En esta nueva aventura, Liz Asiria, la sirena bruja, se embarca en una travesía con su variado grupo de amigos: Kai, un vampiro con habilidades sobrenaturales; Basil, un dragón legendario conocido como Leviatán; Demian, un semidios con la esencia de Anubis en sus venas; Sirius, un hombre lobo Alfa con un instinto agudo; y Melissa, una cazadora experta. Juntos descubren una antigua puerta escondida en las profundidades del océano que los transporta a Akvy, un mundo lleno de enigmas y desafíos.
En Akvy, el grupo debe enfrentar una serie de pruebas mágicas y secretos oscuros que podrían desestabilizar tanto su mundo como el nuevo al que han llegado. Cada uno utilizará sus habilidades únicas para resolver misterios, luchar contra criaturas y descubrir la verdad detrás de la puerta interdimensional. La aventura pondrá a prueba su valentía y la solidez de su amistad mientras exploran este enigmático y peligroso nuevo reino solo para cumplir con la profecía de la "hija de Poseidón."
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Capítulo 18: Rumbo a la ciudad de los Ecos
La noche antes de partir hacia Orintha, el grupo se reunió en la plaza central de Falfit, donde la anciana hechicera los esperaba junto al pozo sagrado. La luz de la luna se filtraba a través de las nubes, bañando la escena en un brillo plateado que acentuaba la solemnidad del momento.
La anciana, con su rostro surcado por arrugas y ojos llenos de sabiduría, se acercó a Liz, extendiéndole un pequeño costal de tela dorada.- "Este oro." -dijo en voz baja,- "te ayudará a sobrevivir en la Ciudad de los Ecos. Orintha no es solo un reino de belleza, sino también de secretos y misterios que exigen un precio. Úsalo sabiamente, joven Liz. Y recuerda, la Llave del Olvido es tanto una bendición como una maldición. Tengan cuidado con lo que buscan."
Liz aceptó el costal, sintiendo el peso no solo de las monedas que contenía, sino también de la responsabilidad que se le estaba encomendando. Hades observaba la escena con su habitual desdén, pero en el fondo, una chispa de curiosidad y respeto comenzaba a surgir al ver cómo incluso los sabios confiaban en Liz, a pesar de su disgusto hacia ella.
Con la bendición de los ancianos, el grupo se embarcó al día siguiente, subiendo a un carruaje tirado por seis caballos oscuros, dirigidos por un conductor enmascarado, cortesía de la hechicera. El carruaje atravesó los campos de Falfit, dejando atrás la familiaridad del reino de los vientos y adentrándose en un camino que los llevaría hacia el vasto océano que separaba Falfit de Orintha.
El trayecto era peligroso. A medida que avanzaban, los paisajes cambiaban de verdes campos a escarpadas montañas, y finalmente, a playas rocosas donde las olas rompían con furia. La primera noche, mientras acampaban cerca del mar, fueron atacados por un grupo de bestias marinas, criaturas deformes con tentáculos y dientes afilados, atraídas por la energía mágica que irradiaba el grupo.
Demian, con su habilidad para controlar las tinieblas, fue el primero en reaccionar, creando un escudo oscuro que protegió a Liz y los demás de los embates de las criaturas. Con un gesto firme de su mano, lanzó sus sombras hacia las bestias, desgarrándolas con precisión letal.
Hades, observando a Demian, no pudo evitar sonreír ligeramente.- "No está mal." - murmuró para sí mismo, antes de desatar su propia magia oscura. Con un simple movimiento, convocó una ola de energía que se estrelló contra las criaturas, reduciéndolas a polvo. La facilidad con la que Hades manejaba la situación era impresionante, como si las bestias no fueran más que simples obstáculos en su camino.
El resto del grupo, asombrado por la demostración de poder, se mantuvo en silencio mientras Hades y Demian acababan con la amenaza en cuestión de minutos. Para ellos, estos enfrentamientos eran apenas un calentamiento, un recordatorio de que estaban muy por encima de los peligros ordinarios.
"¿Eso es todo lo que tienen?"- se burló Hades, dirigiéndose a las criaturas que aún se retorcían en el suelo.- "Si este es el tipo de desafío que nos espera en Orintha, entonces me temo que será una pérdida de tiempo."
Demian, sin embargo, no compartía la arrogancia de Hades. Sabía que los verdaderos peligros aún estaban por delante, pero no podía evitar sentir una creciente amistad con el dios del Inframundo. Sus poderes se complementaban, sus naturalezas sombrías se entendían sin necesidad de palabras. Y en esa oscuridad compartida, nacía un respeto mutuo.
A medida que continuaban su viaje, enfrentaron otros obstáculos, como tormentas mágicas que intentaban desviarlos de su camino y sirenas encantadoras que trataban de seducirlos hacia las profundidades. Sin embargo, Hades y Demian manejaban cada situación con una destreza que asombraba incluso a Liz, quien comenzaba a comprender que estos dos seres oscuros eran sus mejores aliados en este peligroso viaje.
Finalmente, después de días de viaje, llegaron a las costas de Orintha. El agua del océano brillaba con un tono verde esmeralda bajo la luz del sol, y las primeras estructuras de coral bioluminiscente se podían ver desde la superficie, extendiéndose como un tapiz de luces bajo las olas. En el horizonte, la Ciudad de los Ecos se alzaba majestuosa, sus torres de coral blanco centelleando como estrellas sumergidas.
El carruaje se detuvo en una playa cubierta de arena negra, donde una barca mágica los esperaba para llevarlos a las profundidades. El aire estaba cargado de energía mágica, y todos podían sentir la inestabilidad en el ambiente, como si el reino mismo estuviera al borde del colapso.
Mientras abordaban la barca, Hades se giró hacia Demian, dándole una palmada en el hombro.- "Admito que me agradas." -dijo con una media sonrisa. -"Tienes potencial. Podrías ser un digno compañero en este mundo de sombras."
Demian, sorprendido por el halago, simplemente asintió, pero no pudo evitar sentir una conexión más profunda con Hades, como si, por primera vez, hubiera encontrado a alguien que lo comprendiera completamente.
Liz, por otro lado, sintió un nudo en el estómago al notar cómo Hades ignoraba su presencia por completo, tratándola como si no fuera más que un peón en este juego. Aunque su determinación seguía firme, no podía evitar sentirse herida por el desprecio constante del dios del Inframundo.
La barca comenzó a descender bajo las olas, dirigiéndose hacia la Ciudad de los Ecos y la misión que les esperaba en el corazón de Orintha. El destino de Akvy pendía de un hilo, y el tiempo se agotaba para encontrar la Llave del Olvido y restaurar el equilibrio de la magia. La verdadera prueba estaba por comenzar.
La barca mágica descendía lentamente hacia las profundidades de Orintha, envuelta en un resplandor azul verdoso que iluminaba los rostros de todos a bordo. Liz observaba las estructuras de coral que se alzaban como montañas bioluminiscentes bajo el agua, mientras su mente intentaba procesar todo lo que había experimentado hasta ahora.
Basil, sentado cerca del borde, no podía evitar sentirse inquieto. El silencio entre el grupo era pesado, y sus pensamientos se volvían hacia Demian, quien parecía más distante desde que Hades se había unido a ellos. Decidió romper el silencio.
"Demian."- dijo Basil en voz baja, girándose hacia él. - "¿Cómo estás? No hemos hablado mucho desde... desde Falfit."
Demian, con los ojos fijos en el agua que los rodeaba, respondió sin mirarlo. -"Estoy bien, Basil. Solo que este lugar... tiene algo en el aire. La magia aquí es diferente, inestable. Me preocupa lo que podamos encontrar en la Ciudad de los Ecos."
Hades, quien estaba recostado con los brazos cruzados, sonrió con desdén al escuchar la preocupación en la voz de Demian. -"¿Preocupado, Demian? Nunca te imaginé del tipo que se angustia por tonterías."
Demian finalmente giró la cabeza para mirarlo, sus ojos café reflejando la luz bioluminiscente.- "No es angustia, Hades. Es precaución. Este lugar no es como los demás. No podemos subestimarlo."
Hades soltó una carcajada, su voz resonando en la burbuja mágica que los mantenía secos. -"Precaución... Esas son palabras de un hombre que teme al fracaso. Yo, en cambio, lo veo como un simple paseo. Nada aquí puede compararse con el poder del Inframundo y tú lo deberías saber bien. Si algo se atreve a oponerse, lo destruiré sin más."
Liz observaba en silencio el intercambio, sintiéndose cada vez más fuera de lugar. El poder y la confianza de Hades, combinados con la frialdad que ahora tenía Demian, la hacían sentir como una espectadora en una misión en la que supuestamente tenía un papel importante. Intentó decir algo, pero su voz se quedó atrapada en su garganta.
Basil, percibiendo la incomodidad de Liz, decidió intervenir. -"Hades, no todos aquí tienen la misma confianza en su poder que tú. Cada uno de nosotros tiene sus propias habilidades y formas de lidiar con el peligro. Es por eso que somos un equipo."
Hades levantó una ceja, su expresión cambiando a una mezcla de burla y curiosidad.- "¿Equipo? Esa es una palabra curiosa para describir esta colección de almas. No veo por qué debería preocuparme por nadie más que por mí mismo y, quizás, por Demian aquí. Él, al menos, entiende el verdadero poder."
Demian, sorprendido por el comentario, dejó escapar una sonrisa irónica. -"Me halagas, Hades, pero no soy como tú. No estoy aquí solo por poder. Tengo un propósito que cumplir, para ayudar a alguien que me importa mucho."
Hades lo miró con más seriedad. -"¿Un propósito? ¿Qué o quién podría ser más importante que el poder, Demian?"
Demian lo miró a los ojos, y por un momento, un destello de vulnerabilidad cruzó su rostro.- "Proteger a aquellos que me importan, en especial una persona, Hades. Y asegurarnos de que este mundo no se desmorone bajo la oscuridad que se avecina."
Hades guardó silencio por un momento, sopesando las palabras de Demian. Finalmente, asintió ligeramente, en señal de respeto.- "Es admirable, lo admito. Pero te diré algo, Demian. Cuando llegue el momento, no dudes en utilizar todo el poder que tienes, o este mundo te tragará vivo."
Liz sintió una mezcla de admiración y envidia por Demian. Él había logrado lo que ella no: ganarse el respeto de Hades. Aunque Demian no era tan poderoso como el dios del Inframundo, ya que se encontraba incompleto, su determinación y su capacidad para enfrentarse a los desafíos le habían otorgado un lugar en el corazón oscuro de Hades. Liz, por otro lado, seguía sintiéndose ignorada y despreciada por Hades, quien apenas la miraba.
"Estamos cerca." -dijo Basil, mirando hacia adelante. La barca mágica se acercaba a la entrada de la Ciudad de los Ecos, donde las torres de coral blanco brillaban como faros bajo el agua. -"¿Qué plan tenemos una vez que lleguemos?"
Demian miró a Basil y luego a Hades, buscando sus opiniones.- "Primero, debemos localizar un lugar seguro donde establecer un punto de apoyo. La Llave del Olvido podría estar en cualquier parte de esta ciudad, y no podemos permitirnos perdernos o ser descubiertos antes de tiempo."
"Estoy de acuerdo."- añadió Hades, su tono más serio.- "Esta ciudad está llena de magia inestable. Debemos ser cautelosos. No dudo de nuestras habilidades, pero tampoco debemos subestimar lo desconocido. Y en cuanto a ti, Liz..."- Hades giró la cabeza, sus ojos helados clavándose en los de ella.- "intenta no estorbar. No tengo tiempo para preocuparme por alguien tan... insignificante."
El comentario de Hades fue un golpe directo para Liz, quien sintió cómo su corazón se encogía de dolor e impotencia. Pero, en lugar de derrumbarse, apretó los dientes y se prometió a sí misma callarle la boca a Hades.
La barca se detuvo suavemente en un muelle de coral, y el grupo descendió en silencio. A su alrededor, la Ciudad de los Ecos se extendía como un laberinto de túneles y cavernas, iluminada por los corales bioluminiscentes que formaban un arco iris de luces bajo el agua, la magia de la ciudad permitia que respiraran sin complicaciones.
Con Hades y Demian liderando, el grupo se adentró en las profundidades de Orintha, sabiendo que la verdadera prueba aún estaba por comenzar.
el detalle también es el siguiente Liz prácticamente lo que hizo es el 20% que fue la destrucción porque lo demás lo estaban debilitando ella lo que hizo es alzar la llave abrir la broma del templo emergió la luz lo lancé hace al devorador y listo se acabó se destruyó o sea que ella prácticamente no se agitó o sea así se agitó por el poder que se emergió en en la llave pero prácticamente ni siquiera saltó ni brincón y ni hizo el esfuerzo de atacar al otro solamente se quedó parada allí mirando con me imagino con una mirada así como quien dice de desesperación pero tampoco hizo algo para salvar o para como quien dice apoyar porque fueron los demás que apoyaron a ella mientras que ella estaba parada allí solamente pensó la parte de los juramentos y yo la llave y destruyó prácticamente con ese poder ancestral eso es todo lo que hizo en este capítulo lo demás estaban allí como que luchando lo que pueda y debilitando lo que pueda allí y por eso nuevamente lo digo Melisa tiene mi admiración y mi respeto porque ella es la única humana del grupo que logró en primera instancia retroceder el devorador de corriente y eso es de admiración bravo por ella... aplausos para Melisa
Ay Dios mío ya falta como quien dice poco para el final Ay qué emoción
o sea estás esperando que todo el mundo se muera para que Tú comienzas a expulsar los poderes de poseído por favor movilízate... va a tener que estar Nessbit para resguardar te a ti
Liz aprende de Melisa que no se esconde detrás de los pretendientes.. fue la que dio la iniciativa de atacar y que retroceda el devorador tienes que aprender de ella no me interesó se intentó matarte pero ese personaje siempre me cayó bien A pesar de que te que te mataron.. ella sí es digno de mi admiración...😂😂😂😂😂