee, la cabaña se llena de una energía extraña y vibrante. El fuego en la chimenea crepita con más fuerza, y las sombras bailan en las paredes. Sientes que el amuleto de piedra que llevas al cuello comienza a vibrar con intensidad, como si estuviera respondiendo a la magia del libro.

De repente, Elara cierra el libro de golpe y te mira con una expresión de asombro y temor. ´Lo he encontrado´, dice. ´La clave para destruir la Máscara de Xok'tar está aquí, en este libro. Pero el ritual es peligroso y requiere de un gran sacrificio´.

´¿Qué tipo de sacrificio?´, preguntas, sintiendo un presentimiento ominoso.

´Un sacrificio de sangre´, responde Elara. ´La sangre de alguien que esté conectado con la máscara. Alguien que la haya usado y haya sentido su poder´.

Tus ojos se abren con sorpresa y horror. Sabes lo que eso significa. El único que cumple con esa descripción eres tú.

Elara se acerca a ti y te coloca una mano en el hombro. ´Lo siento, Alecxis´, dice. ´Pero no hay otra manera. Si queremos salvar el mundo, debes estar dispuesto a sacrificarte´.