No quería vender mi hotel, era un regalo de mi madre los terrenos y paisajes, pero su constructora era su vida. Ahora tendré que venderlo a un Hombre hermosamente arrogante, con un atractivo que me deja con muchas ganas de mas. Sin saber que nos depara el destino
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CAPITULO 8
_ A la mañana siguiente Arnold estaba, sin ánimos esa mujer le quitaba el sueño. Sin poder pegar el ojo decidió recoger sus maletas y emprender el viaje.
Rubén que aún no creía que su jefe hubiera dejado a Bárbara. Una mujer rubia, su cabellera rizada era la envidia de muchas mujeres. Decidió hablar con Arnold, aunque con miedo, temía lo que él pudiera responder ante aquellas preguntas. ¿Y si le despedía? Prefirió mejor cerrar el pico y no agrandar más sus problemas.
Conociendo a su jefe lo mejor era dejar que Bárbara se defendiera por sí sola. Debía mantener su empleó.
-Arnold
Rubén espero que todo lo que te pedí este listo para mi regresó. No quiero excusas.
-Rubén
Claro que si señor tendrá todo listo a su regresó.
-Arnold
Eso esperó no tendré un momento de paz si no consigo a esa mujer, sé que no tendré cabeza para los negocios hasta que no sea mía. Espero esta vez hagas lo que se te pide.
-Rubén
Si señor, cuente con ello.
"Esa maldita mujer pondrá a mi jefe loco y se irá todo al traste, nunca había visto a mi jefe con tanto interés por una mujer que se ve tan corriente"
_ Ya en la avioneta, Arnold imaginaba. Como se sentiría tocar desnuda a esa hermosa mujer, su piel se veía como la más fina seda, Su cuerpo lo invitaba a desahogar sus más oscuras pasiones. Su imaginación le jugaba una broma de mal gusto, Su miembro respondía ante aquellos pensamientos con gran ímpetu. No podía sacar de su cabeza esa mujer hermosa y cada segundo sin ella, sentía que no tenía esperanzas con ella, su mente comenzó a jugarle bromas de mal gusto imaginándola en brazos de otro hombre que no era él, despertando cada día con su actual esposo sin que hubiera una pequeña posibilidad para él, ni tener una pizca de esperanza para tenerla entre sus brazos, con solamente pensar que estuviera casada, sus mandíbulas se tensaban y una vena en su frente hacía notar su gran ira.
Llegando a Venezuela la avioneta aterriza.
Arnold
No veía el momento de llegar, revisaré el contrato, firmaré y me iré. Tenía planeado pasar unos días con Bárbara en este lugar, llevarla a conocer los lugares más hermosos de Venezuela, quizás con ella hubiera funcionado, pero no es mi tipo, es el tipo de mujer que solo puedes lucir en eventos, pero sin que hable mucho, no tiene gran cosa en su cerebro que no sea ropa, perfumes y zapatos a la moda. Por eso al conocer a Alis su forma de expresarse y hablar dejó mucha curiosidad en mí, si Bárbara no fuera tan materialista y no pensara solamente en gastar impulsivamente, pero desde que conocí a ese Ángel no tengo pensamientos para nadie más.
Esa mujer se ha convertido en una piedra en mi zapato de la mejor calidad.
Sus labios color rubí que invitan a ser besados.
¿Qué impresión tendrá de mí? ¿Ninguna? Es una mujer casada y yo un estúpido suponiendo en que puedo aunque sea oler esa piel que me invita al placer. A querer tocarla.
-Piloto
Señor hemos llegado.
-Arnold
Sí que aire tan impresionante, el lugar es magnífico.
-Pedro
Sr. Belmonte, ¿Buenos días? Mucho gusto, soy Pedro el administrador del hotel. Espero haya tenido un viaje tranquilo, la Srta. Le espera.
-Arnold
¿Buenos días,Pedro? Es realmente impresionante este sitio, es preciso lo que quiero, aquí es donde podré crear en un mañana con hijos, espero en un futuro lejano, pues el matrimonio no es lo mío, por ahora. Espero que la Srta. Me tenga todo listo, necesito salir mañana temprano, tengo unos pendientes y no deseo perder tiempo.
-Pedro
No se preocupe la Srta. Se adelantó y ya tiene todo. Es una mujer muy eficiente a pesar de no tener aun marido que la asesore, es muy lista verá que no tendrá pérdida de tiempo, solo que usted lo firme y de su visto bueno, y hasta hoy mismo pudiera viajar de regreso si así lo prefiere Señor Belmonte.
Aunque le diré un secreto, al llegar a este paraje lleno de magia dudo que viaje hoy, espere que mi jefa le dé el recorrido y le aseguro que quedara prendado del lugar.
-Arnold
Ya lo creo, el sitio es fantástico y sin duda creo en lo que me dices, pero debo arreglar algo pendiente de lo que no puedo esperar. Si me disculpas debo hacer una llamada.
-Pedro
Lo siento Señor, pero en este lugar no hay tecnología, o mejor dicho debe hablar con mi jefa de ese asunto en el cual no puedo darle detalles
-Arnold
Pero a quien se le ocurre, hacer un sitio de estos sin tecnología, donde abundan los peligros.
_ Entre tanto ya Alis había previsto todo, repasado el contrato y ordenado todo el papeleo.
-Alis
Bueno iré a ver porque Pedro tarda tanto con el futuro dueño, será que se arrepintió y al conocer el lugar le dio miedo, pero que digo este paisaje da de todo menos miedo, o ya no lo quiere tan alejado de la civilización.
(Cuando Alis escucha su última frase)
"Pero a quien se le ocurre, hacer un sitio de estos sin tecnología, donde abundan los peligros"
Y respondiendo dijo: a mí,¿por qué?
Danna y Marianny que venían de recorrer algunos sitios, se miraron y enseguida regresaron si hacer ruido, para que no las notasen.
"Una enorme tensión cubrió la atmósfera, como si estuvieran viendo fantasmas, se miraron fijamente a los ojos, Pedro inmediatamente al ver que necesitaban hablar a solas, se fue a la recepción.
En ese momento un brillo en los ojos de Arnold se reflejó y todas sus preocupaciones se esfumaron, esto es un sueño, no es real, seguro me he quedado dormido, Alis por su parte sentía que su corazón latía como si estuviera a punto de salirse de control, por unos momentos el silencio los acompaño. Como no habían tenido tiempo de ser presentados, comenzaron a hablar al mismo tiempo.