Cadenas De Oro

Tras la intensa conexión que sintió con Isabella en la gala, Alejandro no podía dejar de pensar en ella. La idea de que ella también buscaba liberarse de las garras de Eduardo lo impulsaba a actuar. Sabía que no podía quedarse al margen; era hora de convertir esa chispa en una alianza estratégica.

Alejandro comenzó a investigar más sobre la situación de Isabella y su vida con Eduardo. Descubrió detalles inquietantes sobre el matrimonio, desde las manipulaciones emocionales hasta las amenazas veladas. Cada nueva información fortalecía su determinación de intervenir, no solo por justicia, sino por el deseo de proteger a la mujer que había comenzado a ocupar un lugar especial en su corazón.

Finalmente, decidió que era hora de hablar con Isabella de nuevo. La invitó a un café en un lugar discreto, lejos de las miradas curiosas de su entorno. Quería crear un espacio seguro donde ella pudiera abrirse sin temor a represalias. Cuando se encontraron, la química entre ellos era innegable. Isabella parecía más relajada, y Alejandro se sintió aliviado al ver que su presencia le brindaba un poco de paz.

—Quiero ayudarte, Isabella —dijo Alejandro, mirándola a los ojos—. He visto lo que tu esposo es capaz de hacer y no puedo quedarme de brazos cruzados.

Isabella lo miró, sorprendida, pero en su expresión había una mezcla de esperanza y escepticismo. —¿Por qué querrías hacerlo? ¿Qué ganas tú con esto?

—No se trata de ganar nada —respondió él con sinceridad—. Se trata de hacer lo correcto. Y lo correcto es que tú mereces ser libre, sin miedo ni manipulaciones.

El ambiente se volvió denso, y ella asintió lentamente. Era un paso arriesgado, pero también necesario. La vulnerabilidad de Isabella resonaba en Alejandro; él estaba dispuesto a enfrentarse a Eduardo, a desmantelar su mundo de mentiras.

La conversación se tornó más profunda y personal. Isabella compartió sus temores y las razones por las que había soportado tanto tiempo la situación. Alejandro escuchó atentamente, reconociendo en sus palabras las cicatrices de una lucha interna que también había conocido. Esa conexión emocional se volvía más fuerte con cada palabra.

Finalmente, llegaron a un acuerdo: trabajar juntos para enfrentar a Eduardo. Era un riesgo, pero ambos estaban dispuestos a arriesgarlo todo. Alejandro prometió ser su protector y aliado, mientras que Isabella se comprometió a abrirse y compartir todo lo que sabía sobre su esposo y su familia.

Mientras se despidieron, Alejandro sintió una mezcla de emoción y determinación. Sabía que este era el inicio de una batalla, pero también el comienzo de algo nuevo y valioso en su vida. La lucha por la libertad de Isabella se convertiría en su propia lucha, y estaba decidido a no dejar que nada los detuviera.

Gracias a todos por esta oportunidad que le están dando Ami libro es muy gratificante saber que si puedo llegar a ustedes en esta nueva aventura que inicio ya que siempre fui lector y me aterraba que no fuera capaz de escribir algo que captará su atención gracias