Yura Pregonas es una mujer muy distinta a las que comúnmente se ven en la calle, ya que su piel, su pelo y sus ojos la hacen única entre tantas.
Con sus rasgos delicados, su altura y cuerpo dignos de una modelo, se siente de otro planeta, pero en el mal sentido de la palabra, ya que en su adolescencia todo eso la ha mantenido catalogada como la rara del local estudiantil, hasta que conoció a alguien casi tan exótico como ella, quien más tarde se convirtió en su mejor amigo y por el cual tuvo sentimientos silenciosos para no romper el vínculo de protección que ambos conllevaron con el otro. Sin embargo, no supo más de él luego de su graduación porque su familia se mudó.
Recientemente divorciada y escapando del poder de su exmarido, viajará en busca de una nueva vida.
¿Qué pasará con su mejor amigo cuando se reencuentren?
¿Será que, nuevamente, sus corazones estarán dispuestos a proteger al otro?
¿Su ex esposo le dejará el camino libre sin causar problemas?
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¿Tú, me quieres?
Yura aún no puede creer los papeles que tiene en sus manos, pero por primera vez quiere confiar en David, así que decidida por lo que él le ha dicho, se anima a llamar nuevamente a Aldana.
La mencionada atiende el teléfono y le pasa la dirección, prometiéndole que Aarón esperará por ella para leer los documentos, y aunque le causa un poco de miedo lo que podrá cuestionar sobre algunos puntos, responderá sinceramente, contando los detalles de su relación.
El auto de la albina está en su lugar, ubicado en el estacionamiento subterráneo, sube a él y coloca la dirección en el GPS porque no sabe cómo llegar, descubriendo que están bastante cerca para su sorpresa.
El camino es relativamente corto, tal vez de unos cinco minutos que alteran los nervios de la CEO, ya que sabe quien la espera dentro de esas paredes.
Su corazón late desenfrenadamente y traga el nudo de su garganta, pensando que es hora de cerrar un doloroso capítulo de su vida; uno cargado de infelicidad, poligamia, violencia y demás.
Al descender del vehículo, el viento golpea su cara, ondeando sus blanquecinos cabellos, que actúan rebeldemente por culpa del clima y el horario nocturno.
Camina lentamente hacia el hogar que actualmente está acogiendo a su mejor amigo y golpea la puerta, la cual es abierta, segundos más tarde, por Aldana.
La pelirroja la abraza como si no la hubiese visto en meses, siendo que estuvieron juntas hace un par de horas.
—Bienvenida a nuestro hogar temporal— ríe.
Pero justamente, esa frase es la que menos le gusta a Yura, ya que sabe que Aarón regresará a Francia. Aunque también tiene un punto a favor y ese es su nueva amiga, la comunicación que pueden tener y las visitas a ese país en las vacaciones.
— ¿Dónde está Aarón?— cuestiona la albina nerviosa.
— Iré a comunicarle que estás aquí. Después de hablar contigo, se metió en la ducha. – dice con un gesto inconforme, ya que sospecha que lo dicho o escuchado en aquella conversación, no lo dejó nada feliz.
Aldana desaparece y Yura se sienta en el sofá para esperarlo.
Mientras una de ellas está nerviosa y la otra camina hasta su habitación; el abogado seca su pelo con una toalla, pasándola fuertemente como si quisiera borrar las palabras de David.
‘’Él estará feliz de recibirte’’
Unos golpes en la puerta le hacen suspirar pesadamente y abre sabiendo que su hermana no se rendirá hasta saber qué pasa.
—Escuché que… — él quiso contar qué lo atormenta, pero ella lo interrumpe.
—Yura está en la sala y quiere hablar contigo— menciona con una sonrisita traviesa, haciendo que el pelirrojo se sorprenda, ya que no sabía de su visita.
Sus ojos cambiaron a un color más intenso recordando que será una tortura estar con ella a esta hora de la noche, solos, pero puede respirar en paz sabiendo que ella evitaría cualquier acercamiento.
Camina con tranquilidad hasta la sala y la observa unos segundos mientras ella está concentrada en leer los papeles que tiene en sus manos. Decide sentarse frente a ella en otro sofá y llama su atención.
—Supongo que no podías esperar a mañana.— ríe bromista haciendo que ella se sonroje.
—Perdóname, de verdad quiero terminar con esto— menciona tendiéndole el divorcio para salir de esa cuestión cuanto antes, aunque ciertamente los nervios están presentes en su cuerpo, porque sabe que Aarón tendrá intriga sobre la indemnización que quiere pagar David.
—Lo leeré y te aconsejaré, pero no puedo hacer más por ti— le recuerda— Soy abogado laboral, no familiar, por lo tanto, hay cosas en las que no podría ayudarte por más que quiera tomar tu caso y defenderte.
—Entiendo— asiente— Quiero saber si no hay nada sospechoso en el divorcio; un truco, un engaño, una forma de atarme a algo con él.
—Bien— responde confundido, pero como ella no está hablando claramente, no intentará ningún tipo de interrogatorio. Además, siente que no tiene ningún derecho a meterse en su vida privada después de tantos años separados.
Aarón lee atentamente cada párrafo y llega al que teme Yura, por lo que solamente cierra los ojos y suspira. Sin embargo, él no cuestiona nada creyendo que la indemnización es por los años de infidelidad.
—Ciertamente, te puedo asegurar que todo está bien –la tranquiliza— Me parece que puedes firmar sin problemas.— le devuelve los documentos.
Ella, ansiosa por su libertad, busca en su gran cartera una birome y está a punto de plasmar su nombre cuando la mano de Aarón la detiene, logrando llamar su atención y que sus ojos grises se conecten inmediatamente con los de él.
—Dije que veo todo en orden, pero es solo mi consejo— le vuelve a mencionar— Debes revisarlo con alguien de esa rama.
—Confío en ti— asegura ella haciendo que el corazón del pelirrojo vuelque de emoción al escucharla, pero de igual manera, debe pensar como un profesional.
— Tienes que mostrárselo a otro abogado –repite con ternura.
—Pero…— ella quiere renegar, aunque su lindo ‘’amigo’’ no aflojará sobre sus palabras.
—Hazme caso, tal vez ellos descubran algo que yo no pude— miente sabiendo que no hay nada escondido, pero ella debe ser aconsejada por alguien más antes de proceder con su firma y por consiguiente con el divorcio.
—Gracias— responde un poco decepcionada, cosa que él nota.
—Te ves triste por no firmar ahora— bromea —¿Tienes mucho apuro?— cuestiona queriendo descubrir el por qué.
— No te voy a mentir— suspira Yura, armándose de valor para decir una frase que iniciará con la verdad— Lo he deseado desde el primer día.
—Entonces, ¿por qué te casaste con él? – cuestiona Aarón confundido, ya que siempre creyó que ella era feliz con David, más que nada porque abandonó su amistad y se mostraba como una esposa enamorada a través de los medios de comunicación.
—Prácticamente, mis padres me vendieron— confiesa mirando al piso.
—¡¿QUÉ CARAJOS DICES?!— se levanta de su asiento totalmente conmocionado por lo que ha escuchado.
Ni siquiera sabe qué hacer o cómo actuar.
—Fue para salvar la empresa— responde ella con tristeza.
Ellos, simplemente, vendieron a su propia hija por un edificio, una marca, un renombre. Eran idiotas y desalmados, sin dudas.
Sin embargo, todavía no sale que ellos jamás la visitaron, ni llamaron. Yura Pregones dejó de existir para ellos luego de obtener el dinero.
Entonces, como una lamparita mágica, cae en cuenta de que quien la compró puede pagar con algunos golpes el haber arruinado su vida. La suya propia y la de Yura.
Tal vez tenían la oportunidad de ser novios, pero por culpa del Senador, eso no pudo ser. Aunque a decir verdad, también estaba su mudanza y eso lo desarma porque con o sin ese hombre, ellos no hubiesen estado juntos; aunque eso cree.
Yura lo mira con miedo de que se aleje; sin embargo, la realidad es que viven en diferentes países, así que eso es algo inevitable.
Aarón no pronuncia ni una palabra, pero siente que su corazón no estará tranquilo sin darle una lección al Senador, sin importarle el ir a prisión. Se dirige a la puerta principal con pasos apresurados, siendo seguido por Yura y detenido por su voz.
—¿A dónde vas?— cuestiona con lágrimas en los ojos.
Ella solamente siente que ha fallado toda su vida y esta vez parece que esa noticia, a su ex amigo lo ha alejado aún más. Piensa que la rechaza en toda extensión de la palabra.
El pelirrojo, al notar su tono tembloroso, voltea a mirarla y le duele lo que descubre, puesto que Yura tiene sus mejillas sonrojadas al igual que su nariz, solamente por controlar las lágrimas que amenazan con escapar de sus ojitos grises.
—Lo siento— pronuncia sacándolo de su trance, pero esas dos palabras consiguen que arrugue el ceño.
—¿Te disculpas por las acciones de un hombre ambicioso y de un idiota?— cuestiona tratando de sonar tierno, aunque su cuerpo quiere explotar en miles de sentimientos.— Yu…
La llama con tanto cariño que ella siente que se derrite, acumulando aún más sus lágrimas y justo en este momento recuerda las palabras de David, las cuales le aseguraban que Aarón la recibiría de brazos abiertos para amarse mutuamente y sanamente.
—¿Tú, me quieres?— indaga ella directamente.
Aarón de pronto siente que el aire de sus pulmones abandona su cuerpo, dejándolo en shock por la repentina pregunta, a la cual quiere responder que ‘’no’’ ya que él no la quiere. Simplemente, LA AMA DESDE ADOLESCENTES.
—¿Qué?— responde con voz apenas audible— Yura…— quiere volver a decir algo, pero la ve caminar hacia él con determinación y algo diferente en su mirada.
‘’¿Será posible qué esté soñando y no se haya dado cuenta?’’ ‘’¿Su amiga en realidad se está acercando como una depredadora?’’ "¿Por qué cambia de tema y esquiva una simple pregunta?" se cuestiona a sí mismo en su cabeza.
Yura y Aaron se enamoraron en su adolescencia y nunca se abrieron a contárselo, después de 9 años se reencuentran más maduros y cada uno con sus vivencias a cuestas, pero no se olvidan de lo que sintieron y que ahora cambió aceptando que el amor 💘 siempre estuvo allí 😉 entre la albinita y el rojito; ahora voy por la historia de Gonzalo y Aldana, gracias escritora la disfrute un montón
Imagínate que sea con el bombón 🤤 que chocaste 😉🙃🙈👍🏻
Y Yura, no se dio cuenta que el había trancado la llamada