Carolina una mujer encarcelada por asesinar a uno de los violadores de su pequeña hermana, de quién es separada,resurgiendo de las cenizas,luchando por volver a verla y hundiéndose cada vez más en un amor imposible
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Una situación inexplicable por Carolina
Esa noche en que todo dolía, en que mi mundo solo dependia de mi Mary ,el insistente sonido del celular me sacaba de mi entrecortado sueño.Me levante del suelo donde me habia quedado dormida después de llorar como una magdalena y decidida a evitar que este aparato de demonio siguiera sonando , tome el aparato de la isla de la cocina donde se encontraba . Era Laura quien llamaba y me apresure a responder la llamada.
-”Hola Laura” respondí de manera cortante, no se me ocurrió mas nada que decir.
-”Te ocurre algo amiga, parecieras que la gran Carolina Martinez hubiera llorado” respondió Laura.
-”No que va, solo estoy adormilada le conteste , tratando de guardar mis emociones y limpiando una lágrima que se había escapado ¿A qué debo el honor de tu llamada? pregunte .
-”Solo quería saludarte y contarte que conocí a alguien en el aeropuerto de Barajas y ayer me llamó para invitarme a cenar esta noche y me siento como una colegiala” me decía Laura. La percibía nerviosa, ansiosa, emocionada, hablaba a mil por horas, que si los ojos, que si su barba, que si su mirada, que su galantería. La verdad que esa madrugada Laura había puesto en mi mente otras cosas y eso era algo que realmente agradecia . y a eso de las 2 de la mañana finalmente Laura terminó la llamada.
Cuando me disponía ir al dormitorio volvió a repicar el aparato, era verdaderamente molesto, creo que en este punto el sueño había viajado a otro lugar, el contacto era nada más y nada menos que Albert y aunque quise ignorarlo, sonó tantas veces que me fue imposible y de mala ganas conteste:
-”Albert ¿Qué necesitas a esta hora?” conteste realmente molesta, pero fue la voz de un desconocido al otro lado de la línea que decía:
-”Disculpe señorita no soy Albert, soy Julio el barman del bar del hotel Majestic Blue,el dueño de este celular insiste en irse en carro y la verdad es que se ha bebido solo más de una botella de nuestro más fuerte tequila”.
y con una mezcla de sentimientos le dije:
-”Por favor deme la dirección y no permita que el señor salga de allí”,a lo que Julio accedió.
Pedí un taxi que me llevara al lugar y cuando finalmente pude ingresar eran más de las de tres de la mañana, el bar ya estaba con muy pocos clientes y fácilmente ubique a Albert en la barra; mientras me acercaba una voz gruesa y algo risueña me decía.-”Viniste, al fin viniste, te importo asi sea un poquito mujer de palo, mujer insensible, que juega con mis emociones”.
No se porque me trataba tan despotamente, siempre escuche decir que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad y no se ni que pensar de esa frase de Albert, pero de si algo estaba segura era que él no estaba bien en ese momento y solo tal vez me estaba confundiendo con alguien más, alguien a quien si realmente quiera a su vida para siempre.
Mi única reacción fue decirle al barman .
-”Señor por favor , puede llamar un taxi”.
Literalmente con este taxi se iba el resto del dinero que me quedaba, pero ya ni modo.
Lo lleve al departamento de Laura, yo no tenía ni la más remota idea de donde vivía Albert; después de salir de prision yo me quede con Laura.Al llegar a la puerta del edificio le pedí a Wifrand uno de los vigilantes que si me podía ayudar a llevar al doctor al ascensor a lo cual accedió y lo que agradecí. Albert parecía un mono agarrado a mi cintura para no caer, hablaba pura sandeces,no se le entendía lo que decía y cuando al final pude entrar, lo arrastre a la habitacion de Laura.Como pude lo tire a la cama, le quite los zapatos y me dispuse a salir de allí como bólido en carretera, cuando finalmente cerré la puerta de la habitación de Laura pude respirar.
A LA MAÑANA SIGUIENTE por Albert.
El ruido de los autos, los rayos de Sol atravesando el ventanal pegando justamente en mi rostro era señal inequívoca que era hora de despertar, me levante aun mareado y desorientado, solo hasta unos minutos después de haberme sentado en la cama y percatarme que me hallaba en el dormitorio de mi hermana , fue cuando los recuerdos vividos anoche en el bar, llegaban como flashes.En uno de los cortometrajes recordé haber bebido como un desquiciado dos botellas de tequila, sin piedad conmigo, en otro veía a una chica rubia con curvas exuberantes acercarse a mí y ofrecerme compañía y a mi alejarla como si fuera mosca y el más estupido de todos, preguntar la hora al barman y rogarle para que llamara a Carolina y le dijera que viniera por mi, le tuve que ofrecer unos cuantos billetes para que fuera creíble; sin embargo el recuerdo que me golpeó como una patada en el hígado fue haberme hecho pasar por dormido y ella huyendo de mí como si fuera peste.
Después de asearme un poco salí a dar la cara, quería decirle a Carolina que ya no pensaba igual que antes, que ese trato era producto de un momento de rabia, de imaginarla con varios hombres, que si bien es cierto Dayana es la mujer que amo,la que se vio obligada por sus padres a abandonar nuestra relación por Miguel, quien en ese momento ya era un empresario y un rico heredero; mientras yo estaba atado a una cama.
-”Caro podemos hablar” le dije mientras me iba acercando a la cocina, donde ella preparaba unos huevos revueltos.
“claro Albert, buenos días” fue su respuesta sosteniéndome la mirada y sin dejarme decir mas nada me dijo -”Sientate ya esta listo el desayuno, espero que te guste”.
En autómata me senté en uno de los banquillos y ella en otro, el desayuno realmente estuvo bueno, café, jugo de naranja fresco, huevos revueltos, tostada y fruta picada.
El momento no fue incómodo, se sentía a aquellos que vivíamos en el reclusorio, cuando nos sentamos a buscar estrategias para ganar el caso.
Al terminar de desayunar, ella se levantó y aseo los trastes y cuando el silencio rayaba en lo incómodo Caro me dice-”No acepto tu trato Albert, es más ya tengo listo los papeles del divorcio, ya te los traigo”.
No pude evitar estremecerme, tal pareciera que mi cuerpo gritaba a grito que era un estupido, que esto no es lo que quería.