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Voluntades Inquebrantables

Voluntades Inquebrantables

Status: En proceso
Genre:Viaje a un mundo de fantasía
Popularitas:430
Nilai: 5
nombre de autor: Francisco Loaiza

La vida es la esencia misma, la esencia son los artes manipulables.

El arte de la vida, realidad y muerte; y el arte de los elementos.

Unos nacen con gran Voluntad, otros con una mediocre. Otros deciden luchar con garras y dientes, otros quedarse a esperar.
Unos nacen en la gloria, otros deben pelear por esa gloria. Otros yacen en la ruina, y otros crean su ruina.

La vida es injusta, sin embargo, es justa para quienes deciden enfrentarla. Pocos lo logran, y cuando lo logran, el mundo se doblega ante su voluntad.

Solo aquel con una Voluntad insondable y vasta, es capaz de subyugar y manipular la voluntad de otro, sin embargo esto es tabú.

NovelToon tiene autorización de Francisco Loaiza para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Cap 7: Preludio de guerra

Los recuerdos de ese día, parecen que hubieran sido solo ayer. “Supongo que es, porque casi pierdo la vida varias veces”.

Brock, definitivamente era fuerte, tal vez, no como para enfrentarse a los espíritus de la cuarta categoría para arriba, y ni hablar de las deidades espirituales, esos espíritus son de la categoría cero, o categoría divina. Son bestias capaces de poner la realidad de cabeza y de una inteligencia superior o igual a la de un ser humano.

Esos espíritus solo los he visto en cuentos, mangas, y novelas escritas por los amantes de la fantasía. Ni siquiera en los libros he visto dichos espíritus, pero parece de conocimiento general saber que existen por ahí escondidos.

Pero es mejor no saber de ellos, sin duda alguna serían un dolor de cabeza.

El dolor en mi cuerpo era bastante incómodo, la espalda aún me dolía, a pesar de haber recibido tratamiento por un Fronken. No es para menos, eso me podía haber dejado lisiado literalmente.

Los pequeños temblores del automóvil, no ayudaban para nada a relajarme, era una tortura evitar sentir el agonizante dolor. Pero bueno es manejable. Sin embargo, Brock, freno a raya.

Una turba de gente se plantó en la avenida principal. El bullicio apenas era entendible, lo único entendible era lo que estaba escritos en varios letreros que llevaban en la mano: VIVA LA SANTA VOLUNTAD DE LA MUERTE.

Y unos cuantos dibujos e imágenes, de una cabra espiritual del tercer grado, su forma era humanoide, con siete garras, y sus patas que eran invertidas como las de una cabra normal, estaba de pie, con una calavera humana en su mano derecha, y un corazón humano en la izquierda.

Ese espíritu hace un siglo y medio atrás, había puesto de cabeza varias ciudades, en sentido figurado. Fue una masacre, al menos eso cuenta la historia de mi reino. Además, se cuenta que era un espíritu inmundo de la tercer categoría, pero que tenía la capacidad de seguir escalando en poder y voluntad.

Brock, se limitó a tocar el claxon, pero de fue de muy poca ayuda.

La situación parecía agravarse cuando comenzaron a tirar piedras y basura, obviamente no nos pasaría nada, ya que nuestro automóvil era lo suficientemente resistente para aguantar la embestida de un espíritu categoría cinco.

Unas decenas de soldados, ataviados con armaduras de acero, y con cascos, que tenían una abertura en los ojos de forma horizontal. Y lo más distinguido de dichas armaduras, eran los soles cincelados en la pechera y en la espalda.

Estos soldados pertenecían a la iglesia del Sol, y se ocupaban de los problemas que normalmente ocasionaba las sectas inmundas.

Fue cuestión de un minuto, la eficacia  con la que subyugaron, a los sectarios, estos estaban tendidos en el suelo rogando a la bestia que los salvara. Sin embargo, fueron silenciados rápidamente.

Y por la misma, Brock, piso el pedal a tope.

Los edificios pasaban como película, el sol que se escondía detrás de ellos, produciendo sombras que llegaban a cubrir toda la avenida. Una mansión se elevaba en más allá de los edificios y los locales. Dicha mansión pertenecía a la quinta familia, los Voltwar, que también es mi hogar.

La situación en mi hogar cada vez que regresaba, no era la más ideal, en especial cuando regresaba con todo tipo de lesiones u olores rancios.

Los porteros hicieron la rutinaria inspección para permitir pasar al vehículo, ya que, hace tiempo sufrimos un atentado, pero nada que no podamos manejar.

Los uniformes azul marino, con sus elegantes bordados en hilo dorado, las carreteras, con sus respectivas estrellas que designarán su grado y jerarquía, ellos estaban en el último eslabón en cuanto a la jerarquía de la marina.

–             Buenas tardes, Brocker, le comunico que el Señor Voltwar, desea verlo en la oficina central a las cuatro de la tarde, estoy seguro que ya se lo comunicó, pero me dejo el mensaje de todos modos – Anunció el marinero, Ronald Hrenmy.

Su voz era áspera a pesar de su edad, ya que, a lo mucho ha de tener sus veinti tantos. Sus ojos café oscuro, eran rasgados, y feroces, su pelo peinado con la ralla a un lado, le daba un toque infantil.

–             Gracias por el aviso, joven Ronald. Y sí, tal como dijiste, ya se me informó, pero nunca esta demás un recordatorio –. Contestó Brock, con su habitual serenidad y frialdad, pero con suma cordialidad.

–             Joven Valian, buenas tardes, su madre desea verlo en su despacho –. Anunció el otro cadete, con voz bastante sarcástica, como si hablara con cualquier persona.

–             Gracias, Rult, lo tendré en cuenta, espero que tengas una hermosa y maravillosa tarde –. Respondí con notable mofa.

Los dos hombre solo chasquearon la lengua, y abrieron las puertas. Estas se corrieron a sus lados opuestas a la que se cierran.

Mi padre se había esforzado en tener una mansión digna de nuestro apellido. Habían intrínsecos grabados en las paredes, que iban desde lluvias tormentosas, hasta el mar calmado con la luna llena de espectadora. Una pileta, donde el agua salía de un par de delfines, esta estaba ubicado  en medio de un bello jardín lleno de rosas blancas y rojas, todo en formas circulares.

La mansión se elevaba hasta un segundo piso, más una terraza. La puerta principal era de un intenso negro, casi parecía que era la inmensa oscuridad del mar en la noche. Tenía grabados que representaban todo lo relacionado al mar y la luna.

El interior también estaba bien decorado, desde las lámparas, hasta el pasamanos de las escaleras que se arqueaban al elevarse al primer piso, y estas eran dos, una en la derecha y la otra en la izquierda. Un salón principal, el comedor principal, incluso había varias habitaciones vacías para los invitados. La cocina quedaba en la parte de atrás, cabe decir que me encanta estar metido en la cocina, el chef es un profesional en su labor. Lo mismo pasa con las sirvientas, estas también son increíbles en su trabajo, había un total de veinticuatro sirvientas en la casa, se repartían en tres horarios laborales.

Todo estaba decorado con las más ricas joyas, y las finas telas, como las de terciopelo, y la seda, entre otras.

Tanta opulencia me agotaba, pero bueno, no queda de otra. Este es mi hogar.

Me dirigí al despacho de mi madre, que se encontraba en el primer piso, justo a lado del despacho de mi padre.

Toqué la puerta tres veces para anunciar mi llegada, y entonces una dulce y melodiosa voz me llegó desde el otro lado de la puerta.

–             Pasa, mi niño –. Dijo mi madre, con total dulzura.

Apenas entré, un rico olor a fragancia de rosas inundó mi olfato, dejando apreciar el dulce aroma de las flores.

Mi madre con su habitual cabello castaño y crespo, tan largo que le llegaba por debajo de los hombros. Su piel clara y suave; sus ojos de suave café claro, su mirada parecía dejar todo al descubierto.

“Bueno las madres tienen poderes que les hacen saber todo acerca de sus hijos”.

Ella recorrió todo mi ser con su mirada, había veces en las que fruncía  el ceño, y otras en las que su mirada se volvía tan dulce, como la miel.

–             Hijo ¿por qué estás tan lastimado? –. Pregunto ella con su habitual tono maternal.

La mire un rato a los ojos, y no fui capaz de sostener la mirada. Mirando al suelo, le conté con lujo de detalles todo lo que ocurrió en la academia. No podía guardarme nada, porque estoy seguro de que ya la llamaron para darle la noticia de mi pequeña riña.

Escuché que suspiró resignada, luego escuché un cajón de su escritorio abrirse. Ella llamó mi atención al tocar la el escritorio con su dedo.

 Me enseñó una perla morada, con matices verde, era una perla sanadora.

–             Debes estar listo, más tarde habrá una cena familiar, tu padre quiere hacer un anuncio –. Anunció con ternura

¿Un anuncio? Mmm… mi padre suele dar estos anuncios cuando algo ocurre. Me pregunto… ¿qué ha sucedido ahora?

Asentí en señal de confirmación, y me dispuse en salir del despacho, sin embargo, mi madre volvió a llamarme e hizo señas par que me acercara.

Cuando ya estuve a escasos centímetros de ella, sus brazos se extendieron, abrazándome con mucha fuerza y besando mi cabello. Luego con voz alegre y dulce dijo: — Val, debes de vivir la vida al máximo, solo tienes una, no la desperdicies, cada minuto cuenta, cada segundo es precioso, y tu mi niño debes sonreír ante todo. Detesto verte cabizbajo, sonríe para mí, sonríe para afrontar todo aquello que se te oponga, vive con una espléndida sonrisa… ¿oíste? —.

Me la quedé mirando perplejo, escuchar ese tipo de consejos no era raro, pero si extraño. A veces creo que mi madre piensa que yo no valoro mi vida, y sí, le he dado motivos para pensar eso, pero no por eso no valoro mi vida.

“Mmm… que pesado”. – Tranquila querida madre, te aseguro que viviré mi vida al máximo, y con una sonrisa en los labios, no te preocupes –. Respondí a su preocupación, con sinceridad, ya que, jamás he pensado en malgastar mi vida.

Ella sonrío y me dio un beso en la frente, luego me dejo ir.

 

Ya era el ocaso, faltaba poco para la cena familiar. El cielo estaba despejado, y los tenues rayos solares bañaban el jardín trasero de la mansión. Me encantaba ver como todo se pintaba de un tono anaranjado y amarillo, mientras la brisa soplaba suavemente. Sentía que podía flotar con ella, y dejarme llevar hasta los confines de la tierra.

La última vez que hubo una cena familiar fue hace un año atrás, cuando se reveló mi problema con mi núcleo de voluntad. Fue un día lleno de problemas, pero también de júbilo, por fin podía actuar como debería haber actuado siempre, siendo yo mismo.

Un sonido de tintineo resonó desde las puertas traseras de la mansión, volteé, y pude ver a Beatriz la jefa de las sirvientas. Hizo señas a su pequeño reloj en su muñeca izquierda, haciendo ver que ya era la hora de la cena.

Solté un pesado suspiro, resignándome, me levanté y caminé directo a la realidad. Era hora de escuchar los nuevos problemas.

La cena familiar, si es que se Longoria llamar así, no tenía ni una pizca de familia hogareña, más bien la tensión era tal, que se podía cortar con una tijera. Amara estaba sentada al frente mío, y mi madre a la derecha pero en el centro, mientras que mi padre en el centro izquierdo.

Había bastante comida en la mesa, para elegir desde lo dulce hasta lo salado. Yo comencé con los mariscos.

Eché un vistazo a mi padre el cual no había tocado su plato, y ni siquiera parecía querer hacerlo. Su mirada severa recorría toda la mesa, mirando y examinando a la familia. Cuando posó su mirada en la mía, yo aparté la mirada esquivando la suya.

El se dio cuenta y con su voz grave y gruesa habló con un tono bastante calmado: – Valian, se me ha comunicado lo que le hiciste a ese niño Fronken… ¿Qué hubieras hecho, si de verdad lo matabas? –.

“Rayos, de todas las preguntas tenía que ser esa”. Tragué saliva.

El sudor comenzaba a correr por mis manos, y mi corazón latía con tanta fuerza, que temía que se escuchara en el comedor. Levanté la mirada y mire fijamente a los ojos marrones de mi padre, su mirada era severa, pero no parecía enfadado. Luego hablé con firmeza, pero sin ser irrespetuoso: – Si Mark moría ahí mismo, no habría hecho nada para negarlo, ni para escapar de mi juicio, pero su muerte no sería sin motivo, si él alza el cuchillo para matar, debe estar preparado para ser acuchillado –.

Mi respuesta era coherente, no había manera de dejarme matar sin defenderme, como así mismo, no había manera de que no matara si me atacaban.

Mi padre asintió levemente, y pude notar que la comisura de sus labios se levantaron un poquito, eso fue suficiente para hacerme saber que había hecho bien. Sin embargo, mi ilusión se desvaneció cuando dijo: – Ese niño Mark, es importante para la familia Fronken, hay posibilidades de que te busquen para matarte, no te despegues de Brock, hasta que te gradúes, solo después de eso veremos que sucederá después –.

Su preocupación era extraña para mí, pero por extraño que sea me hizo sentir bien.

Él se pasó la mano por sus cabellos oscuros, sus manos tenían ciertos rasguños, y su frente se arrugada cada vez que se frotaba la sien. Estaba preocupado.

–         Escuchen. – Dijo con autoridad. – Habrá guerra dentro de muy poco tiempo –. Dijo, sombríamente.

 

 

 

 

 

1
K.V.N
mira como dejaron traumado al muchacho.
K.V.N
se les salió el chamuco
K.V.N
nombre de todo le pasa 🤣
K.V.N
más vale prevenir que lamentar
K.V.N
pobre cosita fea
K.V.N
de momento veo que tiene una historia lineal con un trabajo en creación de personas aceptable pero tienen personalidad por lo que veo hay muchas cosas a mejorar pero tiene potencial
K.V.N
de momento veo que tiene una historia lineal con un trabajo en creación de personas aceptable pero tienen personalidad por lo que veo hay muchas cosas a mejorar pero tiene potencial
K.V.N
XD
K.V.N
tranquilo bro 😂
Eso es cierto, cada quien debe ahce4se cargo de sus acciones.
Eso recién empieza, esta obra os volará sus cabezas
Alan Ruiz
esto es por medio de la historia porque suena que el protagonista ya ha vivido todo
K.V.N: opino lo mismo en algunas partes suena como si ya lo vivio
total 1 replies
Deqku
La idea es fascinante
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