Adela es una asesina, que reencarna en cuerpo de una princesa villana destinada a morir en manos de su hermano, el villano de la historia quien está le hacía la vida imposible desde niña, ahora adela quiere cambiar su destino y su única manera es domesticando al villano.
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capitulo 8- Desconfianza
Raquel mira el chico Inconscientemente en la cama limpiando las heridas, lamentablemente había llegado demasiado tarde con las heridas que tenía el chico en la espalda y con esos nuevos, todo su espalda estaba cubierto con marcas de herida. Pasa su mano con delicadeza en cada herida. Reaccionando al sentir Damon moverse.
— Estás despierto — El chico intenta dar vuelta, pero Raquel lo detuvo rápidamente — No puedes levantarte.
— ¿P-porque? — Siseó que apenas Raquel logro escuchar — ¿Por qué me salvaste?.— Ante de Raquel responda, entra una doncella avisando que la concubina Lizeth ha venido. La madre de Calix, Raquel, suponía porque vino la mujer, pero ella no tenía tiempo para perder ahora
— Dile que no puedo atenderla ahora — Mira a la doncella — Y si quiere entrar a la fuerza, échenla a patadas.
— Como ordené princesa — Sin más salió la doncella.
Raquel ayuda al chico moverse al darse vuelta de que este quería levantarse. Después de ayudar, el chico toma las vendas para sentarse en borde de cama.
— Déjame vendar tus heridas — Damon la mira fijamente sin decir nada, dejando la chica hacer lo que quería.
— G-gracias — Siseó bajando la mirada, Raquel que escuchó esas palabras miro Damon sorprendida, realmente no esperaba que el chico le agradeciera.
— Vaya esperaba todo menos agradecimiento — Sonríe terminado de vendar la última herida del chico. — Las heridas tardarán en cerrarse, por eso deberás quedar en cama.
— No es necesario — Damon trata de levantarse, pero Raquel lo detiene.
— Es necesario, más de lo que crees.
— Señorita — La doncella personal de Raquel entra en la habitación con una sopa — La sopa está lista
— Déjalo ahí — señala la mesita alrededor, mientras que la doncella de nombre Lía hace lo que la chica le indico.
— Prepara una habitación, el príncipe se quedará aquí — La doncella abre los ojos, sorprendida al escuchar las palabras de Raquel.
— Señorita, no puede.
— No estoy pidiéndote permiso Lia, es una orden, prepara la habitación — Los ojos frío de Raquel hace que la doncella reacciona realizando varias reverencias
— Cómo ordené, señorita — Se retira mientras que Raquel suspira para tomar la sopa que estaba a su lado.
— No es necesario que me quedé aquí.
— Lo es. — Sopla la sopa para mirar a Damon quien la Fulmina con la mirada al darse cuenta lo que intentaba hacer la chica.
— No necesit- — Antes de terminar de hablar, Raquel mete la cuchara en su boca. Damon la mira, con molestia.
— Tienes que cuidar tu cuerpo y mientras estés aquí yo me encargaré de eso — saca la cuchara con una sonrisa.
El chico solo Gruñe
— No necesito que me alimentes
— solo quiero cuidar de ti.
— No lo necesito — Mira Raquel sombrío — Y no quiero tu patética actuación, de preocupada. Que no me la creo ¿Qué es lo que quieres realmente de mí para llegar a eso?
Raquel, quien miraba el chico con una mirada neutra, únicamente sonríe para dejar la sopa aún lado.
— Si quisiera algo de ti, no necesitaría actuar para conseguirlo — Mira fijamente a Damon.
— ¿Entonces?
— Ya te lo dije Damon, no quiero nada, simplemente quiero remediar lo que hice al pasado.
— ¿Remediar? — El chico sonríe con sarcasmo — ¿De qué sirve eso?
— Solamente quiero hacer las cosas bien, aunque sea por una vez, créame que sé que no servirá de nada, pero aun así, quiero intentarlo.
Ella sabía bien, que por más que tratará de ganar la confianza de Damon no sería nada fácil, y está preparada con todo y para todo.
Toma la sopa nuevamente sonriendo
— Continuemos — Sonríe extendiendo la cuchara llena de sopa hacia el Damon. Este lo mira con desconfianza— Y luego de esto me iré para dejarte descansar, lo prometo — Dudando El chico abre su boca despacio, mientras que Raquel saca una pequeña sonrisa para poner la cuchara en la boca de Damon.
Después de darle la sopa que apenas tomó algunas cucharas, la chica.
— Ahora puedo estar solo — Mira Raquel, quien solo dejo el plato aun lado.
— Veamos si se te fue la fiebre — Tocar la frente del albino, y no al poder identificar su temperatura, pega su frente junto a este.
Damonnnnnnnnnn
hasta que apareces muchacho yo casi digo " ME OPONGO"