Después de graduarse de la universidad, Michelle y Fernando se reencuentran... ella como trabajadora y él como su cliente... habían cambiado muchas cosas en él, pero ella seguía desconfiando de todo hombre y toda mujer que se le acercara... ¿Logrará Fernando recuperar el amor juvenil que una vez surgió entre ellos o tendrá que dejarla ir?
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CAP 7
Le esperaba señor Cortéz - le estrechó la mano Edwin sin recordar a Fernando - Tome asiento por favor
A Fernando no le asombraba mucho que no lo recordaran.. había cambiado tanto para esta fecha...
- ¿Desea beber algo? - le ofreció Edwin mientras ocupaba la silla detrás del escritorio
- Un café estaría bien, gracias por ofrecerlo
- ¡Claro! - entonces presionó el botón del intercomunicador - Señorita por favor, traiga dos cafés - le pidió a la secretaria y sin dejar de presionar el botón - ¿Lo bebé usted solo?
- Sí, lo más puro posible
- Bien, traiga dos cafés solos por favor - entonces apartó el dedo del botón del intercomunicador y cruzó sus dedos sobre el escritorio - Escuché hablar de su empresa, la han sabido manejar bien y supe que está bien encaminada, la construcción es un campo amplio al igual que los vienes raíces... Siempre necesitan de nuestros servicios.
- ¡Así es! De hecho estamos comprando un nuevo terreno para ampliar nuestras oficinas, queremos incursionar en áreas relacionadas
- ¡Me parece bien! - se reclinó al espaldar de su silla cuando escucho que la secretaria tocaba - ¡Adelante!
Entonces la secretaria entró portando una bandeja con dos tazas humeantes de café, luego de servirlas se retiró dando continuidad a la conversación interrupta.
- Yo también tengo un proyecto para llevar a cabo... - dio un sorbo al oscuro y amargo líquido - quiero construir otra serie de condominios familiares, cada vez son más las demandas de rentas...¡Incluso más que las compras de viviendas! Estoy buscando una empresa constructora confiable para que se haga cargo de ese proyecto.
- ¿Y a pensado en la nuestra? ¿Esa es la razón de estar hoy yo aquí?
- ¡La verdad es que sí! - dejó sobre el platillo la taza vacía y volvió a reclinarse en su silla - Hace unas noches atrás escuché hablar más sobre su empresa, ya había escuchado algo... pero era muy vago, está vez me causó más interés.
Fernando se meditó por un momento antes de volver hablar
- ¿Qué le causó interés está vez?
- Pues la verdad, me recordó usted a mi abuelo paterno - miró las paredes de su oficina - él también fundó esta empresa desde los cimientos y no le fue nada fácil.
- ¿O sea que le interesó mi vida?
- Más bien me interesó su ímpetu, su esfuerzo, su arduo trabajo para construir una empresa y hacerla florecer.... Eso no lo hace cualquiera...
- Muchas gracias por los cumplidos, si no hubiera conocido a mi socio nunca lo hubiera logrado, realmente el fue quien puso la mayor inversión y su confianza en mi proyecto.
- Me interesaría saber más sobre ustedes y como surgió este proyecto que hoy es una empresa ya reconocida... ¿Que le parece si luego se acercan usted y su socio junto a sus familias a cenar en casa?
- ¿En su casa? - le extrañó el ofrecimiento
- ¡Sí, en mi casa! - sonrió - ¿Le parece tan absurda mi petición?
- No, no, para nada - se acomodó un poco en el sillón que ocupaba - Es que no es lo acostumbrado.
- ¡Entiendo! Pero podemos hablar allí más cómodamente, sobre todo escuchar las ideas de mi esposa e hijas...una es diseñadora de jardines y otra de interiores...
- ¡Me parece bien entonces! ¡Luego acordamos un día!
Sonó el intercomunicador para mostrar que había una llamada entrante
Presionó nuevamente el botón para recibirla
- Señor del Monte, aquí está el señor David Almarales.
- ¡Oh sí! ¡Pídale que entre! - miró a Fernando sonriente - ¡Acaba de llegar mi futuro yerno!
¿Su futuro qué? Eso no le hizo mucha gracia a Fernando... se puso de pie como impulsado por un resorte
- Creo que debemos dejar inconclusa nuestra conversación entonces, ya que recibe usted vistas importantes.
- No es necesario que usted se marche - en eso entró David y miró muy curioso a Fernando - ¡Me alegra mucho verte! - le dijo a David y estrechó la mano de este - Permíteme presentarte a un futuro socio...- señaló entonces a Fernando - Él es el señor Cortés presidente de la empresa constructora Vértice de la que tanto escuchamos hablar hace unas noches atrás.
David miró a Fernando algo despectivo y le ofreció una manoo la cual este estrecho por cortesía
- Sí, creo que ya nos conocíamos - dijo David
Edwin los miró a ambos y pudo notar cierta tensión entre ellos.
- Sí, creo que sí - sonrió Fer y se volvió a Edwin - Mantendremos el contacto señor del Monte.
- Así será.
Entonces Fernando salió de la oficina.
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Bajó en el ascensor hasta el primer piso del edificio y justo cuando esté abría sus puertas...
-¡Vaya suerte la que he tenido hoy! - expresó al verla.
Traía aquellos jeans asustados que tan bien enmarcaban sus redondos y firmes glúteos y sus torneadas y largas piernas. Su cabello rubio recogido en una trenza y su maquillaje sencillo que la hacía lucir más hermosa aún.
Ella llenó sus pulmones de aire y levantó un poco su rostro, desafiante...
- ¿Puedes salir para yo entrar? ¡Mi padre me espera!
Entonces él salió y se detuvo frente a ella...
- No solo te espera tu padre...- se inclinó un poco y le susurró al oído haciéndole temblar - tambien tu pretendiente
- ¿Qué? - le miró extrañada - ¡Mi padre me dijo que pasará para hablar sobre un nuevo proyecto! ¿De qué pretende...- no termino la pregunta, sabía lo que su padre trataba de hacer - ¡Me ha engañado!
Ella lo miró al decir estas palabras como para justificarse entonces él sonrió
- No tienes que darme explicaciones... aún...- le colocó tras la oreja un flequillo rebelde que se había escapado de la trenza con mucha delicadeza - Y digo aún por qué sé que volveré a conquistarte
Ella le apartó la mano de un manotazo y se ruborizó al escucharle
- ¡Sigue soñando! - acto seguido subió al ascensor... Aunque realmente quería huir de la encerrona que su padre había tramado...
Sus miradas estuvieron fijas el uno en el otro hasta que la puerta del ascensor cerró.