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EN OTRO TIEMPO 2: El Regreso De Ana

EN OTRO TIEMPO 2: El Regreso De Ana

Status: Terminada
Genre:Malentendidos / Reencuentro / Dejar escapar al amor / Amor-odio / Viaje a un mundo de fantasía / Viaje a un juego / Completas
Popularitas:1.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Cecilia Ruiz Diaz

En el 2010, dos años después de su receso a su tiempo, Anastasia, lleva una vida muy tranquila. De su casa a la universidad, en dónde daba clases, y de ahí de regreso.
todo se moviliza cuando recibe un sobre proveniente de florida, firmado por su hermana, en tiempo presente. Ana se siente un poco extraña con este hecho, sumado a un accidente, por el cual, vuelve a viajar, Pero está vez a 1989.

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capitulo 11: LA FIESTA DEL CLUB

Capítulo 11 — LA FIESTA DEL CLUB

Estaban en la puerta del club de barrio. Ana vestía muy simple: un suéter y jeans.

—Qué emoción… Es la primera vez que voy a una fiesta como esta —comentó Ana.

En cierto modo, era verdad. Había ido a la fiesta en casa de los Charles, más para jóvenes, y a la gala en Richard motors. Pero a una fiesta de club de barrio, no.

Su abuelo, antes de entrar, posó su mirada en Yoli.

—Estás hermosa, hija —dijo, acariciándole el cabello. La chica lo abrazó.

—Gracias, papi.

—Y usted también, señorita —añadió mirando a Ana, quien los observó conmovida.

Ella tragó saliva para reponerse.

—Ya lo sé… —bromeó—, pero acá la protagonista es esta jovencita.

Pasó un brazo por los hombros de su tía.

—¿Entramos? Que hace frío —dijo su abuela, y todos entraron.

Al ingresar, Ana recorrió con la mirada todo el salón. La decoración era pintoresca: mesas largas de tablones, sillas de chapa verde y guilnandas con banderines de colores. Esa sensación de emoción que sentía en el pecho le hacía olvidar, al menos un poco, todo lo que pasaba en su vida. Solo quería disfrutar ese momento.

Del otro lado del salón divisó al futuro tío Rolo. Miró a Yoli, que no podía dejar de verlo, sonrojada. Se sentaron en una punta de uno de los tablones. La gente seguía entrando sin parar.

Había chacinados como entrada, ensaladas y asado como plato principal, ella bebio vino con su abuelo, para acompañarlo, ya que no podía beber mucho. Ana lo estaba pasando muy bien, riendo y bromeando con sus abuelos; Yoli, en cambio, parecía más pendiente de que Rolo las miraba seguido.

En el escenario se presentaron un par de grupos de folklore. “Todo tan nacional…”, pensó Ana.

En un momento, acompañó a su tía al baño. Tuvieron que pasar justo por delante del joven enamorado y atravesar la pista de baile.

Mientras Yoli estaba en el baño, Ana salió un momento a ver al conjunto que tocaba en el escenario. Entonces, Rolo se acercó.

—Hola… ¿Ana? ¿Verdad?

—Sí, hola, Rolo. ¿Cómo estás?

—Bien. Pero quisiera hablar con vos en privado… ¿Podemos?

Ana miró hacia el baño y luego al chico.

—Podemos hablar acá…

—Hay mucho ruido. Detrás de esa puerta está el patio.

Ella dudó un momento, pero al final aceptó. Afuera todo estaba más calmo.

—Bueno, ya estamos fuera —dijo Ana.

—Sí… Yo no sé cómo decirte esto.

—¿Esto qué?

—Es que no me salen bien las palabras… pero creo que si no es con vos, no es con nadie.

—Ay, no… ¿Conmigo qué? —preguntó, algo titubeante.

—Es que… —Rolo movía las manos, visiblemente nervioso.

—Rolo, ¿estás bien?

—No sé cómo hablar de mis sentimientos…

El muchacho estaba al borde de un ataque de pánico. Ana le tomó las manos.

—Tratá de respirar… —alcanzó a decir, cuando de repente vio a su tía parada en la puerta—. ¿Tía?

—¿Tía? —repitió Rolo, igual de desconcertado.

Yoli salió corriendo. Ana fue detrás de ella. Atravesaron todo el salón hacia la salida principal, tan rápido que los abuelos ni las vieron.

Cuando la alcanzó, Yoli estaba llorando en un rincón de la vereda, cruzada de brazos y muerta de frío.

—Corrés rápido, tía —dijo Ana, agitada.

—Andate, no te quiero ver —respondió, sin descruzar los brazos.

—Tía… No sé qué viste, pero no es lo que creés.

—No. Aparte de ver, oí.

—¿Y qué oíste?

—Que te quería decir algo…

—Pero no sabemos qué iba a decir.

—Ana, no seas tan ingenua.

Ana guardó silencio un instante. Quizá ya era hora de contarle todo.

—Tía… Lo que sea que me haya querido decir Rolo, yo jamás le haría caso. Él es tu único amor. Yo lo recuerdo como tío.

—No sé… Sos más grande y desenvuelta.

—Hace dos años atrás yo era igual que vos… Hasta que conocí a Chris Richard y me enamoré de él.

—¿Chris Richard?

Ana asintió.

—Sí, tía. Fue mi novio.

Yoli la miró sorprendida, y luego sonrió.

—Es que Rolo es el único chico que me ha gustado… Bueno, Rolo y Chris Richard.

—Ay, tía… —dijo Ana, riendo.

—Bueno, soy adolescente.

Ambas rieron y se abrazaron.

—Pero, con Rolo… ¿qué hacemos? —preguntó Yoli.

—Le vamos a dejar claro que conmigo no puede pretender nada. Vamos.

Ana le tendió la mano. Fueron hacia la entrada, pero justo se toparon con el muchacho.

—Bueno, ¡justo! —dijo Ana—. Con vos quería hablar…

—Vine a ver si todo estaba bien.

—No, no está bien. Te quiero dejar algo claro. Yo soy más grande que vos, y no puede haber nada entre nosotros.

—Pero yo…

—Nada. Sos un buen chico, pero sacate cualquier idea de la cabeza. Apenas me conocés.

Rolo frunció el ceño.

—Ana… Yo solo quería preguntarte cómo podía hacer para acercarme a Yoli…

Ana lo miró con los ojos abiertos.

—Ah…

—¿A mí? —preguntó Yoli, un paso atrás.

—Sí. Me gustás mucho, pero cada vez que intento acercarme, ni siquiera me mirás.

Ana miró a su tía y luego al chico.

—Bueno… —dijo, haciéndole una seña a Yoli para que se acercara—. Yo creo que Yoli también quiere hablar con vos…

—¿Es verdad? —preguntó Rolo, mirándola.

Yoli asintió con una sonrisa tímida.

—¿Querés ir a sentarte conmigo? —insistió él, tendiéndole la mano.

—Sí, me encantaría —respondió ella, aceptándola.

Cuando Ana volvió sola a la mesa, los abuelos se miraron intrigados.

—¿Y Yoli? —preguntó la abuela.

—Tiene una cita —respondió Ana, señalando hacia donde estaban sentados.

—Viejo, mirá eso —dijo la abuela, tocando el brazo de su esposo.

—¿Ese es mi canillita? —preguntó el abuelo.

—Sí. Son hermosos —respondió ella, sonriendo.

Al día siguiente, todos fueron a la casa de su hermana. Por suerte, Ralf ya había avisado al guardia que irían, porque el anterior no estaba ese día.

El clima era perfecto para ser invierno, así que podían pasar el día en el jardín.

Después de comer, Ralf se alejó con los abuelos. Ana y Val aprovecharon para interrogar a Yoli.

—Ay, al fin… Ahora sí creo que van a nacer mis primos —dijo Ana, divertida.

—Chicas, aún es muy pronto… Aunque ustedes tengan el diario de mañana.

—Ya nos vas a contar de tu primer beso, aunque sea en otra fecha…

—¿Otra fecha? Oh, ustedes creen que… No, intercambio de fluidos no. ¡Qué asco!

Ambas sobrinas estallaron de risa. Tanto que Ana comenzó a toser sin parar. Yoli y Val se preocuparon.

—Tomá agua —dijo Val, levantándose rápido para alcanzarle un vaso.

Ana lo tomó y bebió.

—Gracias… No sé qué me pasó —dijo, ya más tranquila.

Val respiró aliviada, pero de pronto soltó un quejido.

—¿Qué? —preguntó Ana, alarmada.

—¡Me duele mucho la panza! —exclamó Val, sentándose con ayuda de las dos chicas.

—¡Ralf! —llamó Ana.

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Cecilia Lujan Ruiz Diaz
muchas gracias!!! ojalá hayas leído las dos partes!!! me emociona tu opinión 😍😍
Dana Gafe
Hermosa historia ... muy corta ... emocionante .
Cecilia Lujan Ruiz Diaz: hay dos partes, está es la segunda. muchas gracias!! 🙂 😘😘
total 1 replies
Dana Gafe
simplemente ¡fabulosa! está para una película o miniserie.
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