La Desendecia De Los YANKELEVICH

Nain se sentía bien al tenerla en sus brazos, oler su rico aroma a flores, lo hizo recordar ese beso tan apasionado que le dio a sus quince años, la forma en que la tocó. Realmente deseaba volver a tocarla, a sentir esa suavidad, a probar su sabor, pero en ese momento sabía que no iba a ser posible.

Tenía que esperar a que esa tristeza de perder a su padre tuviera consuelo, no supo en qué momento se quedó dormido, mientras miraba su rostro.

Xiao despertó a las 4 am, al abrir sus ojos, mira el rostro de Nain muy cerca, eso la sorprendió; muchas veces había querido tenerlo así, era su sueño hecho realidad, pero a pesar de que era lo que tanto había deseado en ese momento, solo podía sentir tristeza y mucho coraje.

Con mucho cuidado, quita su mano que la tenía en su cintura, se levanta de la cama sin despertarlo y sale de la habitación; se quedó parada afuera de la habitación sin saber a dónde ir, solo cerró sus ojos, pensando en lo que tenía que hacer.

Xiao sentía tanto dolor en su pecho, en su ser, que realmente no deseaba nada, solo quería estar sola y la presencia de Nain, era algo que en ese momento más que hacerla feliz, solo la hacía recordar que perdió mucho tiempo lejos de su padre, por estar tratando de alejarse de él.

Estela había estado con toda la familia, habló con cada miembro de su familia, los aconsejó, les pidió que no más llantos por su amado Adonis, ya que a él no le gustaba la tristeza; estuvo hablando con JEAN, NEYLANE. Harry y Maritza, los miraba tan tristes, que no lo pudo soportar. Tuvo que pedirles que no más muestras de dolor, ya que a su hermano no le gustaba y si los estuviera viendo era seguro que estaría molesto con todos ellos.

Al final terminó hablando con NEYLANE y Max, sus dos hermanos de sangre. Ella era la del medio y estaba orgullosa de la familia que tenía, de sus dos dolores de cabeza.

Esa noche hablaron como nunca lo habían hecho, les pidió fortaleza, pero sobre todo les pidió que dejaran de tener esas caras de tristeza, porque eso estaba haciendo que la memoria de su esposo desapareciera ante todos.

Estela, le pidió a MAX que fuera con su esposa y la cuidara, que no la dejara estar triste, porque a pesar de que siempre estaban peleando, había un vínculo muy especial entre los dos.

A NEYLANE le pidió que cuidara de JEAN, porque la partida de Adonis era algo que lo iba a dejar muy solo y no podía dejar que cayera en desesperación. Eso sería algo que a su esposo le dolería, lo haría estar muy triste y ellos no podían permitirlo.

Al final los abrazó con una dulzura, con un sentimiento, fue como si se estuviera despidiendo de todos; pero nadie le dijo nada, solo empezaron a contar las travesuras de Adonis, empezaron a reír, como si fuera él mismo el que contara cada relato de lo que estaban contando.

Estela se empezó a sentir cansada, con sueño, se pone de pie y antes de retirarse les dice. - Familia, me voy a ir a dormir, creo que ya es hora de descansar.

Hermana, JEAN, Maritza, Harry y mi gran hermano, quiero pedirles un gran favor: cuiden muy bien de mi Xiao, nunca me la dejen sola; recuerden que esa niña fue mi gran alegría y de Adonis.

Pero más que nada fue la luz, la alegría de mi esposo, traten de que nunca se sienta sola, de que nunca le pase nada malo y de que Nain ya se decida a estar con ella, antes que los años pasen, de que sea tarde para ese hermoso amor.

Por mi Dulía no me preocupo, porque más que hija mía fue de JEAN, Andrew y Maritza; me da vergüenza decirlo, pero realmente Adonis y yo no supimos ser padres para ella. Esa niña habrá nacido de mí, pero la verdad es que creo que solo presté mi vientre para que la hija de Maritza naciera.

¡Sí, Maritza!, que no te diste cuenta de que esa niña, desde que era una bebé, solo quería tus brazos, siempre fue tu hija y sé que está feliz, con un buen esposo, con sus hijos, pero sobre todo te tiene a ti para que la aconsejes, para que estés en esos momentos que más necesite de alguien que la oriente en su vida.

Ahora sí me voy a descansar, ustedes también traten de hacer lo mismo y por favor, ya déjenme sola. No quiero a todos a mi alrededor, no está bien que me cuiden a cada paso; recuerden, mi Adonis me dejó grandes recuerdos, no será mucho el tiempo que esté lejos de él.

Todos se le quedaron viendo y aunque no deseaban dejarla sola, ella fue muy insistente. Terminó subiendo esas escaleras completamente sola, recordando a su esposo, cómo siempre sostenía su mano para ayudarla a subir, como a cada paso siempre estuvo a su lado.

Estela sentía que recorría los pasos que su esposo dejó, lo hacía con una sonrisa en su rostro, como si estuviera realmente feliz y no estuviera en la desgracia de haber perdido a su esposo.

Cuando terminó de subir esas escaleras, se encontró con Adal. Fue el único que al verla le sonrió y con esa tranquilidad, con esa dulzura, le dijo. - Tía, no tiene que preocuparse por Xiao, yo siempre voy a estar a su lado y cuando mire a mi tío Adonis, dígale, que no lo voy a defraudar, ayudaré a Xiao a ser feliz con el hombre que ama.

Estela levanta su mano y acaricia su rostro, en ese momento con una calma, una paz en su voz le dice. - Mi angelito, siempre tan directo, miras algo que los demás nunca podrán entender, pero me siento tranquila, de que nuestra familia te tenga.

Adal, te encargo a Xiao y a toda la familia. Nunca dejes de cuidar de todos, creo que te van a necesitar mucho.

Trata de ser fuerte siempre y nunca dejes que nada te quite ese control que tienes.

Mi Angelito recuerda también caminar cada paso al lado de tu esposa, apóyate en ella, confía siempre en ella y nunca le vayas a fallar, sigue las enseñanzas de tu tío Adonis, recuerda que fue el hombre más fiel de todos, que me trató como una reina, que siempre estuvo para toda la familia, así tienes que seguir sus enseñanzas.

Adal sintió una tristeza al escuchar lo que le decía, era como si se estuviera despidiendo y eso no le gustaba, pero por alguna extraña razón, también entendía que era parte de la vida, algo que dolía, pero a la vez era que en algún momento tenía que pasar.

La abrazó, dejó un beso en su frente, con una calma, con un timbre de voz pacífica y segura, le dijo. - Tía Estela, no tienes que preocuparte por Xiao, voy a estar a su lado a cada paso que dé, nunca voy a dejar que nadie la lastime o que algo malo le pase.

Yo seguiré las enseñanzas de mi tío, no pienso fallarle a Dasha pase lo que pase, cuidaré bien de mis hijos y de toda la familia.

Tía, gracias por siempre estar a mi lado, por haber pasado tanto tiempo conmigo y cuando me sentí realmente desesperado por no saber cómo sorprender a mi esposa, fue usted quien me enseñó a ser ese marido ejemplar.

Perder a mi tío Adonis fue algo muy duro para la familia, creo entender lo que me dice y por eso tengo que decirle, que no tiene que preocuparse por nadie, me encargaré que todos estén bien, apoyaré a Xiao en todo, nunca va a estar sola, siempre tendrá a todos los de la familia cuidándola y haciendo que esté bien.

Estela acarició su rostro y le indicó que seguiría su camino, mientras que ella caminó por ese pasillo a su habitación. Cuando estaba a unas puertas, miró a Xiao que salió toda alterada de su cuarto, estaba llorando y eso no le gustó.

Se acercó a ella, la abrazó y con una tranquilidad le dijo. - Mi princesita, ¿qué tienes? ¿Por qué lloras así? Recuerda que a tu padre no le gustaba verte triste.

Si estas lágrimas son por él, date cuenta de que, si es cierto que existe una vida después de la muerte, lo vas a poner muy triste y yo no creo que tú quieras que sufra por verte así de mal.

Xiao correspondió a sus brazos y después de esas palabras, se van a la habitación de Estela, se sientan en el sofá de la sala que estaba ahí; ella termina recostada en las piernas de su madre, le acaricia el cabello y con una tranquilidad le empieza a decir. - Mi princesa, eres lo mejor que nos pudo pasar, fuiste la alegría de nuestras vidas.

Cuando tú llegaste con nosotros, Adonis se convirtió en un verdadero padre, porque realmente para nosotros, tú eres nuestra hija, nuestra alegría; es cierto que tuvimos a Dulía, pero esa niña es tan diferente a nosotros, que parecía hija de Maritza y de JEAN.

Xiao, sé muy bien que, a pesar de que ya pasaron 10 años desde el día que te fuiste de la isla para poder olvidar a Nain, ese sentimiento no se ha ido; tu padre realmente deseaba que él se decidiera y te buscara, pero al parecer nuestro joven tiene muchas emociones que no lo dejan abrirse a ti.

Yo no quiero verte sufrir más y tu padre no quería verte sufrir así, por eso, mi princesa, creo que ha llegado el momento en que abras tus alas, que empieces a olvidarlo, no es justo que tu vida se desperdicie así, esperando a un hombre que no sabe realmente lo que quiere.

Tu padre y yo pensamos que tal vez necesitas conocer a otros hombres, conocer nuevas formas de pensar y de amar. ¿Sabes? Hay algunos chicos que están interesados en ti.

Adonis y yo hicimos una lista de jóvenes que pidieron el permiso para poder buscarte y conquistarte; dimos nuestro permiso, así que espero que tú, mi jovencita hermosa, espero te des la oportunidad de vivir esta hermosa vida que tiene, disfrútala al 100, haz mil locuras como tu padre y yo lo hicimos.

Sigue tus sueños sin mirar atrás, busca tu propia felicidad y nunca dejes que nadie opaque tu hermoso brillo. Xiao, unos días antes de la muerte de tu padre, hicimos la lista y también tenemos el recorrido para tu próximo libro.

Será en el continente de América, empezarás en México, irás a la huasteca de San Luis Potosí; queremos que mires una tradición que está desapareciendo del Día de Muertos, es algo que creo que te va a servir mucho para darle paz a tu alma por la pérdida de tus padres.

Ahí estará el primer joven que desea conocerte, será tu guía. Mi princesa trata de conocerlo, disfruta de ese momento y trata de no pensar en nadie más; queremos que vivas esto para que te olvides de ese amor que tanto daño te ha hecho.

De México vas a ir a Belice, Guatemala y así vas a ir bajando de país en país, hasta recorrer todo el continente de América, donde vas a conocer a un chico guapo, que te hará vivir las mejores experiencias de la vida.

Cuando hayas terminado, nosotros esperamos que esto te ayude a olvidar ese amor, que puedas empezar de cero y quién sabe, le des la sorpresa a toda la familia de presentar a ese chico que te robe el corazón.

Estela le entregó unas hojas donde estaba todo el recorrido, junto con la lista de los jóvenes que la estarían esperando, con su historia de vida de cada uno.

Xiao se levanta y queda sentada a su lado, toma las hojas, en ese momento le dice de una manera inquieta. - Madre, creo que estás equivocada, yo solo perdí a mi padre, aún te tengo a ti y espero tenerte algunos años más. ¿Cómo me puedes decir que los perdí a los dos?

Mamá, te prometo que seguiré esta lista, todo porque es algo que mi padre quería para mí y porque tú tienes razón; no volverán a verme triste, te lo prometo.

Estela la abrazó, dejó un beso en su frente y con una dulzura le dijo. - Xiao, si en el futuro ya no puedo estar contigo, quiero que recuerdes que siempre te voy a amar y que nunca vas a estar sola. Esta familia va a cuidar muy bien de ti.

Tienes que apoyarte siempre en nuestra familia, siempre van a ver por ti y van a cuidar muy bien, nunca van a soltar tu mano; mi princesa, nunca te aísles, siempre expresa lo que sientes, no dejes que nadie te lastime y pide ayuda, si es que la necesitas.

Xiao se sentía bien al estar ahí con su madre, escucharla, aunque también sentía algo de tristeza en sus palabras y había cosas que no le gustaban, como pensar en perderla a ella también.

Pero Estela fue muy firme con ella, hablaron un poco de la muerte y al final terminó pidiéndole, que en el momento que ya no estuviera a su lado le llorara un momento, pero que no se hundiera en la tristeza, que siguiera con su vida, luchando por su felicidad.

Xiao duró largo rato, hablando con su madre, escuchando sus consejos, prometiéndole algunas cosas, hasta que ya Estela sintió que no podía seguir despierta, se fue a recostar y Xiao la ayudó, la tapó, dejó un beso en su mejilla.

Las dos se despidieron y cuando Xiao estaba por marcharse, la escucha decir. - Xiao, gracias por llegar a nuestras vidas, eres la mejor hija que pude pedirle a la vida, eso nunca lo olvides y recuerda siempre, que tú eres la princesita, la adoración, la hija del gran Adonis, el maestro que aterraba a todos con fuego, nunca le agaches la cabeza a nadie, sé feliz, que es lo único que nosotros queremos para ti.

Xiao sintió un golpe en su corazón cuando la escuchó decir eso, era tan extraño, tanto que parecía una despedida; pero al final solo le dijo. — Eso te lo prometo, mamá.

Ella salió de la habitación y salió de la casa. Fue a donde estaba el campo de entrenamiento, el sol aún no terminaba de salir, se miraba un poco oscuro, las lámparas solares aún estaban prendidas, alumbrando el enorme campo.

Ahí se encontró a JEAN, que estaba solo, sentado en una de las bancas, se acercó e insegura le dijo. - Tío, buenos días, no sabía a dónde ir y recordé que a mi padre le gustaba estar aquí, por eso vine; pero si quiere estar solo, puedo irme.

JEAN le sonríe y le señala que se siente a su lado. Ninguno de los dos dijo nada, solo se quedaron mirando el campo de entrenamiento, recordando lo que Adonis hacía cada vez que estaba ahí.

El sol salió y a ellos no les importó, solo siguieron sentados, recordando a Adonis, estaban ahí hasta casi las 9 de la mañana, cuando miraron a Nasir y a Harry, caminando a donde ellos estaban; los dos traían un rostro de tristeza y en ese momento JEAN abrazó a Xiao, con dolor le dice. - Mi sobrina, no tengas miedo, tú nunca vas a estar sola, siempre nos vas a tener a todos y siempre te vamos a cuidar.

Xiao sintió extrañas sus palabras y al mismo tiempo un dolor en su pecho se hizo presente, haciendo que sus lágrimas empezaron a caer, sin entender por qué lloraba mientras miraba que ellos se acercaban, realmente no deseaba escuchar lo que iban a decir, deseaba gritarles que no se acercaran, sentía que lo que iban a decir no le iba a gustar nada.

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Muchas gracias a todas espero que el capítulo les haya gustado ☺️

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