Nuevos Comienzos

Los meses transcurrieron, mis padres y yo ayudábamos a mi hermano a que caminara sin miedo y que comenzara a hablar correctamente pero aún le costaba un poco, pero con el pasar del tiempo el logro caminar y hablar mejor, lo ayudaba a hablar y a caminar todas las mañanas, y después del entrenamiento también lo hacía, adoraba ver a mi hermano aprendiendo a hablar, pero todavía no podía pronunciar hermana.

Al cumplir doce años mis padres me dijeron que me había inscripto en la mejor academia del imperio, me sorprendí muchísimo al oírlo debido a que en el pasado no había podido hacerlo, mi tía me lo había prohibido pero había mandado a su hija bajo mi identidad, dejándome a mí en la casa encerrada sin que nadie me pudiera ver, mi padre en aquel momento había dejado de ser el padre amoroso que conocía, se había transformado en un hombre frío que solo se dedicaba al trabajo y nunca estaba en casa, al recordar todo aquello me quede impactada.

- hija ¿no estás feliz por la noticia?- pregunto mi madre y parecía muy afligida

- sí\, lo estoy- dije rápidamente

"es solo que recordé el pasado"- pensé terminando la frase

- comenzarás en dos meses cuando empiece la primavera - hablo mi padre

-¿puedo mantener en perfil bajo, sin que nadie sepa quién soy? No quiero que la gente se me acerque porque ustedes son mis padres

- haz lo que tú quieras hija\, por mí está muy bien que hagas eso así podrás crear conexiones- dijo mi padre orgulloso

- me parece una muy buena idea- dijo mi madre- así no estarás rodeada de interesados

- voy a cambiar mi apariencia también para así no ser reconocida de ninguna manera

- ¿sabes como hacerlo?- preguntaron ambos

- sí\, lo aprendí de un libro en la biblioteca- sonreí

- eres muy inteligente\, princesa- dijeron ambos muy felices

- ve y comienza a preparar todo- hablo mi madre

Salí del estudio de mi padre, corrí hasta la habitación de mi hermano donde seguramente estaría Gina cuidándolo, al entrar Gina lo estaba alimentando con un plato de fruta pisada y un poco de yogur

- ¿puedo darle de comer?- pregunté

- no va a ser posible señorita\, usted es muy pequeña para hacerlo

- está bien- dije triste

- si quiere puede dormirlo también

- si- festeje

Quería estar el mayor tiempo posible con mi hermano antes de irme a la academia, mientras Gina alimentaba a Andy, le conté que pronto me iba a ir a la academia en ese momento mi hermano empezó a llorar al escucharme y estiro sus brazos hacia mí, corrí a él y lo abrace, lo levante y lo acosté en la cama de él, me senté a su lado y comencé a relatarle un cuento para dormir; al llegar al final de la historia, Andy ya se había dormido, lo tape con cuidado y luego me levante de la cama para que durmiera tranquilo.

- Gina\, por favor quédate con él\, después de que me vaya a la academia- le pedí

- pero ¿y usted? No puedo desatenderla\, usted es mi señorita y mi deber es cuidarla

- te relevo de ese trabajo\, y ahora tu única obligación es cuidar de mi hermano junto con mis padres- dije sería- puedo cuidarme sola\, no hay porque hacerse problema- dije restándole importancia al asunto

- pero es mi trabajo señorita- objeto ella

- quiero que cuides a mi hermano\, esa es tu nueva tarea\, procura que no le pase nada a él\, promételo

- lo prometo\, estaré con el pequeño amo en todo momento

Los dos meses pasaron muy rápido y procuré estar el mayor tiempo posible con mi familia; mi tiempo libre lo pasaba con mi hermano jugando con él, leyéndole libros, mostrándole los dibujos que estos tenían o también lo ayudaba a hablar y caminar, en cambio, con mis padres pasaba el tempo entre las comidas o lo pasaba entrenando con ellos para terminar de dominar mis poderes.

La mañana que debía partir me desperté temprano, me vestí, con un vestido corto hasta las rodillas de color verde menta, me acerque a mi espejo, tome el cepillo y comencé a peinarme dejándome el cabello suelto, cuando estuve lista tome un pequeño frasco con un líquido de color lila, que había preparado unos días antes, lo abrí y bebí de él, me pare en el espejo de cuerpo completo que tenía y mire como el color de mi cabello cambiada a un color a un tono bicolor, la mitad de arriba de mi cabello era negro y la mitad de abajo era blanco y mis ojos se tornaban azules.

Una vez que estuve lista salí de la habitación y fui a ver a mi hermano, al llegar a la habitación, me acerque a la cama despacio para no despertarlo, me senté a su lado y miraba como dormía tan pacíficamente, le toqué la mejilla haciendo que despertara, me miro un poco asustado.

- ¿helmana?- pregunto un poco temeroso\, él aún tenía dificultades para pronunciar algunas palabras correctamente y se confundía con la pronunciación pero no nos preocupábamos porque cuando le preguntamos a los médicos si le pasaba algo grave\, pero el doctor nos respondió que era normal que pasara

- soy yo\, lindo- dije mirándolo con amor mientras acaricia su mejilla

Mi pequeño hermano era tan lindo y tierno, adoraba ver a mi hermano como cada día crecía y crecía, sus ojos rojos eran aún más brillantes que los de nuestra madre y su cabello negro era suave y hermoso

- ¿por qué estás aquí?- pregunto frotándose los ojos y sentándose en la cama

- solo quería venir a verte

- hoy te marchas ¿verdad?

Mi hermano era muy inteligente, él entendía y comprendía el mundo muy bien, y todo aquello que nos rodeaba.

- Tristemente\, ha llegado el día que debo marcharme\, pero vendré cada vez que pueda para ver a mi lindo hermanito si se portó bien y saber qué hizo

- me portaré muy bien y cuando regreses jugaremos mucho

- Así lo haremos- dije sonriendo\, los dos reímos un rato larga- ¿quieres ir a despertar a nuestros padres?- pregunté sonriendo

- vamos- se apuntó el de forma divertida

- pero antes vamos a cambiarte

- está bien

Nos levantamos de la cama y cambie a mi hermano, cuando termine de vestirlo fuimos al cuarto de nuestros padres y al abrir la puerta gritamos "arriba" para despertarlos pero ellos dos no estaban los buscamos por la habitación pero no los encontramos, bajamos al comedor y ahí nos estaban esperando nuestros padres.

- tardaron mucho- dijeron ambos con una sonrisa

- fuimos a despertarlos pero no estaban

- hoy nos levantamos muy temprano para tener todo listo- dijo mi madre

- esa es tu nueva apariencia\, princesa?- pregunto mi padre y yo asentí- te queda muy bien\, eres una la niña

- gracias

Los dos nos sentamos en la mesa y comenzamos a desayunar, todos estábamos muy alegres pero a la vez tristes porque nos íbamos a separar por un tiempo, ya que en la academia solo me dejaban salir un fin de semana al mes durante los tres años de estudios.

Terminamos de desayunar y todos salimos a las puertas de la mansión, puesto que ya era hora de que me marchara, cuando todos llegamos vi que el carruaje estaba siendo cargado con varias de mis cosas mayormente ropa que iba a usar cuando pudiera.

- hija ¿estás segura de que no quieres a una sirvienta que te acompañe?- pregunto mi madre

- no la necesito\, sé cuidarme sola

- eres muy independiente- dijo mi padre sonriendo

- Así es- dijo orgullosa de ello

Mis maletas seguían siendo acomodadas mientras yo pasaba el tiempo con mi familia en la puerta, cuando todas las maletas fueron acomodadas uno de los sirvientes se acercó a nosotros para avisarnos y decirnos que todos ya estaban listos para partir.

- es hora de despedirnos- dije con tristeza

- cuídate mucho\, hija mía- dijo mi madre para agacharse y darme un abrazo\, un segundo después se alejó y me dio un beso en la frente\, y se levantó

- anda con cuidado y no te metas en problemas ¿sí?- dijo mi padre haciendo las mismas acciones que mi madre y por último vi a mi hermano\, me pare frente a él y yo abrace con fuerza

- cuida de mamá y papá mientras no este ¿bien?

- Así lo voy a hacer- dijo correspondiendo mi abrazo\, segundos después me separé y le di un beso en la frente

- voy a extrañarlos a todos- dije conteniendo las lágrimas

Después de decir aquello mis padres vinieron y tuvimos un abrazo familiar muy cálido, tanto que no quería irme de allí, pero debía hacerlo, me separe de mi familia y me encamine hasta el carruaje cuando uno de los sirvientes me abrió la puerta pero antes de subir mi madre me detuve.

- espera por favor hija-.me di la vuelta y ella tenía en las manos una jaula con un ave dentro- este es un halcón azul\, nos traerá y llevará mensajes\, así podremos estar comunicados mientras estás en la academia

- muchas gracias madre\, la cuidaré muy bien- dije tomándola entre mis brazos

- hija\, los sirvientes te acompañaran\, te ayudaran a acomodar todo y luego regresaran a la mansión

- gracias por las atenciones padre\, los voy a extrañar mucho- dije subiendo al carruaje y este partió de inmediato

El viaje a la academia empezó y lo primero que hice fue mirar al halcón que estaba encerrado en la jaula, en cuanto lo vi él parecía triste y pensé que quizás era así, extrañaba la libertad y ese sentimiento era algo que yo sabía muy bien, así que tome la jaula y la abrí dejando salir al ave, ella se posó en mi antebrazo y lo único que podía hacer era mirarlo

- a ver... ¿Qué nombre te voy a poner? Debe ser un nombre lindo\, adecuado para un halcón- decía mientras no dejaba de mirar al halcón- ¿qué te parece... Falcón?- le pregunté- es un nombre muy bonito para ti ¿no te parece?- el ave solo me miro y asintió como si me entendiera- perfecto tu nombre de ahora en adelante será Falcón- de ahora en más no vivirías más en la jaula\, serás libre

El viaje continuo con tranquilidad, corrí las cortinas para ver la ciudad y en cuanto lo hice me di cuenta de muchas cosas que en mi pasado también vi pero que no le di importancia, podía ver que en la ciudad no había casi ningún artefacto mágico, las calles eran iluminadas con velas y no con rocas luminosas, los vendedores de la calle trataban mal a las personas que tenían magia, ahí entendí que el imperio y su gente nos odiaban desde mucho antes que empezara la gran cacería, nos aborrecían tanto que no usaban nuestra magia ni aun estando en el borde de la muerte, ellos usaban sus conocimientos en hierbas curativas y nada más; deje de mirar las calles y me puse a pensar si podía detener la masacre que se avecinaba pero no podía hacer nada. Deje de tener esos pensamientos y una hora más tarde llegue a la academia, me baje y fui hasta la oficina del director, este al verme se sorprendió mucho, ya que era la primera estudiante que venía a inscribirse e instalarse, la mayoría lo hacían a la tarde, él me guio hasta mi dormitorio mientras me contaba sobre las clases que tendría, los lugares y espacios que tenía el establecimiento, entre otras cosas y también me decía que el cuarto en el que iba a estar era solo para mí y eso me gusto mucho; cuando llegamos los dos entramos y el cuarto era muy bonito aunque le había falta color, él me dijo que podía decorarlo como más me gustaba, ya que sería mi hogar los próximos tres años, al terminar de explicarme todo él se marchó para dejar que me instalara de inmediato llame a mis sirvientes y ellos junto conmigo empezamos a acomodar todo en el cuarto

- muchas gracias por haber venido a ayudarme a acomodar todas mis cosas- dije después de que terminamos de acomodar

- no tiene que agradecer señorita\, estamos para servirle- dijeron los sirvientes

- aun así se los agradezco\, pero ahora deben regresar a la mansión\, por favor tengan mucho cuidado en el camino de regreso y por favor díganle a mi familia que los amo y que ya los extraño a todos mucho

- Así lo haremos señorita - dijeron y se marcharon

Cuando estuve sola me acosté en la cama, ya que estaba agotaba de tanto ordenar y cerré los ojos, Al volver a abrirlos escuche un bullicio que venía desde afuera, no sabía que era así fui a ver que pasaba y cuando abrí la puerta me encontré con un montón de sirvientes caminando de acá para allá, escuchando los gritos de las señoritas de sociedad gritándoles que trabajaran más rápido y eso me ponía de muy mal humor, volví a entrar a mi cuarto y al ver la hora me di cuenta de que había dormido hasta la tarde saltándome el almuerzo, salí de mi cuarto, cerré la puerta con llave y cuando me di vuelta, choque contra una chica

- ¿estás bien?\, disculpa no te vi- dije mirándola y le extendí mi mano para que se levantara pero ella estaba enojada\, me golpeo el dorso de la mano y se levantó sola

Mire a la chica de arriba a abajo y era una noble por donde se la mirara y no en un buen sentido de la palabra, era una niña de cabellos verdes con ojos color turquesa, ella era muy linda pero su carácter era muy despectivo con respecto a los demás, trataba de manera muy mala a los otros solo por ser de un estatus más bajo que ella, además de que se notaba que sus padres solo la habían malcriado dándole todo lo que ella quería.

- ¿quién te crees que eres para tocarme\, sucia harapienta? - dijo la chica muy enojada- acaso sabes quién es mi padre

"o no, aquí vienen las presentaciones para saber quién tiene más estatus"- pensé molesta

- disculpa querida\, tengo prisa así que tengo que irme\, adiós- dije y salí de aquel lugar bastante rápido

"no tengo tiempo para estar perdiendo contigo"- pensé