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La Mujer De Ovarios

La Mujer De Ovarios

Status: En proceso
Genre:Yuri / Venganza / Mujer poderosa / Mafia / Casada con el millonario / Triángulo amoroso
Popularitas:2.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Cris_R

¿Qué serías capaz de hacer por amor?
Cristina enfrenta un dilema que pondrá a prueba los límites de su humanidad: sacrificarse a sí misma para encontrar a la persona que ama, incluso si eso significa convertirse en el mismo diablo.

NovelToon tiene autorización de Cris_R para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El rapto

—¿Por qué luces tan feliz hoy? —preguntó mi hermano Juan casi bromeando mientras se llevaba un bocado de hot cake a la boca.

—¿Por qué no debería estarlo? Hoy el día es bello, tengo una gran familia... casi todo es perfecto —respondí sonriendo.

—Sí, sí, sí... pero hoy pareces aún más feliz de lo normal —recalcó mi hermana Fernanda, mirándome fijamente. Mi hermano Luis, como siempre, solo asintió en silencio, corroborando la observación de Fer.

—Tienen razón tus hermanos, Cris. Tienes una sonrisa de oreja a oreja —afirmó mi padre, mirándome con interés, como si intentara descifrar el motivo de mi felicidad. Mientras tanto, mi madre permanecía en silencio, inmersa en su plato.

—Es como si estuvieras enamorada —intervino Luis con su tono sereno, pero esta vez sus ojos estaban fijos en los míos.

Ese comentario me hizo soltar el tenedor con un golpe seco contra el plato.

—¡Basta todos ustedes! —grité con fuerza, sintiendo el calor subir a mis mejillas—. ¡Sí, estoy enamorada! ¿Y qué? No es asunto suyo.

El silencio cayó sobre la mesa por un instante hasta que Juan, quien rara vez pensaba antes de hablar, soltó de golpe:

—Seguro estás enamorada de Eli, ¿verdad?

Todos los ojos se volvieron hacia mí.

—Tiene razón Juan —añadió Fernanda, con una sonrisa pícara—. Desde hace tiempo se nota que miras a Eli con ojos de amor. ¿A poco no, Luis?

Luis, que seguía observándome como si analizara cada una de mis reacciones, simplemente asintió. Mi madre, sin embargo, interrumpió la conversación de manera abrupta, haciendo que el ambiente se tensara.

—¡Cállense todos! —su voz sonó como una losa pesada cayendo sobre la mesa—. ¿Cómo es posible que tu hermana esté enamorada de una chica?

El aire se volvió denso. Mi padre, sorprendido por la reacción de mi madre, la miró con los ojos abiertos, mientras mis hermanos se removían incómodos en sus asientos.

—Madre, ya no son los tiempos de antes —intervino Fernanda, desafiante—. La homosexualidad siempre ha existido, y ahora es más aceptada.

—Así es, mamá —secundó Luis, con su tono calmado y meticuloso—. Lo más importante es que Cris sea feliz.

—Vamos, ma, ya está grande para saber qué le gusta y qué no. Además, es mejor que le guste una mujer; así no tendremos que lidiar con idiotas que quieran hacerle daño —comentó Juan, quien a pesar de su rudeza habitual, mostraba una dulzura genuina cuando se trataba de nosotros.

Mi padre, siempre tan sensato, tomó la mano de mi madre con suavidad.

—Tienen razón tus hijos, vieja. Qué importa a quién ame Cris, mientras ella sea feliz.

Pero mi madre no cedió.

—No digas barbaridades, Julio. Dios hizo al hombre y a la mujer, no mujer con mujer ni hombre con hombre.

El comentario cayó como un balde de agua fría. Nadie se atrevió a hablar hasta que Luis, siempre el más centrado, rompió el silencio.

—Dios hizo al ser humano a su imagen, mamá, y lo llenó de amor, no de odio.

Mi madre, sin mirarlo, cortó la conversación de golpe:

—No quiero hablar más del tema.

El resto del desayuno transcurrió en silencio, pero la sonrisa de mis hermanos me reconfortaba. Sabía que ellos estaban conmigo.

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Más tarde

Estábamos en mi cuarto, todos reunidos, tratando de aliviar el ambiente que había quedado tras el desayuno.

—No te preocupes, Cris, haremos que mamá entre en razón —dijo Fernanda, sentada junto a mí en la cama mientras acariciaba mi mano.

—Olvida las quejas de esa vieja, solo le falta actualizarse —comentó Juan desde la otra cama, con su usual franqueza.

—No la culpes, Cris. Mamá creció en una época distinta, y lo nuevo siempre asusta —añadió Luis con serenidad.

—Gracias, chicos. Sé que será difícil, pero confío en que, algún día, mamá lo aceptará —respondí con una sonrisa tímida, aunque algo abatida.

—Entonces, ¿estás saliendo con Eli? —preguntó Fer con curiosidad, tratando de cambiar mi ánimo.

—Sí... ahora somos novias —respondí, sintiendo cómo el calor subía a mis mejillas.

—¡Ya era hora! Desde lejos se veía que te morías por ella —dijo Juan, riendo.

Luis, con su tono siempre cálido, añadió:

—Me alegra que finalmente aceptaras tus sentimientos, pero recuerda, Cris: una relación se cuida, se alimenta y se fortalece.

---

Más tarde, en el grupo de WhatsApp que compartíamos con Lorena y Eli, Lore escribió:

"Hoy vamos a un antro, ¿qué dicen?"

Inmediatamente respondí que no. Nunca había sido mi lugar favorito.

Para mi sorpresa, Eli respondió:

"Sí, ¿a qué hora?"

Mi ceja se alzó al leer su respuesta. Eli nunca había sido de esas que disfrutaran salir de fiesta.

—A las 10 nos vemos en El Pulpo.

Eso fue lo que escribió. A las 9, él ya estaba tocando nuevamente mi puerta.

—Cierra los ojos.

La voz de Eli, suave y llena de confianza, me sorprendió. Como siempre, era tan obediente cuando se trataba de ella. Así que cerré los ojos, esperando, mi corazón latiendo más rápido de lo normal.

—Ábrelos.

Al abrirlos lentamente, me encontré con una sorpresa. Eli llevaba un vestido negro que caía hasta justo por encima de sus rodillas, acentuando su figura de una manera que me dejó sin aliento. El escote delicadamente pronunciado hacía resaltar su silueta, y sus ojos brillaban con una mezcla de emoción y timidez. Esa imagen me hizo sentir como si mi corazón diera un salto, como cuando jugaba baloncesto en un partido largo, y el cansancio se volvía irrelevante. Me sentí roja, completamente fascinada, y, al mismo tiempo, una excitación nerviosa recorrió mi cuerpo.

—¡Dios mío! Estás completamente hermosa. No, divina, preciosa, ¡estás chulísima! —respondí rápidamente, sin esperar a que me preguntara cómo se veía, porque era un hecho: ella era la novia más hermosa.

—Gracias, gracias. —La chica parecía sonrojarse, aunque su satisfacción era evidente. Luego, me miró curiosa. —¿Por qué aún no estás lista?

—No estoy segura de ir. La verdad es que tengo muchas ganas, pero...

—Vamos, aunque sea un rato. No importa, pequeña chica feliz.

—¿Y por qué ese cambio tan repetido de querer ir? Tú no eres de fiestas. —respondí, intrigada.

Eli ya me había contado que iba a ir al antro, y me prestó el vestido, o mejor dicho, me lo regaló, así que decidió sorprenderme. Ella quería que la pasáramos bien, recordando que ya casi éramos adultas, y que de vez en cuando teníamos que distraernos.

—Te agradezco a Lore por regalarme ese vestido, luces completamente hermosa. —le dije mientras me cambiaba.

Opté por un look más relajado: unos baggy jeans, una blusa negra y unos tenis Nike Cortés blancos. Mi cabello caía completamente lacio hasta los hombros, sin esfuerzo, y me hice un maquillaje sencillo con un poco de base, corrector y delineador. Todo estaba listo.

—¡Lista! —exclamé mientras salía de mi habitación. Eli me esperaba en la sala, radiante. Nos subimos al taxi y nos dirigimos al antro. Mis padres ya sabían que iría, y Juan me había dicho que si necesitaba algo, me llamara y él vendría por mí sin problema. Mis hermanos siempre estaban muy pendientes, sobre todo cuando era tarde.

Al llegar a El Pulpo, el lugar estaba a reventar. Era un sitio costoso, pero también muy popular en la zona, lleno de personas importantes. Pasamos por la seguridad, y Lore, con su siempre confiada actitud, nos dijo que dijéramos que veníamos por parte de Francisco Pérez, su padre, el dueño de la plaza. Todos allí lo conocían, y nunca nos pusieron problemas.

—Lucen radiante. —gritó Lore cuando nos vio, rodeada de varias botellas. La música estaba tan fuerte que sus palabras parecían un eco.

—Gracias por el vestido. —respondió Eli, casi a gritos, agradeciendo con una sonrisa.

—No tienes que agradecerme. Cuando compré el mío, justo pensé en ti. Parecía tan lindo que lo que compré lo vi perfecto para ti. —Lore sonrió mientras miraba a Eli y luego me observó. —¿Qué tal, Cris? ¿Lucimos hermosa, verdad?

—Sí, las dos se ven perfectas. Resaltan esa figura. —dije, sonriendo, aunque noté cómo el semblante de Eli se oscurecía ligeramente. No le gustaba que elogiaran demasiado a Lore.

Esa noche, bailamos como nunca. Eli, siempre cerca de mí, moviéndose de manera sensual. Lore, por su parte, bailaba con otras chicas, riendo, disfrutando. Tenía siempre un trago en la mano, mientras Eli parecía querer probar algo nuevo, bebiendo lentamente. A pesar de ser alguien que rara vez tomaba, esa noche algo en ella había cambiado.

—Más lento, te vas a emborrachar. —susurré al oído de Lore, preocupada por su cantidad de alcohol.

—No te preocupes. Si eso sucede, le diré a alguien que venga por mí. No hay problema. Incluso pueden quedarse en mi casa. —dijo Lore, despreocupada, aunque su mirada algo perdida demostraba que ya había bebido bastante.

Lore tenía una inclinación hacia las mujeres. A veces salía con algunas, y, aunque no lo decía abiertamente, su padre lo sabía. No le importaba. Era una mujer hermosa, alta, delgada, rica, y eso atraía a muchas personas, tanto hombres como mujeres. Pero, de alguna manera, nunca parecía interesarse por nadie demasiado. Todo era por diversión, sin compromiso.

Mientras la noche avanzaba, la diversión crecía. Tuve que alejar a varios hombres de Eli, que se mostraban algo atrevidos por su belleza, lo que me enfurecía. La tomé de la mano con fuerza y la jalé hacia mí.

—Estás muy posesiva hoy. —me dijo Eli con una sonrisa curiosa mientras sujetaba mi mano suavemente, pero sin dejarla ir.

—¿Me puedes culpar? Todos parecen querer estar contigo. —respondí a regañadientes.

—Aunque el mismo universo quisiera salir conmigo, no lo aceptaría. Solo tengo mis ojos puestos en ti, Tigresa. —esa pequeña sabía cómo hacerme olvidar todas mis inseguridades.

Decidí tomar un poco de alcohol para relajarme, pero preferí ir despacio. El alcohol te hace sentir todo más ligero, te permite soltarte y disfrutar, aunque también te hace más vulnerable. Lore, por su parte, seguía bebiendo, pero su cuerpo parecía resistir, ya que el baile le ayudaba a contrarrestar el alcohol. Todo iba bien hasta que, de repente, la luz se apagó.

La gente comenzó a gritar, sorprendida. Todo el lugar se sumió en la oscuridad, creando una atmósfera de tensión. Eli me tomó de la mano, visiblemente asustada, y la abracé para tranquilizarla.

De repente, la puerta principal se abrió, y escuché gritos.

—¡El que se mueva, lo quiebro!

Cinco hombres, armados hasta los dientes, se presentaron ante nosotros. No parecían interesados en ocultar sus rostros, y aunque sus miradas eran frías y calculadoras, sabía que pertenecían a un cartel. Mi corazón latía con fuerza. Sabía que el peligro era real, y que todo eso era muy serio.

Los hombres se agruparon en círculo, mientras algunos nos apuntaban con las armas. Después, uno de ellos habló:

—Llévatela a ella.

Uno de los hombres, sin dudarlo, se acercó a Lore. Tratando de llevarsela.

En cambio el que parecía su jefe miro a lore y dijo

—Ella no, es hija Francisco Pérez eso hizo que la soltara rápidamente haciendo que regresara al lugar donde estaba.

mi corazón se detuvo por un segundo aliviado . Pero el hombre que estaba frente a mí no tardó en señalar a Eli.

—La del vestido negro. Llévatela.

Antes de que pudiera reaccionar, me lancé hacia Eli. Me interpuse entre ellos, pero no les importó. El hombre me empujó sin esfuerzo, y otro le sujetó a ella. Eli, con una fuerza inesperada, soltó mi mano para evitar que me lastimaran.

—¡Eli, no! —grité, pero ella ya estaba en las manos de esos monstruos.

Uno de ellos me apuntó con el arma, y mi cuerpo temblaba de miedo y desesperación, pero no me intimidar.

—Si sigues así, te disparo. —El tono frío del hombre era claro.

—dispareme pendejo— Su arma que se encontraba apuntado a eli la sostuve en mi frente, para desafiar su autoridad. Mi cuerpo temblaba pero mi voz era firme, haría lo que fuera por esa mujer

—Cálmate, por favor. No quiero que te lastimen. Grito eli que se encontraba en los brazos de ese hombre

Eso solo aumentó la furia del hombre, que tomo su arma con fuerza a punto de jalar el gatillo.

El hombre empujó a eli para simplemente quedarse frente a mi con risa de estúpido, para hacerme saber que el podría matarme en cualquier momento, solo pensé si en mi destino estará morir asi sera pero lo que sea por eli, lejos de el quien se quedo paralizada por el miedo eli nos miraba angustiada con sollozo

—Tus deseos son mis órdenes reina el hombre dijo en forma burlona mientras sujetaba mas su arma preparando para el disparo.

En ese momento, algo cambió en el ambiente, una voz resonó con fuerza.

—Si le disparas a esa mujer, sabes lo que hará mi padre por ti.

Era Lorena. Su voz era tan firme que, por un instante, el hombre vaciló. Después de unos segundos, apartó el arma, mirando a su compañero, que le hizo una señal para llevarse a Eli.

—Te encuentras bien? —Lorena me preguntó, pero sus palabras no llegaron a calmarme.

—¿Cómo puedes preguntarme eso? ¡Estás viendo lo que están haciéndole a Eli! —respondí, furiosa.

Pero ella, con su temblor evidente, me susurró al oído:

—Sé que no puedo interferir porque es otro cartel, pero prometo que haré todo lo que esté a mi alcance.

A pesar de su calma aparente, vi el miedo en sus ojos. La situación era más grave de lo que jamás imaginé. Yo solo quería salvar a Eli, así que corrí como pude empujado a lore que me sujeta con fuerza, agarre por detrás a un hombre mas alto que yo.

Y lo golpee justo enfrente su nariz, por la adrenalina no sentía el dolor, el hombre lo que hizo fue regresarme golpe hasta derrame en el suelo.

—Te dije que la dejaras en paz—su voz de lore razono con autoridad mirado fijo al hombre, que el solo siguió su camino.

En cambio observe como el que parecía su jefe me queda viendo como si se burlara de mi.

—Hijos de su puta madre, los buscaré hasta el puto infierno y los castrare cabrones, me cogere a todos sus hija y hare que ruegue por mi amor—grite con toda fuerza mientras me encontraba en el suelo apunto de desmayarme.

El hombre seguía mirándome y riéndose de mi, lo único que puede ver es a eli mirándome entre lagrimas, no escuche que me decía, pero sentía que mundo se venía a bajo, solo recuerdo sentirme devil y desvanecer en el suelo.

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dora leidy Yara bonilla
buena pero muy poquito,,,más capítulos largos plis
Jorge Vila
Comienzo interesante. Veamos como se desarrolla. Saludos autora./Rose//Rose//Rose/
Cris_R: Espero te guste, un saludo 🤓
total 1 replies
dora leidy Yara bonilla
q paso
Pamela Duran Sandoval
porfavor otro capítulo más de su novela porfavor gracias
Cris_R: Si actualizaré solo espera 🤓
total 1 replies
Pamela Duran Sandoval
me encanta su novela espero otros capítulos como estos quiero saber qué pasó con Eli y que pasara con Cris y lorena
Pamela Duran Sandoval
excelente novela me gusta como se va desarrollando la trama porfavor que tenga un final feliz y otro capítulo más
Cris_R: Me alegra que te gustara 🤓vere que puedo hacer jaja
total 1 replies
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