Una historia de amor imposible, donde
las cosas no son lo que parecen y las
mentiras del pasado dejan cicatrices y
huellas en el presente. El viaje de Loren Smaiker para descubrir y experimentar una manera de amar más allá de la lujuria, el deseo y la pasión, exponiendo el
romanticismo como elemento principal
del amor.
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Capitulo VIII: La Gran Boda
A toda la familia le causaba gran entusiasmo la boda de Lían exacto a mí, sin conocer a su prometida ya la despreciaba, fue inevitable ojear sus redes sociales, aparentemente era una chica normal, de lindo rostro y buen cuerpo, pero una parte de mi sentía una cierta envidia, era tanto mi molestia que me decidí a no ir a ´´LA GRAN BODA´´ a pesar que mucho me insistieron, mi decisión ya estaba tomada, hasta que recibí una llamada inesperada
—Hola Loren, ¿Cómo estás?
—Hola, bien y tú.
—Todo bien, escuche que no vendrías a mi boda, ¿Es cierto?
—Correcto.
—Es un día muy especial y quiero que toda mi familia este presente y tú eres parte de mi familia—Afirmo Lían
—Hablas como si se te olvido todo lo que vivimos juntos.
—No, pero tu mi misma dijiste que lo nuestro no tenía futuro—Replico Lían
—Me parece muy hipócrita de tu parte, después de lo mucho que me decías que te gustaba.
—Aun me gustas y mucho, tanto que tal vez no pueda amar otra mujer como a ti—confeso Lían
—Entonces porque te casas.
—Aparte del buen sexo, Mónica es muy bella y una buena mujer.
—Entonces te casas sin amor.
—Sí.
—No te cases entonces—Insinué
—No lo entiendes, si fuera por amor me casaría contigo, pero eso no podrá ser y lo sabes.
—Tendríamos que irnos muy lejos, porque tu mamá y la mía no aceptaran nuestra relación
—Y tu estas dispuesta hacer eso—Pregunto Lían
—No lo sé, es una decisión difícil de tomar, una vez lo intentamos y no funciono.
—En aquel entonces no tenía para rentar un apartamento decente, pero ahora gano bien y somos más maduros.
—Ahora tú también eres figura pública, si la verdad se llegara saber sería un escándalo para tu carrea.
—No importa.
—Sabes Lían, si iré a tu boda, cásate, forma una familia y se feliz, yo encontrare la manera.
Termino la conversación y al final mi corazón estaba más roto, una vez más llore con profunda tristeza, por un amor prohibido.
Lo siguiente fue escoger el vestido para la ceremonia, Hannah termino escogiéndolo por mí, un vestido rosa juvenil y muy bonito.
Se acercaba la fecha del evento, mi tía Helen y mi mamá más recuperada ya andaba con muletas, se adelantaron para ayudar con la planificación y detalles de la boda, a mi tía le cayó bien Mónica, lo que no me así mucha gracia.
Viajé con mi tío Davis y mi prima Hannah para Miami un día antes de la boda, por fin pude conocer a Mónica, en mi primera impresión me pareció alguien agradable, pero en mi interior quería tomarla por el cuello, así que fui muy diplomática.
En la noche cenamos todos en la mesa, toda la atención se la llevaba Mónica, del disgusto se me quito el apetito y me levante de la mesa.
—Qué pasa Loren—Pregunto Tía Helen
—No me siento bien.
—Quieres ver a un médico (Lían).
—No tranquilo, es solo un dolor de cabeza
—Es el cansancio del viaje—Comento el Tío Davis
—Eso, necesitó descansar.
Me fui a dormir, a poco tiempo vino a hablar conmigo Hannah
—Sé que es difícil para ti, pero tienes que poner de tu parte, literalmente Mónica no te ha hecho nada, ante sus ojos tu eres solo una prima más.
—Créeme que lo estoy intentando y tal vez tienes razón, ella no tiene la culpa de nada, pero eso no quiere decir que vallamos hacer mejores amigas.
—Solo compórtate como una buena prima y se un poco simpática nada más—Alego Hannah
—Suena muy fácil (con una sonrisa).
No dormí muy bien esa noche, amaneció y el día de la boda había llegado, todo estaba listo para que los novios se dieran el “SI” ante la ley y la Iglesia.
Acudieron más de 200 personas, la decoración era algo magistral, el paste una obra de arte.
Me senté a ver como morían mis sueños de amor perfecto y no pude contenerme, aunque no fue la única por la nostalgia del momento mi tía también lloro, aun que mis lágrimas eran de tristeza y desesperanza.
Allí estaba él con su prometida con 19 años, toda una vida por delante y una prometedora carrera en las Ligas Mayores, entonces le preguntaron acepta usted por esposa a Mónica Michelle Salvatore y es respondió ¨Si acepto¨, después la icónica pregunta si hay alguien que tenga alguna objeción con esta unión que habla ahora y calle para siempre, en ese mismo instante, mi tía voltio y me culmino con su mirada, no hubo impedimento alguno y los declaran marido y mujer.
Luego de todo lo protocolar hubo una fiesta, pero mi ánimo estaba por el suelo y me fue de allí a llorar sobre mi almohada, sentía tanta rabia que me jure a mí misma que ya no lloraría más por Lían y cerraría esa noche con ese capítulo de mi vida.
Antes de volver a New York tuve una pequeña conversación con Lían
—Te vi llorar en la boda, lamento todo lo malo que te hecho pasar.
—Tranquilo descuida, ya paso, te deseo que seas muy feliz—Le asegure
—Gracias yo también deseo lo mejor para ti.
—Gracias, por lo momentos seria terminar el colegio.
—Si necesitas algo me dices.
—Entonces seremos buenos primos—Le pregunte
—O hermanos—Insinuó Lían
—No creo, primos mejor.
—Está bien.
Me abrazo y me dijo: ´´Quisiera que siempre estemos así tan cerca´´.
—No digas eso, te acabas de casar—Le Reproche
Pasamos un minuto abrasados, sintiendo el calor corporal uno del otro, cuando no separamos, nos miramos fijamente, sentí la tentación de besarlo y sé que el también sintió lo mismo, pero rompió la fricción con un beso en el cachete y yo también hice lo mismo. Allí termino mi historia con Lían, ahora me enfocaría en estudiar y tratar de vivir mi vida sin amor.