Un amor casi imposible, donde uno le huía por seguridad y el otro le seguía sin cesar hasta que se cansó.
El profesor de filosofía, serio y tranquilo, se dejó llevar por la pasión que despertó una torta afrodisíaca junto a su "Rusita" sin saber que hubo consecuencias. Al sentirse abandonado y buscarla, sin éxito; decidió disfrutar de extensos viajes para olvidarla.
Ella disfrutó la mejor noche de su vida, teniendo que huir en la mañana, llevándose consigo un pedacito de él. Pero por problemas familiares, demoró en volver a España.
Ahora deben bautizar a su ahijada e inevitablemente, volverán a verse... ¿Qué pasará? ¿Sus sentimientos seguirán intactos? ¿Qué dirá Isaías cuando sepa el secreto de Eliani?
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Desperté e hice la misma acción de cada mañana, revisar el celular, pero esta vez sí había un mensaje de un número desconocido.
📩 Dos días. Konstantin. — es lo único que dice, aunque puedo imaginar lo que significa.
Seguramente, en dos días podré ver a mi rusa. Sonrío por tal ilusión y agrego en mis contactos a ese hombre.
Hoy es sábado, por lo que no iré al colegio y podré disfrutar de este día.
Me levanto y me dirijo a la ducha, para luego bajar a desayunar.
Estando en el comedor, puedo ver la presencia de todos, mis padres, mis hermanos, sus parejas e hijos, quedando la mesa completamente llena desde muy temprano.
—Buenos días— digo sonriendo. Voy hasta la pequeña Emily y la agarro en brazos mientras me siento en mi lugar.
—Te noto más feliz que otros días— dice mamá y le doy la razón.
—Porque lo estoy—respondo con una pequeña sonrisa.
—¿Y eso a qué se debe?—pregunta Emilio
—Conocí a alguien que me trajo felicidad— contesto por Konstantin y sus palabras, pero puedo notar a todos serios. —¿Qué pasó?
—¿Estás saliendo con una mujer?— pregunta Bella y entiendo mejor. Me expresé mal.
—No— digo riendo— La persona que conocí me dio buenas noticias. —explico.
—Ay, Dios mío. Casi me matas del susto—dijo Lady— Conozco a alguien que te mataría si te escucha decir eso.
—¿Quién?— pregunto curioso. Aunque puedo imaginarlo.
—En dos semanas será el bautismo de nuestras pequeñas—dice Lady, cambiando de tema.—Mar me dijo que ya consiguió la ropa de las madrinas y unos detalles para los padrinos.
—Sí, cuñadita. Las mujeres iremos con enterizos rosa pálido y los hombres llevarán una corbata del mismo color para combinar con las mujeres y las bebés.
—Me parece bien—acepta Lady.
—Isa me ayudó—aclara Mar señalándome.
—El resto de nosotros vestiremos lo que sea ¿no?— indaga Fede.
—Sí.
—¿Necesitan ayuda en algo?— pregunta mamá.
—No, tranquila—dice Lady— Mis lindas cuñadas y amigas, me están ayudando.
"¿Entre esas amigas estará mi rusa?" me cuestiono mentalmente.
—Eliani llegó al país con mucha energía— bromea Bella— Buscó el salón ideal para el festejo posterior al bautizo y se encargará personalmente de la decoración.
Su nombre remueve tantas cosas en mí que no quiero que note mi familia, por lo que miro a la pequeña y empiezo a jugar con ella, dejando de lado el café.
Las mujeres seguían hablando de la fiesta, el bautismo, la comida y muchas cosas más que ya tienen encargado, pero yo no emito ningún sonido para pasar desapercibido.
—¿En qué piensas?— Antonio me toca el hombro, ya que está sentado a mi lado, y llama la atención de todos los presentes.
Quiero matar a este hombre porque me deja en evidencia y ahora me arrepiento de no haber soltado los perros cuando lo conocí.
—En nada, simplemente juego con Emi—digo parte de la verdad, mientras la niña sigue agarrando mi dedo para estrujarlo.
—¿Cómo te sientes por volver a ver a Eliani, cariño?— pregunta mamá, con cara preocupada.
—¿Cómo puede estar?—la abuela llega al comedor, interrumpiendo mi posible respuesta.—El chico estará feliz de verla y seguramente la secuestrará, para vengarse por dejarlo casi un año y medio en abstinencia— se ríe la abuela y Felicia también, ya que vienen juntas.
—¡Mamá, no digas eso!— la regaña papá.
—Ninguno de tus hijos es virgen y sospecho que saben más que tú— lo señala ella, mientras se sienta en la punta de la mesa con su amiga al lado.
Las mujeres enseguida se sonrojan por las palabras ya dichas, mientras que Emilio, Antonio y Pascal, sonríen traviesos, pero Bastian se mantiene serio, sin dar a notar ninguna expresión.
Federico sigue desayunando con tranquilidad y yo jugando con mi ahijada, la verdad es que preferimos mantener nuestra vida en privado y por eso ignoramos las bromas que puedan hacer.
No es ser antipático, solo que nuestra personalidad no deja que el resto de las personas se metan en nada, ni siquiera por curiosidad.
—Tiene que responder mi hijo— dice papá
—¿Isaías?—Antonio vuelve a tocarme el hombro y volteo los ojos.
—Eres insoportable— susurro y él lo escucha claramente, ya que se ríe— Respondiendo a tu pregunta— miro directamente a mamá — Me siento bien, normal— alzo los hombros restándole importancia.
—¡Hola, Eliani!— la abuela saluda en conjunto con un gesto de su mano detrás de mí, dónde está la cocina y volteo inmediatamente, con cuidado por la niña.
No había nadie, pero mi acción fue motivo de risas en la mesa.
—"Me siento bien, normal"— se burla Emilio, diciendo las mismas palabras y alzando los hombros, como yo lo hice antes.
Todos volvieron a reír y no aguanto tanta vergüenza, por lo que me levanto de mi asiento y salgo de allí con la pequeña. Me siento en el amplio sillón de la sala y acuesto a Emily para jugar a las cosquillas.
Unos minutos más tarde puedo notar un flash y miro en dirección a Lady que está parada cerca de la escalera con el celular en la mano, tecleando algo mientras sonríe.
—¿Me sacaste una foto?— indago entrecerrando los ojos.
—A ti no, a mi bebé— responde sonriente, caminando hacia nosotros y se sienta en un sillón frente al nuestro—¿Ya no te interesa Eliani?— estaba esperando esta pregunta. Era obvio, incluso puedo decir que se demoró demasiado.
—¿Crees que no?—contesto con otra pregunta.
—Tu respuesta fue indiferente.
—Lo sé, pero es que en esta familia se meten demasiado en nuestras vidas.—digo riendo.
—Es cierto—afirma ella— Recuerdo las miles de veces que intentaron emparejarme con Emilio y yo no aceptaba.
—Nunca supe por qué te negabas.
—Creía que Eli gustaba de Emi, pero no.— su comentario hizo acelerar mis latidos, ya que yo también pensé lo mismo.
—¿Cómo supiste que no?— indago con nerviosismo.
—Simple, tuvimos un almuerzo entre mis amigas y Emilio. Él le preguntó a Eli porque siempre le miraba los brazos y ella le confesó que era su manera de distinguirlo contigo.
—¿Conmigo?— mi respiración empieza a ser más pesada de lo normal ante tal noticia.
—Siempre le gustaste a Eliani— dice directamente, me sonríe y agarra a la pequeña Emily que se había dormido agarrando mi brazo.
—¿Lo que dices es cierto?— Quiero volver a escuchar una afirmación para saber cómo actuar cuando la vea.
—Muy cierto, puedes preguntarle a tu hermano, a Flor o Milcaris. —asiente y se va, dejándome solo.
Ella siempre me quiso a mí y yo creyendo que no era así, pero eso explica porque veía a mi hermano y luego lo trataba indiferente.
Suspiro emocionado y me levanto del sillón para ir a mi habitación. Deseo ducharme y luego salir en la moto, recorrer calles y subir la velocidad hasta el banco del acantilado.
Amo a mi familia, pero quiero estar solo y pensar en cómo conquistar a mi rusa. Aunque primero debo averiguar si todavía siente algo por mí.