Dulce Venganza

Eloísa había decidido no hablar del tema con Daniel, sabiendo que ya había hecho todo lo que estaba en su poder para proteger a su familia. Decidió invitar a Luna ese fin de semana a su casa y disfrutar de su compañía, saborear los pequeños placeres de la vida, pasearon por el jardín, charlaron en el atardecer sobre su juventud y todo lo que vivió junto a la madre de Luna.

El domingo llegó con una calma engañosa. El sol se alzaba lentamente, bañando la casa de los Ferrer con una luz dorada. Luna se despertó temprano, y pensó en como agradecimiento por la invitación prepararía el desayuno, así que bajo a la cocina. Preparo un delicioso desayuno, Pero ya tenía mucho tiempo y Eloísa aún no había bajado.

Después de un rato, preocupada por la tardanza, Luna subió a la habitación de Eloísa. Golpeó suavemente la puerta, Pero no obtuvo respuesta. Abrió con cuidado y la encontró en la cama, inmóvil. Se acercó rápidamente, pero al tocar su mano fría, supo que algo terrible había sucedido.

- Eloísa...- murmuró Luna, con la voz quebrada por la emoción.

A pesar de la conmoción, Luna mantuvo la calma lo mejor que pudo. Llamo a emergencia y luego a Daniel.

📱Hola

📱Daniel, soy Luna. Te llamo porque estoy con tu madre y ella no se encuentra bien. Ya llame a emergencias, Pero deberías estar aquí.

📱Voy para allá - dijo y colgó la llamada

-¿Qué ocurre? - le pregunto Michel, mientras se levantaba de la cama envuelta en una sábana.

- Debo irme.

- Pero ¿Por qué? - pregunto Michel, con molestia.

- Mi madre está enferma.

- Siempre tu madre, ¿Hasta cuándo?

- ¿No escuchaste que está enferma? - termino de vestirse y se fue.

Cuando él llegó, con el rostro pálido y una expresión de incredulidad, Luna lo abrazo con fuerza, ofreciéndole consuelo en medio del dolor.

- ¿Cómo pudo pasar esto? - pregunto Daniel, con los llenos de lágrimas - No estaba preparado para esto.

- Nadie lo está, Daniel. Pero tenemos que ser fuertes - respondió Luna, con voz suave - Ella nos necesita ahora más que nunca.

Lo siguiente fueron un torbellino de emociones. La noticia de la muerte de Eloísa sacudió a todos los que la conocían. Los preparativos para el funeral se realizaron rápidamente, y el velorio se llenó de amigos, familiares y colegas que querían rendir homenaje a una mujer tan querida y respetada.

Durante el funeral, Luna permaneció al lado de Daniel, brincando le apoyo en cada momento. Michel también estaba presente, pero se mantenía al margen, notando la cercanía entre Luna y Daniel. No sentía dolor por la muerte de Eloísa, pero si sentía celos.

Al finalizar la ceremonia, el abogado Márquez se acercó a Daniel y Luna.

- Daniel y Luna, necesito hablar con ustedes en privado. Hay algo importante que deben saber - dijo Márquez, con un tono serio y respetuoso.

Se dirigieron al despacho de Eloísa, dónde el abogado los esperaba, con el testamento en la mano.

- Eloísa me dejó instrucciones claras sobre lo que debía hacerse después de su fallecimiento. Debo leerles su testamento - comenzó Márquez, abrieron el documento.

Daniel y Luna se sentaron, escuchando atentamente. A medida que Márquez leía, la sorpresa y la incredulidad se apoderó de Daniel.

- Daniel, tu madre te amaba profundamente y quería protegerte. Toda la fortuna y propiedades pasan a nombre de Luna Santander - anuncio Márquez, mirando a ambos jóvenes con seriedad.

- ¿Qué? Esto no debe ser verdad - exclamo Daniel, levantándose de su asiento - Mi madre no haría algo así.

- Esto es una locura - dijo Luna sin salir de su sorpresa.

- También te dejo está carta, para que la leas cuando estés solo - le dijo Márquez, entregándole un sobre.

Luego salió del despacho. Y dejo a los dos jóvenes solos.

Daniel se volteó a ver a Luna, con ojos llenos de odio.

- ¿Cómo engañaste a mi madre para que me hiciera esto?

- Yo no hice nada - respondió Luna con tono indignado.

- Claro que sí, bajo esa cara dulce hay una mujer malvada y calculadora.

- No te voy a permitir que me insulte y calumnies.

Luna se dio la vuelta y salió del estudio azotando la puerta, tras ella.

Daniel se sentó lleno de furia en el sofá y abrió la carta.

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Amado hijo, si estás leyendo estás líneas es porque ya no estoy junto a ti. Y debes estar sorprendido de mi última voluntad.

Todo lo que hice fue por amor, por a ti y a nuestro legado.

He dejado la condición de que solo tendrías acceso a la fortuna de la familia Ferrer si te casas con Luna. De lo contrario pasará a ser totalmente de su propiedad.

Solo te pido que el matrimonio dure mínimo 3 años. Y debes hacer lo mejor posible, para que sea un matrimonio real. Si después de esos 3 años, no sientes amor por Luna. Te podrás divorciar y ella recibirá la cuarta parte de la fortuna Ferrer.

Si Luna se llega a enterar de esta condición, quedará nula. Y tú perderás todo.

Escogí a Luna, porque quería asegurarme de que estuvieras con alguien que realmente te quisiera y cuidara de ti.

^^^Con amor tu madre^^^

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- Pero esto es una locura. No puedo simplemente casarme porque ella lo decidió - se dijo a sí mismo mientras observaba la fotografía de él junto a su madre que está en el escritorio.

Daniel salió del despacho, necesitaba tiempo para asimilar todo. Mientras Daniel se alejaba, Michel lo interceptó en el pasillo.

- ¿Qué fue todo eso? ¿Qué está pasando amor? - pregunto Michel, con una mezcla de curiosidad y preocupación.

- Es complicado, Michel. Necesito tiempo para pensar - respondió Daniel, sin detenerse

Michel lo miro irse, sintiendo que el control que había tenido sobre él se desvanecía poco a poco. Sabía que el futuro era incierto y que las decisiones de Daniel podrían cambiarlo todo.

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