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Pasiones Ocultas.

Pasiones Ocultas.

Status: Terminada
Genre:Romance / Yaoi / Completas / Posesivo / Arrogante / Mujeriego enamorado
Popularitas:95.6k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Wang Chao

Samuel odia a Dereck, y Dereck disfruta molestar a Samuel. La razón detrás del odio de Samuel es un misterio para Dereck, quien no entiende por qué su antiguo amigo de repente se distanció y lo mira con desprecio. Sin embargo, el destino parece empeñado en reunirlos, y constantemente se encuentran forzados a pasar tiempo juntos. A medida que pasan más tiempo juntos, sus sentimientos comienzan a cambiar, aunque la desconfianza de uno y el miedo del otro complican las cosas.

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Capítulo 07. Nuevo chófer.

—Entonces vamos a intentarlo —dijo Derek, mirándolo con una intensidad que solo aumentaba la confusión de Samuel. Antes de que pudiera procesar lo que estaba sucediendo, Derek lo apretó más hacia él, sujetándolo con fuerza por la cintura mientras su brazo servía como almohada. Las manos de Samuel quedaron sobre los pectorales musculosos de Derek, sintiéndose completamente incómodo.

—Derek, suéltame o te golpeo —advirtió Samuel, aunque su amenaza solo provocó una sonrisa en la cara de Derek.

—Ssh, duerme, princesa —murmuró Derek, apretando la cintura de Samuel levemente, lo que hizo que se sobresaltara y que sus mejillas se sonrojaran intensamente—. Veremos si en mis sueños vuelves a ser mi amigo, o no.

Samuel quiso replicar, pero sabía que Derek lo pegaría aún más a su cuerpo si eso fuera posible. Así que se quedó en silencio, sintiendo la respiración con aroma a cerveza en su rostro. No pasó mucho tiempo antes de que Samuel se diera cuenta de que Derek se había quedado dormido, aunque el agarre en su cuerpo no se había aflojado en absoluto.

«Idiota» pensó con coraje.

Samuel no pudo volver a dormir en varias horas, tal vez hasta las cuatro de la mañana cuando el sueño finalmente lo venció y cayó rendido en los brazos de Morfeo.

...----------------...

—¡Hey, chicos! —La voz alegre de Lily lo hizo sobresaltarse y despertarse de golpe. No podía permitir que Lily viera que había dormido con Derek, o las cosas se complicarían entre ellos. Al levantarse, se dio cuenta de que solamente estaban él y James en la cama.

—Hey, Lily, ¿qué tal anoche? —preguntó, sustituyendo su nerviosismo inicial con una sonrisa genuina.

—¡Fue absolutamente genial! Te amo, Sam, ¡te amo y no me cansaré de decirlo! —Ella gritó y dio vueltas como si fuera una niña. Samuel sonrió con felicidad.

—Bueno, ya lo sabía —dijo con arrogancia.

—De verdad, muchas gracias por ayudarme con la ropa, con Derek, con todo —Samuel tragó en seco. Aunque él no había hecho absolutamente nada para juntarlos, de alguna manera extraña había quedado como el cupido entre ellos, lo cual le dejó un sabor agrio en la boca.

—No es nada —dijo con una sonrisa moderada—. Pero recuerda...

—Lo sé, tendré cuidado —ella rodó los ojos, sintiéndose un poco irritada. Samuel siempre había sido un poco sobreprotector. Al principio, pensó que tenía sentimientos por ella, pero luego descubrió que siempre era así.

—Bueno, tengo que irme, nos vemos —le dio un beso en la mejilla—. James no despertará pronto, ¿puede quedarse?

Ella asintió. Todos somos amigos.

—Bien, nos vemos.

Samuel salió de la habitación y bajó hasta la sala, sorprendiéndose al ver a tantas personas durmiendo una sobre otra. Por suerte, los padres de Lily no regresarían hasta unos días después.

—Hey, ¿ya te vas? —apenas había puesto la mano en el pomo cuando la voz de Michael lo hizo volver la mirada.

—Sí, tengo entrenamiento a las dos y quiero ducharme, apesto.

—Te llevo, voy para allá —Michael dejó la taza sobre la isla de la cocina y se acercó a él—, vamos.

Samuel no tenía objeción alguna y los dos salieron y subieron al auto que estaba estacionado enfrente. Durante el trayecto, Samuel no pudo evitar pensar en lo ocurrido la noche anterior y en lo que significaba todo aquello.

El viaje fue tranquilo, y aunque Michael intentó entablar conversación, Samuel estaba demasiado absorto en sus pensamientos. Al llegar a su casa, se despidió rápidamente y entró, listo para enfrentarse a un nuevo día con más preguntas que respuestas.

Samuel se duchó, preparó la tina y pasó mucho tiempo en ella, tanto que su cuerpo comenzó a arrugarse por el agua. Sus pensamientos estaban en la noche anterior: la mirada de Derek sobre él, el beso de Derek con su amiga, y él durmiendo al lado de la persona que se suponía odiaba. Una y otra vez recordaba las mismas escenas.

Derek. Derek. Derek.

Ese nombre no dejaba de rondar por su mente. Deseaba volver a hace dos años, cuando Derek desapareció repentinamente y no volvió a saber de él. Cuando su amistad murió. Sí, realmente lo quería lejos, a miles de kilómetros de él. Hasta la luna si era posible.

Samuel se hundió en la tina y cerró los ojos, con la esperanza de volver a esos momentos de tranquilidad. No obstante, el golpe constante en la puerta de su baño lo hizo salir.

—Sam, cariño, ¿estás bien? —la voz de Susan sonaba preocupada. Tal vez había pasado demasiado tiempo ahí dentro.

—Sí, mamá, estoy bien. Solamente quería relajarme un poco.

—De acuerdo, si necesitas algo, llámame, ¿bien? —Samuel sonrió. Siempre había sabido que preocuparse por todo fue heredado de su madre.

—Bien —dijo. La oyó murmurar algo difícil de comprender y después el sonido de los tacones alejarse.

Samuel suspiró y miró sus manos arrugadas. «Es hora de salir», pensó.

Era temprano aún, así que después de secar su cabello, decidió dormir un poco y recuperar energías para sus clases de defensa personal.

Después de dormir por unas horas, se arregló para asistir a la escuela de kung fu. Realmente no entendía cómo sus golpes no eran dolorosos para Derek si entrenaba siempre.

—Mamá, me voy al entrenamiento —anunció desde el recibidor. Los tacones golpearon el mármol y pronto apareció Susan vestida con un elegante, pero sencillo, vestido rojo. Samuel siempre decía que su madre era la más hermosa de todas las mujeres.

—Pero no has comido nada, puedes desmayarte.

Samuel miró su reloj de mano antes de responder. Aún le quedaba tiempo—. Comeré algo en el camino, no te preocupes.

—Está bien —Susan seguía con la mirada preocupada.

—Te enviaré una foto de la comida, ¿de acuerdo? —ella asintió, feliz. Antes había tenido problemas alimenticios que lo llevaron al hospital a punto de morir. Susan temía que esa enfermedad regresara, pero Samuel se había recuperado bien y la terapia psicológica ayudaba mucho.

—Bien, ve con cuidado.

Joel estaba de descanso, así que era una buena oportunidad para manejar su auto. Desde que lo había comprado, solo lo había manejado tres veces dando vueltas en el vecindario, y en todas ellas tenía a su padre como copiloto, lo cual significaba no ir a más de diez kilómetros por hora. Un caracol caminaría más rápido.

Subió al auto y se sintió pleno y feliz. Tal vez su madre estaba demasiado ocupada en otras cosas y olvidó que no había chófer en casa, lo que era bueno. No tardó mucho en ponerse en marcha antes de que Susan saliera gritando que ella lo llevaría.

Conducir su propio auto le daba una sensación de libertad que necesitaba después de una noche tan confusa. Mientras se dirigía a la escuela de kung fu, sus pensamientos volvieron a Derek. ¿Qué significaba todo eso? ¿Qué quería Derek realmente? Y lo más importante, ¿qué quería él? Samuel no tenía las respuestas, pero el entrenamiento le daría el escape que tanto necesitaba.

Llegó al dojo y estacionó el auto, sintiéndose un poco más tranquilo. Saludó a sus compañeros y se preparó para la clase. Hoy, más que nunca, necesitaba liberar su mente y concentrarse en algo que no fuera Derek.

Después de aproximadamente una hora de entrenamiento, Samuel se encontraba sentado en el suelo, con la respiración agitada y gotas de sudor escurriendo por su frente. Sentía el aliento irse en ocasiones, pero era mejor concentrarse en respirar que tener sus pensamientos inundados de Derek Blackwell.

El celular en el suelo vibró. Dejó la botella de agua a un lado y miró la barra de notificaciones: era un mensaje de Lily.

Ella envió un texto con una fotografía adjunta justo debajo.

“Estoy muy feliz. Derek me invitó a comer y ahora estamos comiendo un helado en el parque. Creo que lo nuestro irá más allá de un beso.”

La foto mostraba a Derek y Lily sonriendo con un helado en la mano. Realmente se veían felices.

“Genial, que la pasen bien. Mucho éxito,” escribió Samuel con una sonrisa agria en los labios. Dejó el teléfono a un lado con pesadez y se recargó contra la pared. Odiaba sentirse así de confundido. Lily merecía ser feliz, y si Derek le daba esa felicidad y cambiaba por ella, él no era nadie para impedirlo.

—¿Seguimos? —el entrenador se acercó a él.

—Sí —Samuel se levantó con determinación. El entrenamiento y el cansancio le servían para no pensar en cosas innecesarias.

Después del entrenamiento, Samuel se dirigió al restaurante donde había quedado de reunirse con Jenny horas antes. Estaba un poco nervioso por cómo habían sucedido las cosas, pero también se sentía feliz de poder solucionarlas. Al llegar, fue a la mesa que su amiga había reservado. Jenny ya estaba ahí.

—Hola —saludó con timidez.

—Sam —ella le sonrió—. ¿Quieres algo de comer? Yo invito esta vez.

Él ordenó a través del menú virtual y miró a su amiga—. ¿Estamos bien ahora?

—Estamos bien —esas dos palabras lo hicieron feliz al instante. No quería perder una amistad de años por un tonto como Derek—. Pero, no quiero que insistas con que Derek es malo. —Por supuesto, siempre tenía que haber un “pero”.

Él lo había pensado antes y ellas tenían razón. James tenía razón. Eran adultos todos y si cometían errores o no, él estaría ahí para celebrar sus victorias y acompañarlas en sus penas. Realmente no tenía la responsabilidad de protegerlas si ellas no querían ser protegidas. Era mejor dejar que las cosas siguieran su curso; así, si cometían un error y lloraban después, él seguiría ahí como su pilar de apoyo.

—Lo entiendo. Lamento haber querido interferir en tu vida —dijo con pesar.

—No, está bien que te preocupes por mí y aprecio eso, pero es la primera vez que me gusta alguien de verdad... Sam, al menos déjame intentarlo sin decir nada. Al final, si termino llorando, sé buen amigo y quédate a mi lado para consolarme.

—¿Y qué hay de Lily? ¿Van a pelear por un hombre? —ella miró hacia otro lado y todo rastro de amabilidad desapareció de su rostro.

—No lo sé. Realmente no pensé que nos fuéramos a enamorar del mismo hombre. Nunca pensé en ello —todo su semblante se llenó de tristeza y amargura—. Pero la quiero y no quiero pelear con ella.

—¿Entonces qué harás? Tal vez sabes lo que pasa entre ellos.

—Lo sé. Están en la página de chismes de la universidad. Todos saben que se besaron en la fiesta de ayer y se rumorea que tienen una relación ahora —Samuel tragó en seco al escuchar eso—. Hablaré con ella y ya veremos qué sucede.

Él definitivamente no tenía un buen presentimiento sobre esa futura conversación.

Después de comer y charlar de cosas triviales, Samuel regresó a su casa agotado mental y físicamente. Quería dormir y olvidar todo lo que en esos días lo estaba atormentando.

—Ya llegué —anunció al abrir la puerta. Los tacones trajeron a su madre hasta él con rapidez y la vio con el rostro pálido y los ojos rojos—. Mamá, ¿qué ocurre? ¿Le pasó algo a papá? —Susan lo abrazó con fuerza mientras rompía en llanto, lo que le hizo preocuparse más.

—Dios, qué bueno que estás bien, casi muero de un infarto —Samuel se quedó confundido y se separó lentamente del abrazo.

—¿Por qué no habría de estarlo?

—Llamaron a tu padre mientras tomábamos té en el club. Dijeron que Joel estaba en el hospital y entonces recordé tu entrenamiento. Casi muero pensando que estabas malherido en algún hospital, luchando entre la vida y la muerte. —Susan limpió sus lágrimas y acarició las mejillas de Samuel—. Pero recordé que es domingo y él no trabaja hoy.

—Eso es terrible, mamá. ¿Cómo está él? —el rostro de Samuel enmarcaba tristeza absoluta.

Joel era un hombre de unos cincuenta años aproximadamente y, desde que Samuel era niño, lo conocía. Joel se casó una vez, pero su esposa murió cinco años después debido al cáncer y no tenía otra familia. Su padre siempre lo consideró parte de su familia y lo cuidaba como tal. Por ello le hizo ponerlo como número de emergencia en caso de algún accidente, nunca pensando que de verdad hubiera uno.

—No lo sé. Tu padre está en el hospital en este momento. Dijo que me mantendría informada, pero aún no hay noticias de él.

—Joel es fuerte y aún es joven. Seguramente estará bien en unas semanas —Samuel intentó animarla, sabía que su madre apreciaba a Joel como el hermano mayor que nunca tuvo.

—Sí, estará bien.

—Vamos, mamá, vayamos a tomar un té relajante. Lo necesitas.

Ella asintió y los dos se dirigieron a la cocina. Ambos necesitaban relajarse un poco.

Habían pasado algunas horas cuando el celular de Susan sonó y ella respondió al instante, poniendo el altavoz.

—Hola, ¿cómo está él? —preguntó al instante.

—Ya está fuera de peligro. Tiene algunas heridas superficiales, se dislocó el hombro y se rompió una pierna, pero con tratamiento y terapia, estará bien —explicó Gregory del otro lado de la línea—. Él se quedará un tiempo aquí, así que tendremos que conseguir otro chófer para Samuel. Yo puedo conducir y llevarte a donde necesites ir.

—Sí, sí, tienes razón. Trataré de conseguir a alguien pronto. Saluda a Joel y dile que lo queremos. Nos vemos en la tarde.

Gregory se despidió con un “te amo” y colgó la llamada.

—Ya lo oíste, hijo —Susan lo miró con preocupación—. Voy a conseguir un chófer para mañana si es posible, pero necesitamos que alguien cuide tu camino a la universidad.

Samuel no estaba convencido con la idea. Estaba rotundamente en contra. Sin embargo, sus padres no aceptarían un no por respuesta... por alguna extraña razón, no tenía un buen presentimiento sobre conseguir un nuevo chófer para él.

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Anonymous
uh problemas, esa jenni, no es de confiar y la madre tampoco por su
Ale Must
el padre es un maricón como ella dice pero no entiendo por qué abandona a su hijo con él
Kore🌸
Excelente
Ale Must
exactamente eso mismo pensé yo ........esto es una perreta de celos
Ale Must
la familia trata a Samuel como si fuera una mujer y no un hombre y la forma de interactuar entre él y Derek también da la impresión de que es una relación hombre-mujer, no dos ex amigos. Si fuera una novela de omegaverse lo entendería pero no es el caso, o sí?
Stella Maris Scaraballo
es obvio de quién será el nuevo chófer 😚😉😉😉😉😆 siempre disponible ese chico
Ale Must
a mí a los 20 ya nadie me decía que hacer.
Stella Maris Scaraballo
lindos pero será que ellos saben los verdaderos sentimientos de su amigo? 😂
Stella Maris Scaraballo
al fin veo terminada tu novela, no elijo novela a medio terminar porque no aguanto esperar actualización de capitulos el día a día,ya abia ojeado el comienzo y deseaba leerte,me gusta un buen comienzo y intriga
La Loca
Hermoso ✨
Rocío Carballo
padre no es quien engendra sino quien cría, quien esta presente y te brinda cuidado y apoyo. Alaan es su padre, no hay duda en ello no importa lo que la bruja que solo tiene título de madre pero no es mas que palabras vacías.
Andrea Suarez
Excelente
Raiza Rada
Gracias 🫂 por esa historia de amor perseverante
Yolanda Beatriz Lagos Celarien
yo pienso que estos dos van a terminar juntos
Angel
no siguió en contacto con Elbert?
Angel
que paso con el conductor?, cuando paso el accidente, Samuel no se podía comunicar con Dereck ni el conductor (se me olvidó el nombre). también que paso con la mamá de Samuel? y Jenny?
Maria Isabel Fernandez
coño!!!! pero que falta de carácter de este niño, porque se deja , ne da coraje 😡
Maria Isabel Fernandez
muy buena la historia, ya empecé a hacer coraje con este personaje , es tan predecible tan manipulable, que me da triste, va a sufrir y mucho....
Tomasa Aguirre
cómo me ases sufrir
Tomasa Aguirre
me quedé tonta nunca unnaguine que fuera tan perverso el padre da Sami
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