Tentación Prohibida

Sentí que mis pezones endurecían y traen saliva.

Dios

No puedo creer que con solo pensar en la manera en que me trató, me este excitación en este momento.

Me mordí el labio inferior, mirando intensamente el papel que sostenía.

—No puedo evitar notar tu abstinencia en esta reunión, Sámara. ¿Cuál es el problema?—

La miré confundida por un momento.

—¿Qué? Nada. Nada. Estoy bien. Solo ocupada... Con esto... Ya sabes—

—¿Segura?—pregunto examinándome. —¿Por qué parece que la presencia de tu papá siempre te incomoda?—

—¿Incómoda? Pff. Sacate, mamá. Pensé que ya habíamos resuelto eso. Solo estoy ocupada—Dirigí la mirada a Zeus, Quién tenía su hermoso deslumbrante mirada grisácea eléctrica sobre mí. —Bienvenido, papá—

—Eso es una mejora. Gracias sami—

—Bonita elección de apodo— dijo mamá mientras sonreía. —¿Quieres unirte a nosotras? Estamos haciendo planes para tu fiesta—

—Seria no hay buena idea. Pero creo que tengo que hacer algo en la habitación— dijo sonriendo y mamá asintió.

—Ok, entonces vete, y desaparece— dice mamá en tono de broma.

Él le dio un ligero beso en la mejilla. Me miro rápidamente antes de subir las escaleras que llevaban a las habitaciones.

Respire más tranquila y seguí mirando la lista en mi mano.

—¿Cómo te fue en la caminata con tu papá?— pregunta mamá a Pablo, quién se unió a nosotras en la mesa.

—Genial—

—Me alegra que se lleven bien, solo no entiendo por qué para Sámara es tan difícil adaptarse—

»¿Otra vez este tema?«

—Mira mamá. No puedes culparme, ¿de acuerdo? Estoy intentándolo. Es algo nuevo. Necesitaré algo de tiempo—

—No, no lo estás intentando—dijo mamá mientras le daba un sorbo a su café. —Entiendo qué extrañas a tu papá, es genial. Eso muestra que realmente lo amabas. Lo entiendo perfectamente, Pero él nos abandonó, lo que significa... que no le importamos nada, piensa que son más errores en su vida, así que... Olvídalo. Zeus es amable y lo suficiente genial para...—

Lo sé. Lo entiendo. Y lamento mi actitud de antes, estoy intentando adaptarme mamá. No me presiones—respondí de inmediato para cambiar el tema.

—Tomate tu tiempo querida. Zeus es un buen hombre y será un buen padre para ti—

Asentí.

—Ya vuelvo mamá, tengo algo que hacer—

—Claro, desaparece tú también—

Le di una sonrisa forzada, la culpa que me carcomía en ese momento era insoportable.

Hablar tanto de Zeus parecía haber acelerado mi corazón a un nivel vibrante.

Llegué a mi habitación y entre cerrando la puerta de golpe.

Respire hondo y me relajé un poco antes de girarme y ver a Zeus sentado en mi cama.

Parpadeé y miré alrededor de toda mi habitación.

—¿Papá? ¿Qué... que haces aquí?— pregunté en un susurro.

—¿Por qué es tan difícil resistirme a ti?—

Quedé sorprendida por tu pregunta y no supe qué responder en realidad no entendí.

¿Qué?—

Se levantó y caminó hacia mí lentamente, acorralándome contra la pared.

—Estás muy hermosa hoy—susurró en mi oído y sentí su cálido aliento mentolado contra mi piel. Haciendome perder el control.

Y aquí va mi némesis una vez más.

Puse mis manos contra su pecho y lentamente hice mi mejor esfuerzo para alejarlo de mí con una leve sonrisa.

—Si, ¿Pero si eres consciente de qué mamá y Pablo están a tan solo unos metros de nosotros, en el piso de abajo?—

—Lo sé. Pero ya eso no me importa—dijo y envolvió sus brazos alrededor de mí, acercándome más a él.

—¿Qué estás a...?—

Me callo besándome lenta y seductoramente.

—Zeus—

Susurré entre sus besos, cegada por el deseo.

Jadeé cuando presionó y apretó mi trasero entrelazando su lengua contra la mía.

¿No tiene conciencia de lo que estamos haciendo?

Intenté separarme de él, pero me sostuvo con fuerza y besó mi cuello.

Arqueé mi espalda y gemía al sentir mis pezones erectos rozar con fuerza contra su enorme y sólido pecho.

—Joder—

Murmuró y me giro, agarrando mis pechos y masajeándolos enteramente.

Gemí suavemente y frote su hombría con mi trasero.

—¿¡Zeus!?— Llamó mamá desde afuera de la habitación y él inmediatamente se apartó de mí.

»¡Mierda!«

—Ve a la cama. Y fije que estamos hablando—susurro y lo hice de inmediato, completamente asustada con la idea de ser descubierta en esto.

El camino hacia mi mesa de estudio, lejos de mi cama donde yo estaba sentada.

—Estoy en la habitación de Sámara— respondió con voz fuerte.

La puerta se abrió ligeramente revelando su rostro.

Sonreí.

—Hola mamá. Solo estamos llevándonos bien—

»Si claro, llevándonos bien sexualmente«

Tragué saliva.

Zeus fingió revisar mis libros de la escuela. —Es muy buena, debo admitirlo—

Me tensé ante su comentario, pero, me fijé en mamá quién nos sonreía y venía en mi dirección para tomar asiento a mi lado.

—Me alegra que se estén llevando bien— dijo apartando mi cabello detrás de mi oreja.

Este gesto de cariño me hizo sentir terriblemente mal.

—Ella es difícil de abrirse, pero no te preocupes cariño. Ya he hecho que se abra conmigo— dice mirándome con una sonrisa.

»¿Qué? ¿En serio acaba de decir eso?«

Me sonrojé por su intensa mirada, y por lo molesto que era lo cierto de lo que acaba de decir.

»El realmente me abrió«

Bajé la cabeza por la culpa.

—Estaba por irme ¿Vamos?—

—Si, claro—dijo mamá sonriendo y se fue con su esposo.

Inmediatamente, me levanté y fui directo a la puerta para cerrarla.

—No puede ser, no puede ser, necesito detener esto ya!!—

Zeus parecía tan implacable y maldita sea... me resultaba tan difícil superar el poder de la lujuria que me dominaba cada vez que me seducía así.

Todo lo que podía pensar era que me cogiera.

Caminé de regreso a mi cama y me dejé caer contra ella viéndome la cara con la almohada.

—¡Noooooooooo!— grité

Esto no es justo para mamá en absoluto.

Ya lo he dejado tenerme una vez, pero no puedo hacerlo de nuevo aunque me muera de ganas.

Sinceramente no podemos.

Mi teléfono sono con un mensaje de texto.

—Soy Zeus. Eso estuvo muy cerca. Lo siento mucho por eso, creo que debemos terminar con todo esto—

No pude evitar reírme y preguntarme cómo consiguió mi número yo no se lo he dado.

Pero obviamente esa pregunta es tan fácil pudo haberse hablado mamá como Pablo.

Lo agregué a mis contactos para irme a responder el mensaje.

—Disculpa aceptada. Realmente tenemos que parar—

Tire mi teléfono en la cama y dejé salir el aire, necesitaba pensar en otra...