Prestando Mis Alas

Alana:

Aparqué frente al edificio alto donde me marcaba la ubicación, alcé una ceja algo intrigada, ¿Cómo pudo contratar a este tipo de abogados Román? Ahora entendía por que le faltaban 2500 euros por saldar, si deben cobrar un buen trabajo. Sostuve mi bolso, con todos los documentos que me habían pedido en la hoja, los revisé bajando del auto. Cerré la puerta tratando de visualizar el auto de Javier, pero aun no llegaba, miré mi móvil la multitud de llamadas de mi jefe de la clínica, tendría que ponerme en contacto con él cuanto antes, sé que no di aviso, pero esperaba que pudiera comprender la situación. Caminé hacia la entrada levanté la mirada cubriendo mis ojos por el sol que alumbraba demasiado. Esto si era super lujoso este lugar, no podía imaginarlo.

Subí los escalones viendo a oficiales, sonreí un poco pero no de felicidad, se me hacía tan raro que un despacho de abogados tuviera oficiales en vez de seguridad. Se interpuso en mi camino.

Oficial: ¿tiene cita?

Alana: Buen día si. Es la lectura del testamento de mi esposo… fallecido.

Hasta parece que se sorprendió, claro al edad tenía mucho que ver, de seguro pensarían que soy de esas mujeres que tuvo que asesinar al marido viejito hecho pasita para quedarse con su herencia. Empujó la puerta cediendo el paso, entreabrí mis labios al ver el lugar tan pulcro de limpio, todo de blanco y duelas por piso. Los que trabajaban aquí se veían tan elegantes, muchos pasaban con trajes, mujeres con tacones que hacían sonar a su paso, esto si era mantener una vida, no me imagino cuanto ganaban, pero se veía que el prestigio en este lugar se veía hasta por la decoración. Caminé hacia la recepción, un grupo de cuatro mujeres entraba con sus portafolios, vaya… eran las Fiscales que tanto se hizo sonar su caso hace unos años, pasaron frente a mi teniendo un gesto amable con una sonrisa, las seguía con la mirada, claro… ahora ya recordaba este despacho de abogadas, respiré profundamente al menos Román pensó muy bien en hacer todo tipo de documentación legal aquí, era uno de los despachos más fuertes en todo el país, di otros pasos viendo al grupo de Fiscales que tuvieron un fuerte caso con cosas ilícitas. Ellos eran 5, bajé la mirada caminando hacia un lado, estaba ese hombre que me encontré en el parque, ellos pasaron sin si quiera tomarse el tiempo de mirarme, cosa que agradecía… uno de ellos se acercó hacia la asistente.

Angel: Lisa… tenemos a los familiares para la lectura de los testamentos.

La chica negó con la cabeza, él abogado levantó su mano viendo su reloj, negando con la cabeza, esperé hasta que se apartara para llegar a recepción.

Alana: Hola, buen día, me citaron para la lectura del testamento de mi esposo.

Lisa: Buen día. ¿tiene su documentación?

Asentí con la cabeza dejando sobre el mostrador, la chica se puso de pie tomando la carpeta, empezó a revisar que todos los documentos estuvieran en orden, desde el acta de matrimonio civil, la constancia de matrimonio religiosa, nuestras actas de nacimiento, nuestros pasaportes y el acta de nacimiento de mi hijo Rimbo, todos los documentos que certificaran que soy la esposa en todas las leyes, hasta de ultimo tenía las actas de defunción. Las pasó hacia adelante. Levantó la mirada con una sonrisa amable, me hizo seña que la siguiera, asentí con la cabeza caminando detrás de ella, el pasillo era demasiado largo, esperaba no tener que recorrer todo este pasillo, habían unos ascensores, ella oprimió el botón, cuando un hombre muy elegante se acercó. Lo miré.

Lisa: Señor Moretti.

Hombre: Vine hablar con Bastian.

Lisa: Si claro, ya llegó. Por aquí señora.

Aparté la mirada de este hombre que se veía de muy, pero muy de malas, levantó la mirada entrando al ascensor que las puertas se habían abierto. La chica me sonrió siguiendo su paso de ella cuando abrió una puerta, pensé que subiríamos. Entré a una sala vacía. Una mesa larga entraba en medio. Me senté en el sillón de espera.

Lisa: Venga, usted debe ir al lado del Juez que dará lectura.

Me puse de pie sintiéndome toda tonta, me senté donde me indicó.

Alana: Tardará mucho.

Lisa: Es esperar a que terminen de llegar los notificados para estar presente.

Entrecerré mis ojos sin entender a la chica, realmente sus padres de Román ni viven en el país, ¿será que se les notificó? En sí no había nadie para esperar, la única que tendría que estar presente era yo. La puerta se abrió viendo a Kiara y Javier llegar. Me puse de pie llegando a ellos.

Javier: Creímos que no habías llegado.

Alana: Si quería ser puntual.

Kiara: Amiga.

Me dio un beso en ambas mejillas sosteniendo mi rostro, negó con la cabeza soltando mi rostro, acomodó mi cabello acariciando.

Kiara: Ayy amiga, mírate, después de esto espero que podamos salir un poco y respirar aire puro.

Alana: ¿sucede algo?

La chica dejaba los documentos encima de la mesa sin salir, por lo visto ya no se demorarían tanto por el Juez que daría lectura, así que solo era cuestión que llegara.

Kiara: ¿Por qué lo dices?

Alana: No sé, los noto raro.

Kiara: Javier y sus cosas.

Él no dijo nada más que se sentó frente del asiento que había tomado, ella se fue al lado de su esposo, los notaba algo distantes pero creo que es por todo lo que ha pasado, Javier quería mucho a Rimbo y a Román, siempre eran sus compañeros junto con su hijo Jeivi que era un amor su hijo.

Javier: ¿Cómo te sientes?

Alana: Necesito ir a informar a mi jefe, que lo más seguro es que en no avisar…

Kiara: Alana, como no avisas, es tu empleo, siempre debes tener la responsabilidad, así se caiga el mundo entero.

Javier: Kiara, deberías entender que no es fácil para Alana.

Kiara: Eres psicóloga, sabes pasar el duelo.

Javier y yo la miramos sin haber esperado esas palabras de ella, se suponía que debería entender que el duelo no solo se trata de llorar dos o tres días.

Alana: Amiga, es que…

La puerta se abrió. Los tres miramos hacia la entrada donde entraba el hombre que había preguntado y una hermosa rubia, los dos sonreían, no sé si eran pareja pero había demasiada complicidad entre ellos, no sabía mucho de la vida de estos Jueces, nunca era un tema a tratar.

Llegó a la punta de mesa donde los dos se sentaron en la cabecera, cada uno tomaba sus carpetas, los miraba tragando saliva, como bien dice cada quien a lo que le interesaba. El hombre levantó la mirada mirándonos fijamente a los tres.

Angel: Buen día, Soy el Juez Fiscal en derecho Civil, Angel Qiuber. Llevaré en lectura el testamento.

Elena: Soy la Jueza Fiscal en derecho testamentaria. Llevaré en lectura el testamento del señor Román Melnilov.

Ángel: Antes que nada quiero darle el sentido pésame señora.

El abogado miraba a Kiara, ella le sonrió coquetamente, cruzando las piernas, noté algo confuso al abogado, soy la esposa y no se dirigía a mi. Pasé de ello, estaba predispuesta, eso es lo que era. No había motivos para ponerme a explicar que la esposa era yo.

Elena: Los testigos presenciales para dar lectura son la Señora Alana Cavalli ammm…

Levantó la mirada hacia el Juez, él hizo seña que prosiguiera viendo que la Jueza se rascó un poco la cabeza, miró hacia Kiara pasando hacia mi.

Elena: La señora Alana Cavalli de Melnilov, La señora Kiara Popov.

Javier y yo nos miramos pasando hacia Kiara, ella solo miraba a los jueces.

Alana: Disculpe…

Angel: ¿Si? Vamos a dar lectura.

Alana: La señora Kiara Popov ha sido emplazada a estar presente en la lectura del testamento de mi esposo.

Angel: ¿su esposo?

Al juez levantó la mirada hacia Kiara que bajó la mirada acomodándose el vestido, Javier no apartaba la mirada de ella, no estaba entendiendo nada.

El juez y la jueza revisaban los documentos, daban una rápida lectura a los documentos que había presentado, habían dos carpetas, tanto que no se de que se trataba.

Angel: Si, la señora Kiara Popov tiene que estar presente en la lectura.

Alana: ¿Cómo por que?

Elena: Vamos a dar la lectura y entonces sabremos.

Miré a Kiara, me negó con la cabeza con una sonrisa, tragué saliva al no entender por que Kiara mi amiga tenía que estar presente en la lectura, en todo caso sería Javier quien tenía pequeños negocios con Román. A menos que hayan hecho alguno sin que lo supiera.

Ángel: El despacho Bonnet & Qiuber y Asociados, dará lectura al testamento Legal y Notariado del señor Román Melnilov. Por el poder que me concede el gobierno federal de ejercer la lectura de un testamento cuyo dueño se ha confirmado el deceso, queriendo cumplir su ultima voluntad después de muerto…

“Yo Román Melnilov, teniendo el poder mancomunado con mi esposa la señora Alana Cavalli de Menilov, por decisión voluntaria, en caso de fallecimiento:

… Otorgo en común acuerdo el 25% de la herencia adquirido durante nuestros 5 años de matrimonio a mi hijo Rimbo Cavalli Melnilov, así como el fideicomiso, promulgado por su madre Alana Cavalli.

… Otorgo en común acuerdo el 10% de las ganancias en negocios diversos al señor Javier Joslin y a la Señora Kiara Popov en caso de fallecer. La señora Kiara tendrá todas las facultades en seguir ejerciendo dichos negocios.

… En caso de fallecer, le entrego la custodio total de Rimbo Cavalli Melnilov a la señora Kiara Popov.

Entreabrí mis labios al ver a Kiara era quien tendría la custodia de mi hijo en caso de fallecer Román… ¿pero de que se trataba eso?

Presioné la mano del juez, me miró sin entender lo que él igual había leído.

Alana: ¿Qué dijo?

Elena: Esta establecido que la Patria Potestad y custodia se le tendría que dar a la Señora Kiara.

Javier no le apartaba la mirada de ella, tal parecía que ni ella sabía lo que estaba pasando. Negó con la cabeza sin entender al igual que yo, tendría que revisar muy bien ese testamento.

Ángel: Prosigamos…

… Al fallecer quiero que mi hijo Rimbo sea heredado hasta sus 18 años la parte que le corresponde de su herencia, así como a los 21 años se entregado el fideicomiso que estaría de albacea la señora Kiara Popov.

… Al fallecer, por común acuerdo, mis propiedades y la herencia se le entregará al 100% a la señora Kiara Popov, quien se hará cargo de mis hijos5, no habrá revoco de la decisión que hemos tomado mi esposa Alana Cavalli y yo Román Melnilov.

PAAAAAM!!!!!!

D i un fuerte golpe a la mesa que hasta los abogados se asustaron dando tremendo brinco, me puse de pie mirando hacia el abogado, quería que me explicara muy bien ese testamento.

Alana: ¿DE QUE DEMONIOS ME ESTÁ HABLANDO?

Kiara: Debe haber algún mal entendido.

Angel: Señora, no hay ningún mal entendido. Usted firmó para que se cumpla la voluntad del señor Román.

Alana: ELLA NO ES LA ESPOSA. SOY YO… ROMÁN NO TENÍA NI UN SOLO EURO EN EL BOLSILLO, TODO EL DINERO Y LAS PROPIEDAN HAN SIDO MÍAS…

Javier: No entiendo.

Ángel: ES LA VOLUNTAD DEL SEÑOR ROMÁN. USTED SEÑORA ALANA CAVALLI, FUE QUIEN CEDIÓ TODA SU HERENCIA A SU ESPOSO Y ÉL HIZO LO QUE ESTA EN TESTAMENTO NOTARIADO.

Alana: Jamás firmé nada…

Ángel: DOY POR TERMINADO LA LECTURA DEL TESTAMENTO.

Alana: ESO ES TODO… ME HAN DESPOJADO POR LO QUE LEY MIS PADRES ME DEJARON.

Angel: Contrate a un buen abogado, si es como usted dice.

El abogado sacó una tarjeta de su saco entregándomela, la rubia me miraba con asombro y con cierto desprecio a Kiara. Ellos tomaron sus cosas, se levantaron saliendo de la sala. Un oficial entró quedando dentro con nosotros.

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Alana

Javier

Kiara

Juez Angel Qiuber

Jueza Elena Blondon