En un mundo donde los Alphas están arriba de todo y los Omegas abajo, Aria Vance una trabajadora de un club exclusivo para Alphas dominantes, donde se ofrecen servicios para ayudarlos a liberar la carga de sus feromonas, siendo que todos los empleados de la servidumbre estrictamente son Betas, por lo cual ella tuvo que mentir en su sub genero para poder trabajar allí, escondida en la cocina como ayudante. Todo iba bien hasta que un día de trabajo una serie de eventos inesperados la pusieron frente a Liam Vidal, un Alpha dominante, que llevado por sus instintos se abalanza sobre ella. Después de allí comienzan a ocurrir sucesos que la obligan a correr lejos de la vida de aquel hombre, entre ellas es el hijo que ahora llevaba en su vientre.
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Capitulo 11. Justo cuando todo iba bien
Tener la idea de realizar un negocio y luego llevarlo a la realidad eran cosas muy diferentes, en especial por todo el papeleo que se necesitaba, trámites y gestiones, después remodelar el lugar para poder convertirlo en una pastelería agradable y atrayente para los clientes, así que para eso Aria tuvo que contratar un personal que pudiera encargarse de todo lo que se necesitada construir o rediseñar, incluyendo la creación de una cocina más amplia y cómoda para preparar los postres, crear más ventanas para la estancia, de esa forma le brindaría más iluminación al lugar y un mejor ambiente.
Toda la remodelación llevo algo de tiempo, así que mientras, debía buscar a los proveedores quienes a quienes les compraría todo lo necesario para preparar los pasteles, incluido a la lista también estaba la platería y cubiertos, por ultimo tenía que hacer entrevistas para contratar al personal que se encargaría de ayudarla con todo el trabajo que se realizaría en la pastelería. Debido a que su presupuesto era un tanto ajustado, solo podía contratar a dos personas, así que sería tres personas incluyéndola a ella misma, para hacer todo el trabajo.
Lo más difícil de vivir en una sociedad regida por Alphas, era el ser una Omega sin el respaldo de uno, ya que para muchos un negocio iniciado y únicamente dirigido por una Omega, era la combinación de un seguro fracaso en potencia, por ello el trabajar allí no era algo que les interesara a muchos, así que, las entrevistas no eran muchas, además las personas interesadas no contaban con un conocimiento para la repostería, algo que Aria no tenía tiempo para enseñar. De esa forma transcurrieron dos semanas sin poder conseguir a nadie apto para el puesto.
- Hola, buenas tardes – le dice un hombre rubio, alto y de ojos verde esmeralda
- Buenas tardes – le dice Aria cargando con una caja mientras abre la puerta principal de la pastelería
- ¿Aún no han abierto? – le dice el hombre viendo el local
- Primero debo conseguir al personal – le dice Aria terminando de abrir
- Oh, yo he venido para eso – le dice mostrándole una carpeta en su mano – leí el artículo en el periódico, está buscando pastelero, he venido a postularme para el cargo – le dice sonriéndole de forma encantadora
- Bien, deme un segundo – le dice entrando a la pastelería, deja la caja en la cocina y enciende las luces del lugar y va a la entrada – disculpe por hacerlo esperar, adelante – le dice invitando al hombre a entrar al local – siéntese aquí – le dice señalándole la primera mesa
- Gracias – le dice el hombre en tono amable mientras camina y toma asiento
Aria se sienta frente al hombre y este le entrega la carpeta con sus documentos.
- Su nombre es; Gareth Wilde, y veo en su hoja de vida que tiene mucha experiencia en repostería – le dice leyendo su hoja de vida
- Sí, me gustan mucho los dulces – le dice sonriendo
- Evaluando todo su perfil, diría que es perfecto para el puesto – le dice terminando de leer la documentación y soportes que respaldaban lo contenido en la hoja de vida del hombre, aunque hubo algo que llamo su atención – usted es un Alpha – le dice en tono serio
- Si, así es – le dice el hombre notando la tensión – pero le prometo que yo nunca la atacaría, tengo un excelente control de mis feromonas – le dice anteponiéndose a cualquier decisión que Aria pudiera tomar.
- ¿Atacarme? – le dice Aria confundida
- Sí, es que, usted es una Omega, ¿no es así? – le dice señalando el collar en el cuello de Aria, el único indicio que le daba a notar que esa mujer era una Omega, ya que, no podía sentir ni una pizca de sus feromonas, ni siquiera el lugar está impregnado de ellas.
- Oh, sí, soy una Omega – le dice tocando su el collar - ¿Qué piensa de eso? – le dice seria
- Disculpe, pero no entiendo a qué se refiere con su pregunta – le dice confundido
- Yo soy la dueña de este lugar y también seré su jefa, ¿Qué piensa de eso?,¿no le molesta el ser mandado por una Omega? – le dice de forma clara
El hombre le sonrió
- Yo pienso que los Omegas son seres igual de inteligentes que todos, infravalorados por seres que se creen superiores sin importarle el pensamiento de los otros – le dice de forma sincera – sería un placer el poder trabajar para usted, y ayudarla a que brille en un mundo que se empeña en opacar su brillo – le dice sonriéndole de forma encantadora
- ¿Cuándo quiere comenzar? – le dice Aria encantada con la respuesta del hombre
- ¿Podría ahora mismo? – le dice en tono encantador
A partir de aquel día, aquel hombre se convirtió en la mano derecha de Aria para sacar adelante la pastelería, su talento para preparar los postres era magnifico, incluido a eso estaba su facilidad para hablar, algo que lo hacía popular con todas las clientas. Pasado el mes, se les unió Amanda, quien se encargaba de atender la barra junto con Aria, quien en sus momentos libres ayudaba con todo lo que podía.
De esa forma consiguió crear una rutina, llevar a Killian a la escuela por la mañana, luego ir al hospital para ver a su madre hasta llegado el medio día, después se iba a la pastelería donde pasaba el resto de la tarde hasta llegada la hora de buscar a Killian, el niño se quedaba tranquilo mientras Aria ayudaba con el cierre de la pastelería, al terminar era hora de subir a la casa, preparar la cena, bañar a Killian y ponerlo a dormir.
Pasaron dos meses, el local cada vez estaba más lleno, las ganancias ya eran notorias, así que se podría decir que todo iba, viento en popa.
Ella había olvidado al padre de Killian, aquel Alpha que la marcó, algo que hubiera seguido de esa forma de no ser porque en el instante en que ese hombre entro a la pastelería pudo sentir claramente el aroma de sus feromonas flotando en el aire.
por cierto espero no me salgan con groserías por opinar así. debemos respetar las opiniones de cada comentarios sin necesidad de ofender porque pensemos distinto. considero que no le estoy faltado el respeto a la escritora solo porque haigas cosas que no me gusten.