Segunda Oportunidad Para El Amor

Desde esa noche, Samuel tenía una mirada diferente, comenzó a sonreír, llegar al trabajo más animado, los compañeros de trabajo y su familia notaron esa diferencia, ese cambio que tenía el joven, parecía sentarle bien. Soñaba a diario con la sonrisa de la chica, con la sensación tan única que sintió al bailar y hablar con ella.

Pero también era atacado por dudas, en su mente revoloteaban ideas y pensamientos que no le dejaban tranquilo: “fue una sola noche, no pasó nada diferente, quizás ya tiene novio, ninguno habló de eso, tal vez ella no sintió lo mismo, me estoy volviendo loco, se repetía e intentaba calmarse”.

Esa sensación bonita solo duró un par de semanas, a pesar de tener el numero telefónico, decidió no llamarla ni escribirle, desistió, para no tentar al destino y mantener su coraza bien sellada e impenetrable, no volvería a sufrir.

Por supuesto su hermana se da cuenta de estos cambios tan extraños de su hermano, una semana feliz y en otras volvía a estar deprimido y amargado, cosa que realmente le preocupaba, por lo que decide indagar:

- Hermanito bello, mi lindo como estas? – le habla lo más cariñoso posible.

- Amm, que rayos te pasa? – Samuel la mira totalmente anonadado.

- Estas loca o algo por el estilo? – Le vuelvo a preguntar totalmente extrañado.

- Algo por el estilo. – Responde Gabriela Muy tranquila con una gran sonrisa.

- ¿Qué quieres? – Pregunta Sam

- Ay! Acaso No puedo ser cariñosa con mi hermano bello. – Dice con cara de dolida.

- La verdad, no, desde que me cambiaste por ese tal “novio” – este remarca las comillas con los dedos y gesticula.

- ¿Estas celoso? – Gabriela comienza a bromearle.

- No, mejor para mi. Que se quede contigo. – Le responde en tono de burla Samuel.

- Oh!! – Esta pone cara triste.

- Pero si te hace algo, lo mato. – Este le habla señalando con el dedo índice y Gabriela le sonríe.

- ¡Te amo hermano! Quiero que también encuentres alguien que te haga feliz. –

- Últimamente te he visto más extraño que nunca. – Le dice

- Mmm, asi que eso es lo quieres. Mamá te envió? – Dice Samuel con algo de fastidio en su cara.

- ¿Qué? Ósea no puedo preocuparme por ti. – Gabriela rueda sus brazos intentando parecer molesta.

- Ya, esta bien. – Responde él

- Creo que conocí a alguien, pero no le volví hablar y mucho menos la he vuelto a ver. – dice algo decaído

- Pero búscala, no te rindas, debes darte una oportunidad. – Gabriela lo anima.

- Es que apenas le he visto una sola vez. – Este suspira y recuerda a la chica con una sonrisa.

- Samu, búscala, por tu carita, se que te gusta. – Lo abraza animada.

- Lo intentare, pero no prometo nada. – levanta una de sus cejas, Gabriela le responde con una gran sonrisa.

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En otra parte de la ciudad, en una zona menos privilegiada, un poco incomoda, estaba la chica igual de pensativa, recostada viendo el techo de su habitación, recordando al guapo chico del bar, ese que la hizo pasar una noche diferente, que con solo segundos sintió una conexión especial.

Muy a pesar de estar recuperándose del peor momento que ha pasado en su vida, este chico, le hace mantenerse positiva y quizás con la esperanza de reencontrarse. Sin duda alguna esta no era la mejor época por que la estaba atravesando, quiso comunicarse, pero ocurrió lo peor.

Laura Ortega una joven de tan solo 27 años en la actualidad, proveniente de un pequeño poblado a unas 06 horas de la capital, viene de una familia humilde, pero muy trabajadora, su madre falleció al darla a luz así que no tiene hermanos, durante su infancia creció con su abuela y su papá, quienes se esforzaron por darle todo lo necesario.

Laura tuvo un novio a los 20 años, se enamoró perdidamente, tanto así que le entrego lo mas valioso, su virtud y su corazón, por el contrario este le prometió que juntos saldrían adelante y formarían un futuro en la gran ciudad, que él trabajaría para que ella pudiese estudiar y terminar su carrera. Miguel Saavedra, dos años mayor que Laura, salió del pueblo un año antes, dejando grandes promesas a una chica ilusa.

Esta pequeña salió de su pueblo con lágrimas en los ojos, dejando a los únicos familiares que tenía, pero que siempre le han apoyado, le dieron todos los ahorros que durante años de fuerte trabajo lograron hacer, con la esperanza de reencontrarse con su gran amor Miguel, y salir adelante como un gran equipo.

Para su mala suerte, Laura no contaba con que Miguel, efectivamente estaba en la ciudad, pero se involucró con una banda criminal, apenas tenía donde dormir, comenzó a consumir drogas, ya le debía dinero e incluso el alma entera al jefe de la banda criminal.

La inocente Laura desconocía todo eso, la noche que conoció a Samuel, su amiga la llevó a despejarse, ya que Miguel un par de semanas antes les robó todo el dinero que habían traído, las dejo en la calle con apenas la pequeña maleta de ropa que traía, tanto a ella como a su amiga, quienes habían salido juntas del pueblo.

Ese día ambas habían salido a buscar trabajo, felizmente les dieron la oportunidad de trabajar en una cadena de restaurantes conocida, un buen sueldo para comenzar.

En la pequeña ciudad de donde provenía, ella logro estudiar tres años de enfermería, por lo tanto tenía su título de técnico, pensaba estudiar administración más adelante, así que comenzó a esforzarse y mantener su espíritu, sin decaer.

Así que luego de comenzar a trabajar como mesera en el restaurante, en sus tiempos libres comenzó a estudiar administración, adelantando cursos y clases de manera virtual, así como en sus tiempos libres, ella tenía la meta de poder obtener su título en tres años, costará lo que costará, si era de dormir o comer poco, se limitó a gastar en lo necesario, además quería devolver parte del dinero que su bella abuela y su amoroso padre le dieron, siempre que hablaba con ellos, le comentaba lo maravilloso de la ciudad, los hacía reír con sus chistes y ocurrencias, demostrándole que era una mujer fuerte y podría salir adelante.

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