Jarrón Maldito

Luego de ese almuerzo, Bai Ze y Christopher llegaron al apartamento y apenas estuvieron solos, Bailey lo detuvo, tomándolo de la muñeca.

-Christopher, quítate la camiseta.- Dijo Bai Ze con seriedad.

-¿Ah? Vaya, no pensé que fueras tan directo.- Chris se volteó a ver a Bailey con una expresión coqueta.

-Christopher.- Bai mantuvo su expresión seria.

-Wow, okay...- Chris estaba extrañado de ver a Bailey así, nunca lo había visto tan serio, ni en persona ni en los recuerdos que tuvo, así que acató las órdenes del más bajo.

Bai Ze se puso detrás del pelirrojo e inspeccionó su espalda con cuidad, pasando con delicadeza sus manos por este. Chris podía sentir las frías y suaves manos de Bailey recorrer su espalda, esto le hacía sentir un leve escalofrío.

-Aquí...- Bai Ze posó su mano sobre la espalda baja de Chris, ahí se encontraba una extraña marca que si se apreciaba detenidamente, parecía más un símbolo como una cicatriz.

-Mierda, ¿qué tengo ahí?- Chris se quejó y encorvó su espalda debido al dolor que eso le había causado en su cabeza y en su pecho. El dolor no parecía disminuir y de manera imprevista, el pelirrojo volteó y tomó por el cuello a Bai Ze. Bailey se quejó, no podía respirar, el agarre de Chris era demasiado fuerte.

-Chr... Chritopher, por fa... por favor vuelve.- Una pequeña lágrima cayó por la mejilla de Bai Ze, esto hizo reaccionar a Chris, haciendo que soltara a Bai.

Chris estaba confundido, no entendía qué acababa de suceder, estaba fuera de sí.

-Lo siento, Bailey... No sé qué paso, te juro, yo no quería lastimarte.- Intentó explicarse Chris, se sentía muy culpable.

-Está bien, sé que no es tu culpa.- Bai Ze abrazó a Christopher para ayudarle a calmarse.

-¿Qué acaba de pasar?- Chris apartó a Bai, ahora tenía miedo de lastimarlo.

-Es un sello... Te lo dije antes, eres susceptible a las energías, por eso pudiste ver mis recuerdos, ese es un sello de posesión incompleto. Tu susceptibilidad te hace un recipiente perfecto y creo que lo que acaba de pasar son los primeros síntomas.-

-¿Qué?¿Entonces estoy poseído?- Chris se mostró incrédulo.

-No aún, pero lo estarás si no hacemos nada, es probable que mi energía vital no haya sido lo único encerrado en ese jarrón.- Bai Ze de nuevo fue a ver el sello que Chris tenía en su espalda, poniendo la palma de su mano cerca de este, pero sin tocarlo. Con brusquedad Bailey se apartó, parecía asustado y sus ojos se habían vuelto llorosos.

-¿Qué pasa?¿Estás bien?- Chris tomó a Bailey de las manos para que este no cayera.

-Es Huangdi... lo que te está poseyendo es parte de la energía de Huangdi...- La voz de Bai Ze se escuchaba frágil y temerosa.

-¿El emperador?-

-Sí... Ah, lo siento mucho Christopher, dejé que él te hiciera esto, lo siento mucho.- Bai comenzó a llorar y abrazó a Chris.

-Está bien, no es tu culpa, fue mía por haber roto los sellos.- Intentó consolar a Bailey.

-Debo hacer algo...- Bai Ze se apartó y sin indicarle nada a Christopher, hizo un pequeño hechizo para sellar el sello, por redundante que suene, era literalmente poner un sello sobre otro para contenerlo.

-¿Puedes hacer eso?- Chris estaba asombrado.

-No es mucho, sigo muy débil, pero servirá para ralentizar la posesión mientras buscamos una solución-

-Mierda... ¿o sea que tu ex loco que te selló ahora está intentando poseerme?-

-¿Mi ex? Supongo que te refieres a Huangdi. Sí, es probable que haya sellado parte de su energía después de haberme sellado a mí, tal vez en caso de que yo llegase a ser liberado... pero no entiendo para qué.- Bai suspiró agotado, hacer ese pequeño hechizo lo había agotado.

-Está bien, encontraremos una solución.- Chris tomó las manos de Bai Ze, acercándolo.

-Eso espero...- Bailey miró los ojos de Chris, se sentía apenado y culpable por todo.

-Oye, estaremos bien, en serio.- Chris le sonrió y con suavidad tomó el mentón de Bai, levantándolo y acercándolo para darle un pequeño beso en los labios, aunque esta vez fue más duradero.

Las lágrimas de Bai Ze cesaron casi inmediatamente al sentir sus labios contra los de Chris, y en un torpe impulso, correspondió el beso de este.

-Christopher...- Dijo Bai, tomando un poco de aire.

-Sólo dime Chris.- Volvió a besarlo, de manera más intensa, parecía como si le estuviera enseñando a Bai cómo besar, pero de cierta manera eso volvía todo más tierno y romántico.

Chris tomó en brazos a Bai Ze, está ves no lo arrastraba por el piso, así que se sorprendió de lo liviano que era. Lo llevó a la habitación, dejó la luz apagada y lo recostó sobre la cama. Bai miraba con timidez todo lo que Chris hacía, quien había comenzado a besar su cuello y lentamente levantarle la camiseta. Cada vez iba más hacia abajo.

-Tu piel es muy blanca... se marca muy fácil.- Dijo Chris, llegando al borde de los shorts de Bai, y sin siquiera pregunta comenzó a bajarlos.

Bai no sentía vergüenza de mostrar su cuerpo desnudo, sino que sentía vergüenza de ser tocado así. Las manos de Chris habían llegado a su entrepierna y con avidez separó sus glúteos. La mano de Chris era ágil y audaz, antes de que Bai pudiera darse cuenta, él ya tenía sus dedos palpando su interior. Bailey gimió, nunca había sentido eso antes, nunca había experimentado algo así, algo tan humano.

El cuerpo de Bailey respondía de manera natural ante los movimientos de Chris, y este, impaciente, se apresuró a quitar toda su ropa para poder experimentar directamente el interior de Bai Ze.

La noche se hizo larga y a pesar de no haber luces en la habitación, la luz de la calle y de la luna le hacían ver a Chris de manera hermosa el delicado cuerpo de Bailey, ambos parecían conocerse de antes, era una conexión natural entre ellos, cada movimiento y cada respuesta en perfecta sincronía.

Paerecía que eso no terminaría nunca, pero al final, ambos cayeron dormidos, acurrucados y sosteniéndose como si fueran lo más preciado el uno para el otro.