Desgraciada Vida

--Aura--

Hoy es la cita con el señor Hayes, me estoy preparando para dirigirme al club de empresarios en el centro de la ciudad, Fausto me dijo que es una sitio muy elegante así que debo ir bien vestida y presentable en todos los aspectos, al parecer el almuerzo será en uno de los restaurantes del club... lo que no entiendo es porque este señor me eligió a mi, de tantas modelos profesionales porque a mi? que no se mucho de esto aunque me ha ido bastante bien en lo poco que eh echo en la empresa..

Izan esta algo disgustado por el cambio de lugar para la cita, también porque no le agrada que este cerca de ese joven sola, dice que no pierde tiempo para coquetearme y tal parece que tiene razón, pero yo se hacerme respetar perfectamente bien y no pienso caer en las redes de ese hombre, aunque hay algo en el que me hace sentir cierta coneccion que no se como explicar.. realmente no se trata de una atracción fisica, ni como hombre, es algo totalmente extraño para mi pero obviamente no puedo hablar de esto con el...

ya lista, me subí al auto y le di indicaciones a Ivan quien se puso en marcha rumbo al club...

--Samuel Hayes--

la busque por tanto tiempo y cuando la encontré ese día me acerque a ella en la pasteleria fingiendo otras intenciones, claramente es ella, sus ojos son inconfundibles, a pesar de los años sigue siendo la misma carita de ángel que vieron mis ojos, no me agrada para nada que este casada con ese idiota, mande a investigar a Izan y se la clase de vida que le gusta y no permitiré que le haga la vida imposible a ella, quien ha sufrido tanto en todos estos años...

debo manejar las cosas con calma y prudencia, encontrare el momento adecuado para decirle toda la verdad, aunque será algo difícil, Izan es un hombre dominante y terrritorial y se perfectamente que mi presencia al lado de su esposa no es de ningún agrado, no puedo negar que disfruto hacerlo enojar con mi actitud hacia ella... me encontraba sentado en una de las mesas del club hasta que la vi entrar

-buenas tardes señor Hayes, disculpe la tardanza-

-no se preocupe, no eh esperado demasiado, siéntese por favor-

-gracias- contesto ella

-tengo entendido que me trae un avance de las publicidades que pedí, no es asi?-

-asi es, aquí tiene las fotos de las primeras sesiones con su nueva colección- se la entrega

-están bastante bien, definitivamente esto será un éxito, es usted una mujer muy hermosa-

-gracias, pero no creo conveniente esa clase de cumplido, hablemos claro señor Hayes, no entiendo realmente cuales son sus intenciones conmigo-

-no me mal interprete por favor, se perfectamente que es usted una mujer casada y créame que no son esas mis intenciones, pero digamos que usted es una persona la cual me importa demasiado-

-y podría saber el motivo?- pregunto ella expectante

-esta bien, le diré cada detalle, pero todo a su tiempo, por ahora que le parece si nos conocemos un poco, al final de cuentas trabajaremos juntos, que le parece si almorzamos?-

-me parece bien, por ahora, aunque no termino de entender sus intensiones, pero tendre paciencia, supongo- contesto ella algo dudosa

cuando trajeron los almuerzos ambos se dispusieron a comer, luego de terminar aquello el comenzó una serie de preguntas...

-no es usted de acá verdad?-

-no, yo soy Americana, nací en Manhattan-

-que coincidencia, yo también nací alla- dijo este

-oh, si que es una gran coincidencia y siempre se ha dedicado a esto?-

-no siempre, soy el sucesor de mi padre, Steve Hayes, quien falleció ya hace algunos años-

-lo siento mucho, aunque hace un buen trabajo sus empresas son unas de las mejores a nivel internacional-

-descuide y gracias, eso es por lo que lucho cada día, es mi patrimonio y el de alguien muy importante para mi, que ha estado ausente por años, pero espero tener de vuelta pronto-

Aura se sentía extrañada por toda aquella información, quien era este misterioso hombre y cual era realmente el interés que tenía en ella, le hablaba con tanta confianza que parecía que se conocieran de toda la vida.. pero eso era imposible, esta era la primera vez que ella lo veía así que no podía ser, pero no podía negar que le agradaba bastante su compañía se sentía realmente bien hablando con él... pasaron un largo rato conociéndose un poco más hasta que se despidieron..

-fue un placer hablar con usted señorita Weller-

-conoce usted mi apellido?-

-por supuesto, lo decía en su información laboral- dijo este notando que había metido la pata, pero lo soluciono rápidamente

-ah si es obvió que tonta-

-descuide, que le vaya bien nos vemos pronto, le estaré dando indicaciones sobre un lugar en especifico en el que quiero algunas tomas, le notificaremos al equipo de producción-

-me parece perfectos, adios- dicho esto volvió al auto y se marcho

--Izan--

no puedo creer que ese idiota haya cambiado el lugar de la cita, pero a que esta jugando, si piensa que dejaré que le coquetee a mi esposa o peor aún, mejor ni pienso en eso o voy a enloquecer hoy llevare a Aura a un lugar especial, quiero pasar todo el tiempo posible con ella, su compañía ablanda mi mal carácter y me trae calma en toda esta tormenta que se avecina y no quiero caer otra vez...

ayer uno de los representantes de Eloiza fue a verme a la empresa, nunca me imagine que después de años esa mujer reapareciera en mi vida, pude ser contratada de nuevo en la empresa y peor aun, quiere verme mañana, lo cual me negué, mis emociones aun no son claras y no quiero cometer una locura de la cual me pueda arrepentir..

-entonces que piensas hacer amigo?- pregunto Edwar preocupado

-tranquilo no permitiré que se meta de nuevo en mi cabeza, la veré, pero le dejaré muy en claro que ya no hay cavidad para ella en mi vida-

-eso espero no quiero ni imaginar lo que pasará si Aura se entera de quien es y para que regreso, deberías decirle-

-lo haré pero no ahora, esperaré el momento-

más tarde Aura se preparaba para la cita que tenía con su esposo, la cual era una sorpresa, no sabía a dónde irían pero aún así se arreglo muy bien, cuando llegaron al lugar ella se impresionó, era un hotel, pero parecía un castillo... cuando subieron las escaleras este la atrajo y la hizo girar la vista era maravillosa

-no puede ser Izan que hermoso- dijo ella admirando el paisaje que caracterizaba este lugar

-dijiste que no habías conocido mucho, así que me imagine que a esto te referías no es asi?-

-si, me encanta- contesto dándole un tierno beso

luego de admirar un poco más el paisaje llegaron a la habitación, estaba decorada muy bonita a pesar de que era sencilla

luego de mirar la habitación y dejar sus cosas, la llevó al balcón en donde sería el inicio de la noche, allí se encontraba una mesa perfectamente decorada donde se podía admirar la torre desde un buen ángulo, todo era hermoso, jamás pensó que el sería del tipo de hombre que haría esto por una mujer, pero se sentía feliz, sentía que por fin le importaba a alguien y que ese alguien precisamente también le importaba a ella, alguien que sin darse cuenta ya no podía sacar de sus pensamientos

se sentaron y se dispusieron a cenar, la comida estaba realmente deliciosa, además del vino que no le gustaba tomar pero realmente este en especial le había encantado.. miraba a Izan con admiración buscando en el cualquier tipo de malicia, pero no encontró ninguna sus ojos color miel penetrantes la hacían perder la conciencia con tan solo una mirada y esa sonrisa, que escasas veces había podido apreciar la volvía loca.. no sabía que le sucedia en este momento pero se sentía realmente bien...

cuando termino la cena se dirigieron de regreso a la habitación...

- creo que debes cambiarte- dijo este sonriendo

-cambiarme? saldremos?- pregunto ella

-digamos que aun falta una sorpresa, en el baño deje algo para ti, quiero que lo uses- dijo esperando que reprochara su petición

-bien- contesto ella

cuando entro al baño observó el paquete que ocupaba la repisa, rápidamente lo abrió para encontrarse con una lencería muy sexi, su corazón empezó a acelerarse y sus nervios salieron a flote, pasaria? se preguntó a si misma.. con algo de vergüenza se puso aquello y sin hacer ruido salió del baño observando a aquel hombre que la hacía perder los sentidos, el no la había notado pero se veía muy sexi distraído, fumaba un cigarrillo mientras miraba por la ventana

se podía notar su abdomen bien marcado, sus músculos de los brazos bien definidos... cuando el se dio cuenta Aura aún seguía perdida en sus pensamientos viéndolo fijamente

-ves algo que te guste?- pregunto el burlándose de su cara

-eh que? yo ehm.. bueno si- contesto ella sonrojada, tratando de taparse un poco por lo que traía puesto

estaba sentada en la cama con las manos en sus piernas y mirándolo con una sonrisa tonta

-tu te ves espectacular mente bien con ese color- dijo este con una mirada lujuriosa

se acerco a ella dándole un beso apasionado para después tomar su mano y dirigirse al lugar donde estaba su última sorpresa que también lo era para el, cuando llegaron ella abrió los ojos en señal de asombro había un jacuzzi con copas y algunas toallas alrededor

-esto es, es bellísimo, gracias-

-de verdad te gusta? no quería abusar, ya sabes-

-esta todo perfecto-

ambos se metieron al jacuzzi, el la atrajo la sentó en sus piernas mientras la abrazaba por la espalda admirando la vista que tenían desde allí...