¿Morir así de miserable? Esta novela es una mierda. Todos son unos lunáticos.
‹El villano maldito›, era una popular novela histórica sangrienta y con un romance un poco torcido. Leí el libro hasta que mi cuerpo enfermizo no pudo ni siquiera sostener el libro, y quedé ciega. No debí tener siquiera una pizca de lástima por el final miserable de la protagonista de la historia, ¡Entonces no habría reencarnado en su cuerpo! La princesa heredera y, el personaje más lamentable del libro. Murió tratando de dar a luz al heredero del frío y despreciable príncipe maldito, a quien amó sinceramente. El feto ni siquiera esperó 9 meses, como un monstruo, desgarró el vientre de su madre. No sé que pensaba esa princesa, pero no tendré una muerte tan lamentable otra vez. “En primer lugar, debo cancelar ese maldito compromiso”—Pero, ese desgraciado príncipe me tomó de la mandíbula y frunció el ceño atractivamente —“¿No me amas?—¿Estás tratando de escapar de mí?”.
原创故事。
NovelToon tiene autorización de EmyBack para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 7 : “¿No me amas?”
Mi cuerpo se retorció ante el jadeo. ¡y esa maldita mano seguía apretando mi muñeca!
¿Já? ¿Quién mierda-?
Un cuerpo se apegó al mío incluso antes de que siquiera levantara la cabeza, dejando mi mente en blanco.
Abrí los ojos aún más, moviendo mis pupilas desesperadamente. Sin embargo, levanté la cabeza sin titubear.
Moví las pupilas para analizar al hombre que tenía pegado a mí.
Su piel. Una piel suave y blanca sin alguna imperfección, mucho menos maquillaje.
Su cabello negro y corto, peinado perfectamente hacia atrás, dejando a la vista sus cejas del mismo color.
Sus ojos se clavaron en los míos, analizándome de igual o peor manera, no importa. Ya que yo, también me intrigué en sus ojos.
La esclerótica hermosamente blanca y la pupila pintada de marrón. Me entretuve lo suficiente como para analizar eso. Aunque, era completamente diferente al ojo izquierdo, que era exactamente lo opuesto. La pupila de un raro azul y, la esclerótica parecía tornarse oscura.
Una pequeña cicatriz traspasaba ese mismo ojo, terminando justo antes de tocar el atractivo lunar que tenía bajo el ojo.
No llevaba ningún tipo de maquillaje en los labios, pero los tenía enrojecidos.
Cuando se percató de mi mirada en sus labios, me enseñó sus perfectos dientes al esbozar una risita. Cada uno de ellos perfectamente blancos, y sus colmillos eran tan afilados como había leído.
Es la apariencia aterradora y llamativa que se describió en el prólogo de la novela. Un hombre de apariencia mítica.
Tal y como Hwan es.
Hizo una de sus tantas muecas, pero no decía nada.
Bajé ambas cejas y lo miré a los ojos.
—¿Quién?
Por supuesto que conocía su nombre, pero él se veía muy arrogante.
Hizo una mueca de tenue confusión, pero después una sonrisa volvió a dibujarse en sus perfectos labios.
Mierda, ¿qué estoy diciendo?
—Mei —pronunció.
Bufé.
⟨“Él nunca la llamó por su nombre. Quizás nunca supo cuál era. Mei pensaba que estaba siendo muy codiciosa, así que nunca se lo pidió.”⟩.
Maldito. Malnacido. Hijo de $*#.
¿Siquiera sabias cuál era el nombre de la mujer que te amó hasta morir?
Agh, incluso si Mei fuera renacido, habría hecho las mismas cosas por Hwan.
Solté unas risitas, que dejaron una mueca de sorpresa y confusión en su rostro.
—Así que conoces mi nombre.
Levantó la mano y me la puso en el cuello. Me pasó la yema de su pulgar por los labios y, entonces lo lamió.
Miré su pulgar el cual estaba manchado de pintura de flores roja. El malnacido estaba quitando la pintura de labios que se me corrió cuando besé a Zorám.
—Lo conozco —dijo, antes de pegarle otra lamida a su pulgar manchado con mi labial —Desde hace mucho.
—Maldito.
Una mierda las formalidades.
¿Qué? ¿Debo felicitarte porque conoces el nombre de la mujer con la que estás comprometido desde niño?
⟨“Hwan” fue el nombre que resonó en su mente. Desde ese momento, Mei, quien apenas era una niña, no se atrevió a olvidarlo nunca⟩.
Hizo una de sus tantas muecas otra vez y acercó su cara a la mía.
¿Quizás esperaba que me derritiera?
Lo miré expectante, sin vacilar ni un solo momento.
Eso lo hizo levantar la cejas, en una mueca de gusto.
—Te has vuelto una malhablada.
Bajó las cejas y las frunció en ceño.
Hwan si sigues haciendo esa malditas muecas, envejeceras rápido.
Volvió a subir la mano y pasar su pulgar por mis labios repetidas veces.
—No beses a otros hombres, ¿si?
Ah, ahí está esa actitud mimética tuya. Solo te molesta que tu perro faldero haya besado a tu hermano, a quien odias.
Mi cuerpo se retorció.
—Solías ser tan tímida y acostumbrarte a quedarte quieta —mostró sus colmillos perfectos al esbozar una sonrisa— Ese día que saliste corriendo del templo, ¿Has hecho esto para que voltee a mirarte?
El desgraciado me tomó de la mandíbula y frunció el ceño atractivamente otra vez.
— O, ¿No me amas?— sus ojos parecieron dolerse tanto por un momento—¿Estás tratando de escapar de mí?
¿Quién no querría escapar de un maldito como tú?
No sé que tipo de reacción esperaba, pero, me mostró un semblante lleno de desconcierto.
Mi cuerpo tembló tratando desesperadamente de no reír por las estupideces que acabo de escuchar.
Acerqué mi rostro al de él con la misma cara burlona, haciéndolo retroceder. Todavía llevaba esa mueca de desconcierto.
—No necesito hacer ese tipo de cosas —le sonreí a un centímetro de sus labios —Puedo tenerte cuando quiera.
Retorció el cuello cuando me sintió tan cerca de él.
Mis pupilas, pintadas de diferente color, buscaron indagar en las suyas, pero él no quería levantar la cabeza.
Vamos, levántala, no eres de los que se avergüenza por algo así.
Volvió sus ojos a los míos, pero cuando indagó detenidamente en ellos, sus pupilas se pintaron de un tenue color verde.
Su cuerpo se tambaleó sobre mí, y me mostró una mueca antes de sonreírme sin emoción alguna.
Le agarré la mandíbula.
—No necesito llamar tu atención, ¿Lo ves?
Hwan asintió como un títere. Su rostro ahora no tenía ninguna mueca, y sus pupilas me miraban embelesadas solo a mí.
⟨“Mei era una belleza única proveniente de Gwshan. Una princesa altamente guardada por sus dotes mágicos como si fuera una bruja.
Era tan poderosa que igualaba la maldición de Hwan. Básicamente, “si quieres controlar al villano loco, la princesa Gwshan es la única que podrá manejarlo”⟩.
En otras palabras, Mei es la única que puede ponerle la correa a este perro.
Lo más lamentable de todo, es que Mei murió sin tener conciencia de sus dotes. Aunque no creo que haya hecho gran cosa si tenía conciencia de ellos.
Ya que...
...ella amaba con locura a esta mierda que tengo en frente.
Lo miré detenidamente y analicé aún más su rostro. Su apariencia no estaba mal.
Pero entonces, el tenue color verde de sus ojos se desvaneció.
Maldije.
Al maldito autor de la novela, se le ocurrió debilitar el maná de Mei por alguna razón.
—Mierda —gruñí frente a él.
Su mano se deslizó a mi espalda y me empujó hacia él, pegándome de su cuerpo.
Una vez más, volvía a verme pequeña frente a un hombre grande. Hwan incluso era más alto que Zorám.
Puso su mano en mi cuello y con su pulgar acarició mi mejilla.
Mi vista se desvió hasta su mano, pero después la volví hasta él.
El muy malnacido comenzó a carcajearse.
—Me- Me gustas mucho, futura esposa —dijo— Mierda, aún tienes el labial corrido —pasó su pulgar de nuevo por ellos —esto no me gusta.
En vez de empujarme, él vino hacía mí y mordió mis labios. Se siente casi como el picoteo de un pequeño ave. Entonces los besó sin vacilar, intensamente, tratando de dejar la pintura de mis labios en los suyos desesperadamente.