Tu Y Yo De Nuevo

Una semana después

Renata ya tenía en mente visitar el palacio seguido como siempre pasaba en la historia, pero esta vez no por qué sintiera algo por el príncipe, ella ya no era la verdadera Renata y su misión era cambiar el final de esa historia, no le importaba ella ni sus sentimientos, en su corazón solo estaba Íker, el amor de su vida y sería así.

_Señorita, el príncipe la espera._

Hablo la escolta del príncipe haciendo una reverencia antes.

_Gracias, nyssa._

Renata dejó a la chica sorprendida, sabía su nombre perfectamente, Zera seguía a su señorita, quien estaba ansiosa por avanzar en su misión.

_Saludos al príncipe heredero._

Saludo Renata con una hermosa reverencia.

_Estamos solos, Renata, por qué tanta formalidad._

Sadie le dio un abrazo y la invitó a sentarse, mando a servir el té, mientras Renata solo observaba a nyssa, su amor por el príncipe, le recordaba a su antigua vida, los momentos que paso con su amor.

_Su escolta es muy hermosa, ¿no lo cree príncipe?_

Soltó renana después de varios minutos hablando de otras cosas, Sadie termino ahogándose con el té, nyssa se acercó y el más rojo se ponía.

_Su alteza, ¿está bien?_

Sin ella saber qué pasaba, fue tanto la presión para el príncipe, que salió corriendo, dejando a todos sorprendidos, menos a Renata que sonreía al darse cuenta de que su plan estaba yendo muy bien.

El príncipe apenado mando a despedir a la señorita Renata, no tenía cara para verle después de ese momento tan bochornoso, sin problema regreso al condado.

Renata descansaba en su habitación después de un par de horas de camino, cerró sus ojos y recordó a su gran amor.

Flash

_Íker, si reencarnamos en la misma novela, como sabremos que somos nosotros._

El chico la abrazo.

_No lo sé, tal vez digamos nuestros propios nombres o solo nos enamoremos en la época que reencarnemos por qué nuestro destino es estar juntos para siempre, de eso estoy seguro._

Aseguro sus palabras, dándole un beso.

_Te amo._

Fin del flash

_¿Está bien señorita? ¿Por qué llora?_

Pregunto Zera a Renata, quien lloraba desconsoladamente, despertando de ese sueño, tan real.

_Nada, Zera, solo tengo miedo de todo, ve a descansar._

Zera no creía mucho en sus palabras, pero debía obedecer a su señorita.

Mientras el joven duque se hundía en sus pensamientos y era interrumpido por su amigo.

_¿Puedes decirme que harás?_

_¿De qué hablas?_

Respondió Rainer.

_Tomar a dos hermanas, ¿no es una desfachatez?_

Hablo su amigo y escolta.

_Sabes que no lo haré, no me interesan, solo quiero saber hasta donde van a llegar o tal vez sí me quedé con Renata._

Respondió con una sonrisa pícara.

_No te pareció raro, ver a la señorita Renata muy tranquila, es como si no le importaba nada._

Rainer quedo pensando, era cierto que fue muy extraño verla así, como si ya supiera que eso pasaría o algo parecido.

_No lo sé, mejor ve a preparar todo, iremos al reino sur, padre quiere que vea unos negocio allá con el duque._

Su amigo hizo una reverencia para luego ir a hacer su trabajo, no solo ellos harían ese viaje desde su reino, Renata trataba de convencer a su padre de ir a hacer unos negocios con el duque de ese reino, eran casi cuatro días de viaje, pero valdrían la pena si obtenía su cometido.

_Padre, si fallo, asumiré mi castigo._

El conde quedo pensando un momento, el duque del sur, era un hombre un poco exigente con los negocios y el conde tenía una deuda con él, aunque Fernanda no se había graduado en su otra vida, aprendió mucho junto a Íker y usaría esa ventaja para ganarse la confianza del duque y lograr una misión muy importante.

El conde aceptó su propuesta, al amanecer, ambos emprendieron su viaje, desde el norte al sur y desde el este al sur, el príncipe al enterarse del viaje de su mejor amiga, puso los mejores guerreros a su disposición, deseaba verla de regreso con bien, serían unos quince días sin verla.

Raquel aprovecharía para estar cerca del príncipe, ya que Renata no estaría cerca.

_Saludos al Príncipe._

Hizo Raquel una reverencia, nyssa la odiaba por ser tan arrogante.

_Saludos, señorita Bonnie, ¿qué le trae por aquí?_

Respondió el príncipe cortante, Raquel observo a Nyssa con molestia.

_Me llegó una invitación de la emperatriz, príncipe._

Le respondió con timidez.

_Oh, lo entiendo, siga usted señorita, yo me retiro._

El príncipe no esperó que Raquel hablara y se marchó, unos metros lejos de ella, volteo y alcanzó a ver a nyssa sonreír.

_¿Sucede algo príncipe?_

Hablo nyssa al ver cómo él, la observaba.

_Sonríes muy lindo._

Pudo decir el príncipe para luego marcharse sin esperar respuesta, el rostro de nyssa se tornó rojo, no podía creer lo que escuchaba, el príncipe jamás prestó atención a ella, a lo lejos la emperatriz observo la escena con una sonrisa, pero debía volver al jardín, donde la esperaban las señoritas más hermosas, inteligente y educadas del reino o eso demostraban para su interés.

_Disculpen el atraso señoritas._

Hablo la emperatriz haciendo que todas se levantan e hicieran una reverencia.

_Saludos a su Majestad la emperatriz._

Hablaron todas al unísono.

_Está muy hermosa usted majestad._

Hablo Raquel con timidez.

_Gracias señorita Bonnie, ¿su hermana no vino?_

_No majestad, prefirió ir por negocios, que verla a usted._

Su comentario hizo que todas las señoritas hablarán mal de Renata, la emperatriz solo sonrió, pero empezaba a ver la arpía que podía ser ella, una dama no habla mal ni de su peor enemiga, pensó ella.

El té pasó entre charlas de cómo cada una llevaría el reino junto al príncipe, el heredero, pero la emperatriz no estaba satisfecha, siendo consolada por su esposo.

_Calma mi emperatriz, sabrás quién es la adecuada para nuestro hijo y el reino._

Le hablo el emperador dando un beso en su frente, decidiendo dormir ambos, descansando de tanto trabajo que llevaba cuidar del imperio Esté.