Katsuki es un chico que se enamoró de su mejor amigo de la infancia Izuku, para no expresar sus sentimientos hacia las personas decidió escribir en un diario íntimo. Este libro es aquel diario el cual Katsuki escribía todos sus pensamientos y sentimientos a lo largo de los días.
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Lo acepto.
"No lo soporté, lo siento...No planeaba decir nada por ahora ¡¿Péro cómo se te ocurre dejar que él imbecil del mitad y mitad te abraze de esa manera?! Definitivamente no dejaré que ese idiota se gane tu corazón."
El miedo me carcome. Es un gusano que roe mi interior, un veneno que se extiende por mis venas. He pasado semanas, meses, quizás años, diciéndome que no debo hacerlo, que es una locura, una estupidez, una debilidad. Que soy Katsuki Bakugo, el héroe número uno, y no me corresponde sentir este tipo de… vulnerabilidad. Esto es una locura.
Pero la verdad es implacable. Es un puñetazo en el estómago, una patada en las costillas, un golpe que me deja sin aliento. La verdad es que estoy enamorado de Izuku Midoriya. No es un capricho, no es una fase, no es una debilidad. Es algo profundo, algo que me define, algo que me completa.
Y el silencio es una prisión. Una prisión autoimpuesta, construida con mis propios miedos e inseguridades. Cada día que pasa sin que le diga lo que siento es un día más de sufrimiento, un día más de agonía. Es como llevar una roca gigante atada a mi espalda, una carga que me aplasta, que me impide respirar, que me impide vivir plenamente.
He intentado analizarlo, desentrañarlo, entenderlo. He buscado explicaciones lógicas, razones racionales. He intentado convencerme de que es solo una amistad profunda, un vínculo especial. Pero mis sentimientos son demasiado intensos, demasiado abrumadores, demasiado… reales.
Me imagino diciéndoselo. Las palabras se atascan en mi garganta, se convierten en un nudo que me impide hablar. Veo su cara, su expresión, su reacción… Y el miedo me paraliza. El miedo al rechazo, al dolor, a la pérdida. El miedo a arruinar nuestra amistad, a destruir algo tan precioso.
Pero el miedo al silencio es aún mayor. Es un miedo que me corroe, que me consume, que me hace sentir pequeño, insignificante, débil. Es un miedo que me impide ser yo mismo, que me impide ser honesto, que me impide vivir.
He pensado en todas las posibilidades. En el mejor de los casos, me corresponde. En el peor… me rechaza. Y la idea de ese rechazo, de esa pérdida, es tan abrumadora que me hace querer huir, desaparecer, esconderme.
Pero no puedo huir. No puedo esconderme. Tengo que enfrentar mis miedos, tengo que ser valiente, tengo que ser honesto. Porque la verdad, por más dolorosa que sea, es mejor que la mentira. Y el silencio es una mentira. Una mentira que me está destruyendo.
Necesito un plan. No un plan perfecto, no un plan infalible. Solo un plan. Un plan para decirle a Izuku lo que siento, para liberarme de esta prisión autoimpuesta, para vivir finalmente sin este peso en el pecho. Un plan que me permita ser honesto, ser valiente, ser… yo mismo.
Necesito hacerlo pronto. Muy pronto. Antes de que este miedo me consuma por completo. Antes de que sea demasiado tarde. Porque si hay algo que he aprendido en mi vida, es que la vida es demasiado corta para vivir con arrepentimientos. Y el mayor arrepentimiento que podría tener es no decirle a Izuku lo mucho que lo amo.
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