La Loba Y El Dragón

Los días fueron pasando sin ningún contratiempo más, Nizza se quedó dos días en la habitación de mi madre y yo me fui a hacer un par de misiones qué padre me pidió. Estaba volviendo de una cuando me cito en su despacho.

Padre ¿me buscabas?- dije luego de golpear la puerta.

Siéntate Natacha ¿vodka?- negué con la cabeza, si bien era mayor de edad, mi padre era consciente de que no me gustaba el alcohol y me convidaba solamente por cortesía - tu hermano la cago, hija, realmente la cago. Los del atentado fueron los hijos de Romanof, los hermanos de la chica a la que Diego embarazo y obviamente no quiere hacerse cargo. Para una tregua, el jefe me ofreció que él se casara con su hija y restaure el honor de la muchacha, pero mi querido hijo aparte de no querer saber nada con el matrimonio, se escondió demasiado bien y el que lo vigilaba lo perdió de vista- digo frustrado mientras se sentaba en su sillón.

¿qué quieres que haga padre?- sabía lo que se venía, yo iba a pagar por la idiotez de mi querido hermano.

Voy a seguir buscando a tu hermano, pero si para dentro de tres meses no consigo dar con él, los Romanof exigen que te cases con el hijo mayor- mis ojos se abrieron y seguro se iban a salir de sus cuencas.

Padre, tiene 30 años y dicen las malas lenguas que es un sádico, por favor no puedes hablar en serio- suplicar no servía y bien que lo sabía, pero no era justo que tuviese que pagar yo.

Lo sé princesa, créeme que lo sé, pero al igual que nos amoldamos a ellos, ellos deberán acostumbrarse a nuestras reglas. El joven sabe que la infidelidad y el maltrato hacia ti está prohibido y penado con la muerte, al igual que la unión de las dos familias te deja a ti como jefa- me dijo intentando buscar lo positivo de todo esto.

Espero que lo encuentres y me evites esto, pero padre quiero que quede algo en claro, en caso de que tenga que casarme con él, buscaré a mi hermano y le daré una muerte lenta y dolorosa- podía sentir como cada músculo de mi cuerpo se tensaba, mi sangre se calentaba y seguramente me iba a quebrar un dedo si seguía apretando mis manos de la forma que lo estaba haciendo.

Si te tienes que casar para salvar a esta familia, te doy mi palabra que puedes hacer con Diego lo que tú desees- me dijo fríamente. Aunque siendo sinceros lo haría de todas formas, por más que mi madre o mi padre se interpusieran.

Salí del despacho con la cabeza en alta, pero mil pensamientos asesinos en ella. Nizza me esperaba aún despierta en nuestra habitación, algo que tenía esta pequeña es que cada vez que salía por un trabajo, ella debía asegurarse que yo volvía con vida y esta vez no fue diferente, en cuanto pase el umbral de la puerta, se bajó corriendo de su cama para abrazarme.

¿Estás bien? ¿Tienes alguna herida? Te voy a preparar el baño, quiero limpiarte ese pelo sucio- no le dije nada, solamente asentí.

Mientras ella se dirigía a nuestro baño para llenar la bañera, fui a mi armario a buscarme ropa de dormir. Me dolía todo el cuerpo y dejarme mimar por mi pequeña hermana era lo mejor que podía hacer, aunque seguramente ella terminaría durmiendo conmigo como siempre.

¿qué quería papa?- me dijo saliendo del baño.

Cosas del trabajo ¿cómo está madre?- pregunte mientras me sacaba la ropa, para quedarme solamente en ropa interior. Ya después me lavaría bien, pero mi hermana no podía verme desnuda.

está alterada, hoy vino alguien y escuche que le decía de todo de nuestro hermano y luego hablaban de ti ¿no me vas a decir que ocurre?- me pregunto cruzándose de brazos, esta pendeja era más inteligente que cualquiera en esta casa.

Si Diego no se hace cargo de casarse con la chica embarazada, entonces en tres meses me casaré yo con Vladímir- dije con una mueca de asco en mi rostro.

¿Es broma? ¿Porque pagas tú por él? Lo amo te juro que amo a mi hermano, pero dejar este lío a nuestra familia- ella temblaba no sé si de miedo o bronca, pero me acerque y la abracé.

Luego de un rato nos fuimos al baño, ella colocó una sillita detrás de mí para poder limpiar mi cabello que estaba manchado de sangre. Sus pequeñas manos masajeaban mi cabeza mientras removía con agua el shampoo.

Te estás durmiendo- me dijo medio enojada.

Tus mimos son reconfortantes, hermanita, me gustaría trabajar todos los días con tal de que me trates así- dije con burla.

Eres una tonta, pero te amo- me dijo dándome un beso en la mejilla.

Yo también te amo mucho mi princesa- le moje un poco la cara cuando la acaricie.

Nos quedamos un rato más así en silencio, disfrutando de los momentos de hermanas que pocas veces podíamos tener.

Gracias por cuidarme y protegerme los otros días- me sorprendieron sus palabras, pero me giré para quedar frente a frente con ella.

Con mi vida te cuidaré siempre Nizza- la seriedad de mis ojos la hizo lagrimear, ahora entendía que ella no estaba lista para cubrir el lugar de Loba.

Termina de bañarte, te espero afuera- me dijo saliendo del baño.

Cuando cerró la puerta, vacíe la bañera y abrí la ducha para poder terminar de bañarme sin la ropa. Me sequé lo más rápido que me dieron mis manos y salí con una toalla en mi cabeza para evitar que el agua de mi pelo mojara mi pijama.

nizza estaba sobre mi cama con el secador de pelo lista para seguir mimándome. me senté con ella atrás mío y dejé que trabajará tranquila, no volvimos a hablar en lo que quedaba de la noche. Ella guardó todo y se acostó a mi lado. La abracé como cuando era más pequeña y bese su frente. Nos dormimos enseguida y esperaba que al menos las pesadillas qué vivió las noches anteriores hoy no se hicieran presentes.