*Amor sin edad * es una novela romántica con toques de comedia, que narra la historia de Juliana, una joven soñadora que se enamora de Francisco, el mejor amigo de su padre. A través de situaciones cómicas y agridulces, Juliana enfrenta la realidad de un amor aparentemente imposible, marcado por la diferencia de edad. Francisco, un hombre encantador y seguro de sí mismo, se ve atrapado en un dilema emocional cuando empieza a notar los sentimientos de Juliana.
La historia también introduce a Nicolás, un amigo cercano de Juliana, quien confiesa su amor por ella, creando un triángulo amoroso lleno de humor, malentendidos y momentos tiernos. A lo largo de la novela, los personajes reflexionan sobre el amor, el destino y las decisiones que nos llevan a encontrar la felicidad, todo envuelto en un tono ligero y entretenido.
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Capítulo 7: El Regreso de Francisco
El verano se desvanecía en el horizonte y las primeras señales del otoño comenzaban a aparecer en la ciudad de Ravenwood. Las hojas empezaban a dorarse y la brisa se volvía más fresca, marcando un cambio de estación y, con él, un cambio inesperado en la vida de Juliana.
**El Regreso de Francisco**
Francisco regresó a Ravenwood después de una larga ausencia por motivos de trabajo. Había estado viajando por el mundo en busca de oportunidades de negocio y renovando contratos importantes para su empresa. Sin embargo, su vuelta a la ciudad trajo consigo un cambio significativo en sus sentimientos hacia Juliana, que ahora se encontraba en una etapa diferente de su vida.
Juliana estaba disfrutando de una tarde tranquila en el café de la esquina, revisando las últimas fotografías que había tomado con Nicolás. Había comenzado a ver la vida desde una nueva perspectiva, y su confianza había crecido considerablemente. Cuando Francisco entró al café, su presencia fue como un relámpago en un cielo despejado. La conversación que mantenía con Nicolás se interrumpió abruptamente.
—¿Juliana? —dijo Francisco, sorprendido al verla en el café—. ¡Qué sorpresa encontrarte aquí!
Juliana levantó la vista de su café y sonrió, intentando ocultar su sorpresa al verlo.
—¡Francisco! —exclamó—. No te esperaba por aquí. ¿Cómo has estado?
**El Cambio Notado**
Francisco se sentó en la mesa con ellos, su expresión de asombro mezclada con una nueva apreciación por la mujer que tenía delante. Juliana ya no era la adolescente que recordaba; había madurado y su confianza era evidente. Su forma de hablar, sus gestos y su presencia irradiaban una seguridad que Francisco no había visto antes.
A medida que la conversación avanzaba, Francisco comenzó a notar lo mucho que Juliana había cambiado. Su habilidad para manejar una conversación, su encanto natural y la forma en que Nicolás la miraba con admiración hicieron que Francisco se sintiera incómodo de una manera inesperada. Sin saberlo, comenzó a sentir una punzada de celos que no podía explicar.
**Situaciones Confusas**
En los días que siguieron, Francisco se encontró a sí mismo pensando en Juliana más de lo que le parecía normal. Lo que había comenzado como una admiración inocente se estaba convirtiendo en algo más complejo. El simple hecho de verla reír con Nicolás le hizo cuestionar sus propios sentimientos.
Una tarde, mientras estaba en una galería de arte local, Francisco se encontró a sí mismo distraído. Intentaba concentrarse en una importante reunión de trabajo, pero su mente no podía dejar de volver a la imagen de Juliana. Decidió llamarla para saber cómo estaba, pero se encontró tartamudeando en el teléfono.
—Hola, Juliana —dijo, tratando de sonar casual—. ¿Qué tal va todo?
Juliana, que estaba ocupada organizando una nueva exposición en el café, le respondió con entusiasmo.
—¡Hola, Francisco! Todo va bien, gracias. Estoy trabajando en algo emocionante en el café. ¿Te gustaría venir a verlo?
Francisco, sin poder evitarlo, aceptó la invitación. Al llegar al café, se encontró con una escena de risas y camaradería entre Juliana y Nicolás. Juliana lo recibió con una cálida sonrisa y una gran dosis de energía positiva. Francisco trató de ser amable y sociable, pero no pudo evitar sentirse como un espectador fuera de lugar.
**Malentendidos y Momentos Cómicos**
El día siguiente, Francisco se encontraba en la galería de arte de Ravenwood, tratando de resolver una confusión con un cliente. Mientras discutían los detalles de una pieza, Francisco se dio cuenta de que estaba hablando sin prestar atención, distraído por pensamientos sobre Juliana.
—Francisco, ¿estás bien? —preguntó el cliente, notando su falta de enfoque.
—Sí, sí, solo… —murmuró Francisco—. Solo necesito un momento para… pensar.
La situación se volvió aún más cómica cuando Francisco, en su distracción, accidentalmente volcó un vaso de agua sobre una obra de arte. El cliente miró la escena con sorpresa y Francisco, abrumado por la vergüenza, intentó secar el daño con servilletas mientras murmullaba excusas.
**Una Conversación Reveladora**
Un día, Francisco decidió que necesitaba hablar con alguien sobre lo que estaba sintiendo. Se reunió con un viejo amigo, Pedro, para discutir su creciente confusión. En un café cercano, Francisco se desahogó mientras Pedro lo escuchaba atentamente.
—Pedro, no sé qué está pasando. He estado pensando en Juliana más de lo que debería —confesó Francisco—. Y ahora, cada vez que la veo con Nicolás, me siento… extraño.
Pedro lo miró con una expresión de comprensión y diversión.
—Francisco, puede que te estés dando cuenta de algo que llevas tiempo ignorando. A veces, las personas cambian y nuestras percepciones también. Quizás estás viendo a Juliana de una manera diferente porque ella ha cambiado. Y tal vez, solo tal vez, tú también estás cambiando.
**Un Intento de Enfoque**
Consciente de que necesitaba aclarar sus sentimientos, Francisco decidió actuar de manera más decidida. Programó una cita con Juliana en el café donde se habían encontrado por primera vez. Quería hablar con ella de manera sincera y ver si sus sentimientos eran correspondidos.
Cuando Juliana llegó al café, Francisco ya estaba esperando en una mesa. La saludó con una sonrisa nerviosa y le pidió que se sentara.
—Juliana, quería hablar contigo —comenzó Francisco—. En estos días, he estado pensando mucho en ti y en cómo has cambiado. Quiero saber qué piensas sobre nuestra relación y sobre nosotros.
Juliana, sorprendida por la seriedad de la conversación, lo miró con curiosidad.
—Francisco, ¿qué quieres decir con eso? —preguntó.
Francisco respiró hondo, intentando articular sus pensamientos de manera clara.
—Lo que quiero decir es que, en los últimos tiempos, he notado que mis sentimientos hacia ti han cambiado. No estoy seguro de qué significa todo esto, pero quiero ser honesto contigo.
Juliana se quedó en silencio por un momento, procesando sus palabras. Finalmente, con una sonrisa cálida, respondió.
—Francisco, aprecio tu honestidad. Yo también he notado que algo ha cambiado. No estoy segura de a dónde nos llevará esto, pero creo que deberíamos hablar más sobre ello y ver qué pasa.
**Conclusión del Capítulo**
El capítulo concluye con Francisco y Juliana dispuestos a explorar sus sentimientos de manera más abierta y sincera. A medida que la conversación avanza, ambos se dan cuenta de que han crecido y cambiado de maneras que no esperaban. Mientras se preparan para enfrentar sus emociones, la conexión entre ellos se fortalece, y el capítulo termina con una nota de esperanza y la promesa de una nueva etapa en su relación.
Este capítulo marca un punto crucial en la evolución de la relación entre Francisco y Juliana, mostrando cómo el regreso de Francisco y el cambio en Juliana conducen a un proceso de autoexploración y reevaluación de sus sentimientos.
Cada autor tiene el derecho de contar la historia que desea, y la ausencia de contenido sexual no desmerece la obra. Es esencial respetar el trabajo ajeno, especialmente si una novela no se ajusta a los gustos personales. Criticar sin comprender la intención detrás de una obra suele provenir de quienes no han experimentado el reto de escribir. La literatura es un arte en todas sus formas, y cada historia tiene su lugar y propósito.