Fue tan fácil enamorarse como también haberlo dejado ir.
Milai Gensin volverá al pasado para evitar la muerte de la persona que amo, un amor no correspondido que le costó dejar.
Volviendo al pasado descubrirá lo que una vez olvido, regresando para ser feliz con el chico que regresó en el tiempo para hacerla feliz.
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Capítulo 6
"Una decisión de alejamiento duele pero será lo mejor"
—¡Despertaste! —agarro mi mano con entusiasmo, como si hubiera visto a alguien revivir.
—Gensin San, estoy contenta de que estés desperta— Keiko agarró mi otra mano con su brillante sonrisa, aún trabando algunas palabras.
Estaba confundida por lo sucedido, cuando abrí los ojos pude notar que estaba en la enfermería, en una de las camas, el brazo que agarraba Logan empezó a molestarme y eso era porque estaba con un suero... Espera un ¿suero?
—Harper la estás lastimando —soltó alejando el agarre de Logan de mi brazo.
— Milai ¿Quieres algo? Mantén tu mano en reposo, el suero aún no se acabó —sus ojos me miraron fijamente, mientras no evitaba sonrojarme.
Hiroshi fue así siempre de amable.
—Oye conozco más a Mila que tú —dijo Logan prepotente, apuntando con un dedo a Hiroshi.
—Eso no me interesa —su tono era neutral, mientras me daba una botella de agua— Toma, la Doctora dijo que tomes agua cuando despiertes.
Sólo asentí con la cabeza mientras el niño de Logan no dejaba pasar que Hiroshi lo haya ignorado, empezando una pelea donde Keiko solo se quedó callada, no podía decir nada, ella estaba entre la espada y la pared.
Lo último que recuerdo es haber caído, me fije minuciosamente en Keiko quien no tenía una cicatriz, eso me alegró, pero también recordé que Logan en ningún momento me defendió dejó en claro que yo no le gustaba y ahora está peleando con Hiroshi porque supuestamente él me conoce a la perfección...
—Te dije que te calmes, no estás en tu casa —su cara no cambió para nada, seguía siendo fría y neutral.
— ¡¿Quién eres tú para decir si me calmo o no?! —soltó un Logan enfurecido casi gritando.
Era lo menos que quería, no ven que estaba en reposo.
Se bien quien tiene que irse y aunque en un pasado me hubiera puesto de su lado ahora no será así, porque me lastimó, me sigue lastimando, lo mejor sería alejarme de él, no lo pensé pero si sigo a su lado será malo para los dos, ambos sufriremos.
¿Esto será lo mejor?
—Basta —interrumpí su pelea, que más parecía que sólo uno peleaba —Quiero que te vallas Logan —mire a Keiko — Sato podrías dejarme sola —le dedique una sonrisa amable para que no sienta mal.
Keiko no dijo nada, solo asintió y se fue.
— ¡¿Enserio?! — preguntó un Logan con el entrecejo fruncido. — Estás diciendo que lo prefieres a él — apuntó a Hiroshi — Antes que a mí.
¿Enserio? La que debería preguntarse eso soy yo, demonios ahora no aguanto nada, mi paciencia tiene un límite, tengo un propósito es verte feliz con Keiko pero qué más puedo hacer si cada vez que lo hago siento que me quedo vacía. Alejarse es lo mejor, y sé que un día entenderás.
—Logan vete —antes de que gruña lo mire enojada— Dije que te fueras, es serio, así que déjame sola.
Me dolió decirle que se fuera, Logan dio un puño a la pared que había en el lado izquierdo cerrando la puerta de un portazo, al verlo irse, enojado, las lagrimas salieron, y a este paso parecía más la llorona que quién sea.
" Nada era tan sencillo como lo imaginé".
—Descansa si quieres, yo también me voy —sus ojos no dejaron de observar cada detalle de mi rostro humedecido.
Había olvidado que Hiroshi seguía aquí, y en estas situaciones no quería estar sola, lo había estado mucho.
Recordé que una vez enfermé de la misma manera, mis padres no estaban, no podían dejar el trabajo por más que quisieran, estaba mal, pedí a Logan que se quedara conmigo pero él prefirió a Keiko que había quedado perdida en la calle.
La verdad era que no me gustaba quedarme sola, pero no podía decirles a mis padres quienes trabajaban por mí, así que el único que lo sabía era Logan. Ese día lloré hasta quedarme dormida, al día siguiente mis padres se disculparon pero no les recriminé que no eran necesarias las disculpas porque ellos no tenían la culpa.
—No me dejes sola —solté sin pensarlo, para después darme cuenta de lo que había dicho. —Ah no, veras puedes irte no es necesario que te quedes... —evitó su mirada.
Estaba apenada, ¿qué cosas dice esta boca?
Hiroshi, no dijo nada, lo supuse quien se quedaría solo porque quiero.
— Milai tiene un poco de espacio — se acomodó a mi lado — Estaremos apretados pero no me molesta y ¿a ti? — sonrió de manera dulce.
La cama estaba algo estrecha, claro que era una cama para una sola persona que esperaba. Pero me sorprendió, tenerlo cerca hizo que me ponga nerviosa y a la vez tranquila. Los dos miramos el techo, respondí cuando él tomó mi mano.
—No me molesta para nada.
—Si tienes sueño solo descansa.
—Pero tus clases— estaba cerrando mis ojos, por el sueño. — Faltarás a clases — dije cerrando por completo mis ojos, sin escuchar su respuesta.
..............
Al despertar estaba en una posición incómoda, la fragancia de su perfume me invadió y era un delicioso aroma, estaba abrazada a Hiroshi quien se durmió junto conmigo.
No sé si la doctora nos vio así, pero cuando tenía que separarme me moví con cuidado, librándome del agarre en mi cintura. Pero parecía de piedra, no me dejó ir.
Después de un minuto lo logré, pero su agarre en mi brazo hizo que me estremeciera.
—Me dices que me contigo y ahora quieres abandonarme — reforzó su agarre y sus ojos no cambiaron para nada.
—No, yo solo— intenté buscar alguna escusa que no suene patética. Porque no le diría que me quise fugar porque estábamos demasiado cerca.
—No te duele el brazo— acarició mi brazo que estaba con el suero.
Suero que ya no estaba, Hiroshi me dijo que la Doctora entrara y al verme descansado solo me sacó el suero que se había terminado dejándome al cuidado de Hiroshi...
Estaba completamente sana, ya no había malestar y resfriado, parecía un asunto del pasado, bien vencí al maldito virus de la gripe, me felicité a mí misma con muchos elogios y fuegos artificiales en mi cabeza...
— Veo que no tienes nada que decir — me sacó de mis pensamientos elevando una de sus cejas.
—Lo siento, debe haber sido incómodo dormir a mi lado— me sentía mal por haber hecho que se quedara.
—Fue incómodo —su palabra clavó a mi alma como una fecha— Pero fue bastante agradable, tu aroma es relajante.
Lo último que dijo me sorprendió y por alguna razón la atmósfera había cambiado a un color rosa con corazones brillando, muy cursi, lo eché como si fuera polvo...
—Hay que volver a clases— quise salir de la situación en la que me encontraba.
Hiroshi no tardó en limpiar mis ojos cuidadosamente con un pañuelo, no era raro, y lloré antes de dormirme como una niña que acababa de perder su muñeca.
Tan fácil sería ir a comprar una muñeca entonces donde reparan los corazones rotos.
No tardo mucho en que Hiroshi me levante como una princesa, llevándome a mi casa espera a mi ¿casa? Estaba en shock así que las palabras no salían o más bien dicho mi cerebro tardó en procesarlo.
Los alumnos murmuraban cuando me vieron en los brazos de Hiroshi. Solo a mí se me ocurre salir en los brazos del chico popular. Estoy segura que no solo una chica si no muchas quieren comerme viva. Por favor no lo hagan, les aseguro que no tengo un buen sabor.
— Hiroshi esto... — quise intentar entender porque estaba en sus brazos cuando podía ponerme de pie como la gente normal lo hace.
— Mierda, debí traer el auto — chasqueó la legua, al ver una moto negra, con pegatinas de calavera demasiado hermosas.
Espera Hiroshi dijo una grosería, era tan sorprendente.
—No pensé que dijeras una grosería— me río de su cara que ahora no era para nada neutral ni fría, era una de molestia y frustración.
— Milai ¿cómo crees que soy? — me dedica una sonrisa picara.
— Veamos, un chico bien portado incapaz de hacer algo malo o decir una sola grosería como un príncipe o un caballero... — antes de que termine, Hiroshi me dejó caer un poco para después agarrarme otra vez.
Eso casi hace que me descalabre pero el causante solo se río de mí, no podía enojarme ese rostro era ilegal estaba maldito estoy segura.
— Milai no soy un caballero ni tampoco un príncipe, solo soy yo — tomó un taxi para ponerme en sus piernas en el asiento trasero...
No sé cómo supo mi dirección pero se lo había dicho al taxista y era el momento de pensar si estaba bien que sepa mi dirección o no estaba nada bien. Otra cosa es que no vea nada de malo en que me tenga en sus piernas habiendo asientos disponibles.
No porque los japoneses sean tímidos, me siento estafada.
Al llegar a casa en los brazos de Hiroshi lo cual ya parecía normal, mis padres abrieron la puerta de golpe lloriqueando al saber que estaba de regreso... Lo más raro es que no dijeron nada del porque me encontraba en los brazos de alguien que no conocían.
En ese momento supe que mis padres llamaron a mi teléfono celular que por casualidad contestó Hiroshi así robándose a mi madre quien ahora está tan complacida con él que olvidó que la que estaba al borde de la muerte era su hija.
—Y dime Hiroshi Sato ¿te gustan los pasteles de crema? —preguntó mi madre esperando ansiosa su respuesta.
—La verdad es que los dulces no se me dan bien— respondió un Hiroshi un poco intimidado por la mirada asesina de mi padre.
Mi padre lo miraba como Ned mira a Laird en la película "¿Tenía que ser él?".
— Igual que a mi hija — soltó mi madre emocionada — Ella finge que le gusta el dulce pero sabemos que no es así — terminó con su actuación lamentable.
En serio, cuando mi madre dejara de ser una bocaza, no puedo creer que le haya dicho eso a Hiroshi.
—No me sorprende —me dedico una mirada de lo que sé todo.
No pude ser, tan fácil era de leer, bueno se lo había dicho antes, acabo de recordarlo...
Nota mental: acuérdate de las cosas que decís Milai.
—Y bien jovencito ¿sus padres a qué se dedican? —preguntó mi padre quien parecía que estaba apunto de sacar su arma.
—Bueno señor Gensin mi padre es dueño de un negocio familiar y mi madre es una escultora de arte espontáneo —responde con mucho cuidado al ser observado.
—Eso suena bastante bien, demasiado bien.
Estoy segura de que a mi padre se le daba bien el puesto del "Padrino".
La charla terminó con una invitación a cenar por parte de mi madre a quien Hiroshi no rechazó, en la cena parecía que mi padre no diría nada pero poco después comenzó a reírse junto a quien estaba a punto de matar, invitándole a la casa el día que él quiera ir. Como diablos se ganó a mi padre.
Había momentos en donde me encontraba con su mirada que hacía que me estremeciera, al cual él sonreía, y estaba en un lío mi cabeza si maldecirlo o arriesgarme que me de un paro cardíaco cada vez que él sonreía.
Algunos tenían esa sonrisa que brillaba más que el sol. Constantemente dije.
"¡Hay mis ojos!"
—Fue un placer haber probado su deliciosa comida, señora Gensin —beso la mano de mi madre como todo un señorito —Señor fue agradable charlar con usted —le tiende la mano con todo respeto.
Por un momento pensé que besaría la mano de mi padre. ¿Donde quedó el saludo japonés?
—Lo acompaño a la puerta— anuncié al verlos perdidos por la visita.
No podía creer que en un día se ganara a mis padres y de paso se porte como todo un príncipe salido de los cuentos de hadas, pero ya me demostró que no es ningún príncipe azul, Hiroshi sólo es Hiroshi.
— Milai, tus padres son encantadores — rompió el silencio que había entre nosotros.
—Más bien dicho, habladores, lo siento por eso —me disculpe porque no paraban de hacerle preguntas a Hiroshi.
—No hay problema, a mí me gusta. Cenar así con tu familia debe ser divertido.
No sabía que decir, estaba claro que su familia no era igual a la mía.
—Bien nos vemos mañana Milai —besó mi frente al momento de despedirme.
Al estar a unos pasos de mi casa, me apresure a correr donde él, tomando una de sus manos "Puedes venir cuando quieras" termine diciendo a un Hiroshi que me abrazó fuertemente dejándome sin aire "Enserio que voy a hacer contigo, Milai" fueron sus últimas palabras antes de hacerme regresar a mi casa supuestamente porque estaba haciendo frío.
A mí no me engañas. Hiroshi estaba avergonzado, sus orejas rojas lo delataron.
No fue un mal día y eso fue gracias a él. Aún se siente caliente el beso que me dio, por Dios que mono. Esto no está yendo como lo planeé.
Muchas gracias 😘 🙂 😊
Gracias 🙂
sin la h no existe la palabra.
Que bien que haya dado un paso a un lado y con esa simple acción estaría dando un paso seguro a su felicidad 😊.
A veces nos obsesionamos y nos olvidamos de esos pequeños detalles que ahora recuerda...
Buena historia 👍