UNA PELIGROSA OBCECIÓN.

☡Advertencia este capítulo contiene material sensible, se recomienda discreción y leer bajo su propio criterio☡

En la habitación le pregunto cuándo piensa quitarme el yeso, ya que estoy harta de tener este lastre atado a mí.

- Te lo quitaré cuando esté seguro de que no te irás, no me puedes abandonar Abrir.

 Luego de decir esas simples palabras sale de la habitación dejándome sola nuevamente, sola con esta voz en mi cabeza que todo el tiempo me tortura. Después de ese día Matías se mantuvo alejado de mí, al despertar veía la comida en mi escritorio y cuando estaba en el baño él se llevaba las cosas. No voy a negar que me gustó no verle por un tiempo, pero cada día que no lo veía esa voz volvía a mi cabeza en cierta forma él era como el antídoto para mantenerla callada lo que me ponía más histérica porque debía de admitir que lo necesitaba.

 Una noche desperté alterada al escuchar un fuerte sonido que subía por las escaleras, como pude me oculté en el armario y fue cuando vi a Matías llegar con otra mujer a la habitación. La arrojó a mi cama y comenzó a quitarle la ropa desesperado. Yo tapé mi boca para no hacer ningún ruido mientras ella gritaba llena de placer por sus caricias.

 ¿En qué diablos se convirtió mi vida? Que esa mujer esté aquí significa que este lugar no está tan alejado como yo lo pensaba si no fuera por este yeso tan pesado podría intentar escapar.

 El acto de los dos es tan salvaje que caen al piso mientras Matías no se quita de encima de ella y la sigue penetrando a todo ritmo, por un momento nuestros ojos se cruzan y su expresión de satisfacción cambia por una llena de terror. Yo le hago señas para que no grite, si Matías lo descubre la matará sin duda alguna.

- Shh Pongo mi dedo sobre mis labios intentando que esa mujer comprenda que no debe gritar, pero la muy estúpida se para y comienza a golpear pidiendo explicaciones.

- Quien diablos es esa mujer, me dijiste que eras soltero y me traes a la misma casa en donde vives con alguien más maldito.

 Yo sé lo que ocurrirá a continuación así que cierro mis ojos con fuerza y llevo mis manos a mis oídos, comienzo a tararear para no escuchar los gritos que ella da por la fuerte golpiza de Matías.

 Poco después al no escuchar nada abra los ojos con temor y frente a mí está su cuerpo sin vida con sus ojos aun abiertos perdidos en los míos, su garganta tiene un gran corte de esquina a esquina. Abajo los gritos de Inés retumbaba mientras yo no puedo hacer que los mios salgan de mi garganta, están todos atorados y no los puedo liberar.

 Siento el fuerte agarre de Matías en mi muñeca que me saca de mi escondite de un solo tirón.

- ¿Por qué estabas escondida Abril?

- Yo...

Matías me levanta entre sus brazos. Aún está desnudo y su erección es muy notable comienza a bajar a la cocina mientras yo solo rezo que por favor no sea la siguiente, me deposita sobre una silla mientras acaricia mi cabello me dice. - Espera aquí Abril. Limpiaré todo el desastre que esta golfa hizo en tu habitación.

 Lo veo marcharse nuevamente mientras mi cuerpo se mueve por voluntad propia, me acerco rápido a la puerta del sótano y le pido a Inés que deje de gritar.

- Matías está muy enojado no grites o te lastimará.

- ¿Eres tú? ¿Aún estás viva?

- Sí lo estoy, pero no me deja salir de la habitación. Acaba de matar a una mujer por estar gritando por favor ya no grites no lo hagas enojar más o nosotras seremos las siguientes.

- Es... Está bien.. ¿Cómo te llamas?

- Soy abril y tú..

- Me llamo Elena, pero es enfermo me dice...

- Inés.. Escúchame Elena intentaré encontrar una manera de salir solo aguanta un poco más te prometo que haré todo lo posible por librarnos de ese psicópata.

- Está bien confío en ti. No me abandones Abrir, mi vida está en tus manos.

Yo soy la culpable de que está pobre niña esté sufriendo aquí, todo es mi culpa y aunque sea lo último que haga necesito ayudarla.

- ¿Cuántos años tienes? ¿Cuánto tiempo llevas aquí?

- Tengo 21 años y creo que ya pasaron meses es difícil decirlo.

- ¿Tienes familia Elena? ¿Alguien que te esté buscando?

- Solo un hermano, pero no creo que me esté buscando. ¿Alguien te busca a ti Abril?

- Estamos iguales, tengo una mamá, pero llevo años sin verla y mi amiga piensa que estoy de vacaciones así que puede tardar algo de tiempo antes de que noté que algo malo me paso. ¿Cómo lo conociste?

- En el centro comercial, un día él vino a comprar ropa de mujer y me dijo que era para su hermana, fue muy simpático y encantador así que no dude en aceptar salir con él el fin de semana que seguía... Pero..

- Pero te trajo aquí y ya nunca te dejo ir.

- Este es el infierno, no te imaginas todo lo que me ha hecho. Comenzó a llamarme Inés y si no actuaba como esa mujer me daba terribles golpizas. Quiero morir Abril, deseo morir y dejar de sufrir.

- No digas eso. - Intento contener las lágrimas al imaginar todo el tormento de esta niña.

- Al menos a ti te tiene a la luz, yo ya ni siquiera recuerdo como se siente el sol o el aire. Solo el dolor.

Escucho los pasos del segundo piso. - Elena él ya viene por favor no hagas ningún ruido, volveré por ti.

- Cui.. Cuidate.

Me arrastro hasta llegar nuevamente a la mesada y finjo servirme un vaso de agua, cuando sus manos envuelven mi cintura y deja un beso en mi espalda.

- Estás sucia. Esa maldita ensució tu bonito camisón con su asquerosa sangre. Levanta los brazos.

Esas últimas palabras me estremecen, pero lo obedezco en completo silencio. Siento sus manos acariciar mi cuerpo mientras me quita el camisón y lo arroja a un costado quedando desnuda frente a él.

- Eres tan perfecta Abril que no puedo evitar desearte todo el tiempo. ¿Estás enojada porque traje a otra mujer a nuestro hogar?

- No lo estoy.

Su agarre aumenta en fuerza sobre mis brazos. - ¿Por qué no estás enojada? Me la estaba follando frente a tus ojos.

Aún está muy enojado así que debo de intentar tranquilizarlo, me volteo y acaricio su rostro. - No estoy enojada porque sé que tú solo me amas a mí, ella fue una más que uso tu cuerpo mientras yo tengo tu amor.