En la historia, los protagonistas luchan por estar juntos, pero mientras eso pasa, y la protagonista trata de evitar ser el sacrificio, Beryl, el personaje extra, es quien es entregado al dragón como sacrificio, para que este siga siendo el protector del reino.
Pero, justo cuando Beryl esta por ser el sacrificio, otra alma ocupa su lugar y este, no esta dispuesto a sacrificarse por nadie, así que debe de encontrar una forma de salvar su propia vida, ¿podrá huir?, ¿será el sacrificio?
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capítulo 05- te quedas o te vas.
Ante la presencia del pelirosa, aquel hombre abrió los ojos de manera repentina, causando que Beryl se haga para atrás cayendo sobre su trasero. El hombre al verlo se pone de pie, observa fijamente al omega, por supuesto que sabe de quien se trata, pero antes no tuvo la oportunidad de observarlo a detalle.
—¿que haces aquí?, ¿con que derecho interrumpes mi descanso?— habla con un tono autoritario.
— yo solo venía a leer...me llamo Beryl, soy...— se queda en silencio.— el nuevo sacrificio...por así decirlo.
— aún no respondes la otra pregunta, no pregunte por tu nombre.— responde.
— Angela me trajo aquí, porque la esposa del dragón no me dejo leer en la sala de lectura.— explica mientras se pone de pie.
—¿esposa?, el amo de esta casa no tiene esposa y la sala de lectura es para todos.— se cruza de brazos sin dejar de observar los gestos del omega.
— pues aquella dijo que era la esposa y no pienso cuestionarla, soy nuevo y no se nada.— se encoge de hombros.
Angela llega rápidamente y se para delante de Beryl haciendo una reverencia.
– saludos majestad, no sabía que estaba en este lugar, me disculpo por dejar al invitado en su hora de descanso.— se disculpa Angela.
Beryl solo mira confundido la escena, pues la doncella esta mostrando total respeto ante aquel pelirrojo.
— no importa. Pero, el invitado me ha dicho que no pudo usar la sala de descanso, ¿por qué?— pregunta con un tono molesto.
— la señorita Vania nos echo, dijo que los sirvientes no pueden estar en esa sala.— por supuesto, Angela no se piensa quedar callada.
— y dijo que era su esposa y que yo era un omega mugroso, ¿mugroso yo?, si me bañaron anoche en contra de mi voluntad y me tocaron mis bolitas sin mi permiso, eso es acoso...— se queja Beryl para echar mas leña al fuego.
El pelirrojo levanta una ceja al escuchar las palabras del omega, quizás esa última información no era necesaria, mientras que Angela solo se aguanta para no reír.
— hablaré con Vania. En cuanto a ti, mandaré a llamarte más tarde.— señala a Beryl.
El pelirrojo se aleja, saliendo del invernadero y Angela deja escapar un suspiro mientras se sirve un poco de jugo y lo bebe rápido.
— espero que no le crea a Vania cuando niegue lo que nos hizo.— se queja Angela.
— disculpa, ¿quien era ese?, ¿algún pariente del dragón?, ¿su domador o algo así?— pregunta con curiosidad.
— Joven Beryl, ese hombre es, Frederick Jaeger, el dragón, el amo y señor de este castillo.— responde Angela.
— ¡¿que?!, ese atractivo, delicioso, hermoso, sensual hombre, ¿es el dragón?— habla sorprendido.— con razón la loquita de la sala lo quiere para ella, no la culpo.— ya se le salió lo medio gay.
Angela no puede evitar reír por el comentario de Beryl, pero le asegura que aquel hombre sensual es el dragón en su forma humana, los dragones tienen una magia muy poderosa y pueden tomar forma humana para poder moverse libremente sin que su enorme cuerpo les estorbe.
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Frederick llegó a su oficina y tan pronto entro, Vania ya lo esperaba, esta tenía expresión de tristeza, pero al ver a Frederick se puso de pie haciendo una reverencia.
— perdone que lo moleste majestad, pero he pasado por un mal momento. La sirvienta, Angela, se toma atribuciones que no debe y quiere actuar como si fuera la dueña de este castillo.— expresa entre sollozos.
— que extraño, porque Angela ha dicho todo lo contrario y que usted echo a mi invitado de la sala de lectura.— observa la cara de sorpresa de la chica.
— majestad, jamás haría tal cosa, la sala de lectura es para todos.— agacha la mirada.
— espero tenga eso en cuenta y no le falte al respeto a quienes yo invitó a este castillo. No me obligue a mandarla lejos, señorita Vania.— le advierte con un tono de molesto.
— por supuesto majestad, yo siempre soy cuidadosa.— hace una reverencia.
Pero, al salir de la sala, Vania se muestra molesta, creyó que haría que esta vez echaran fuera del castillo a Angela, puesto que esta doncella es quien mas la enfrenta cuando trata de darle órdenes. Al pasa por una ventana, observa a Angela y el chico omega, salir del invernadero, esto la molesta, porque no puede decir nada, solo espera que es invitado se vaya rápidamente, ella ha estado en ese lugar por 10 años y no dejará que nadie le quite su lugar, pues sin importar el tiempo, ella asegura que se ganará el corazón de Frederick y se convertirá en su verdadera esposa.
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En la noche, Beryl estaba en su habitación después de cenar y darse un baño, ya se disponía a domir, pero, Angela llega para decirle que el dragón lo espera en su oficina, así que muy a su pesar, se pone una bata para salir de la habitación, aunque Angela lo regaña por no vestirse adecuadamente, ya que siendo un omega, no debe salir en camisón y bata. Al llegar a la oficina, le permiten el paso, Frederick lo observa un momento, pero no dice nada y le pide tomar asiento.
— Rina ya debió informarte sobre las opciones, pero, la diferencia entre las mujeres y tu, es el hecho de ser un omega y en el mundo, un omega solo corre demasiado peligro, los alfas a veces usan sus feromonas para inducir el celo de un omega y aprovecharse de él.— explica.
— si su intención es que yo me vaya, créame, con lo que dice, solo hará que no quiera ni salir de mi habitación.— responde.
— solo te digo la realidad, y no creo que un omega que se orina los pantalones pueda sobrevivir solo en el mundo.— se burla.
— en mi defensa, quien no haya visto un dragón y sea atrapado por uno, tendría la misma reacción y eso, que no grite.— se excusa.
— por supuesto. Entonces, debes pensar bien que deseas hacer, eres libre de quedarte en este castillo, Rina podrá buscarte una labor y serás recompensando por eso.— me informa.
— ser un omega en peligro ahí fuera o quedarme y ser un empleado, creo que es obvia la mejor opción, pero, hay un detalle, a su esposa no parecía agradarle.— insiste.
— esa joven no es mi esposa y ella sabe como funcionan las cosas en este castillo, no te dará problemas. Pero piensa bien en lo que deseas.—
Dicho esto, la platica se da por terminada.
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