El Piloto

— ¿Quieres que no vaya?

sonrió de repente, pero su sonrisa era fría.

— Como tu marido, debería acompañarte de vuelta con tu familia.

miró su fría sonrisa y de repente tuvo el mal presentimiento de que él haría algo mañana. 

temprano Edwin había pedido que prepararán el carro porque iban a visitar a la familia Castillo.

En el coche, a Cristina le dolía todo el cuerpo. Para que no se supiera que no era la novia de verdad, durmió en el suelo de la habitación de Edwin.

El suelo estaba frío y duro, y no durmió bien en toda la noche. Pero ante la idea de ir más tarde a ver a la familia, se armó de valor y sus ojos se enfriaron aún recordaba que su padre la había vendido como un juguete como algo que le estorbaba y ya no quería volver a ver.

Al bajarse del auto Cintia se acercó a la silla de Edwin para empujarlo hasta la entrada principal, en lo que caminaba vio a Mariana y a los demás, dispuestos a darles la bienvenida.

—Cristina, Edwin, bienvenidos de nuevo.

Mariana llegó bastante leer para abrazarlo y darle un beso a la mejilla

—. Tienes buen aspecto. No tardarás mucho en recuperarte del todo.

Edwin Sonrió amablemente, a pesar de que ya conocía las intenciones de esa familia le sonrío como si no sucediera nada.

—El médico dijo que mis piernas estaban muy afectadas por el accidente de coche. Todavía necesito descansar. No estoy seguro de que pueda recuperarme tan bien como antes.

El señor Carlos fingió estar preocupado por él. —¿Por qué no descansas en casa?, Eres bienvenido en esta casa cada vez que quieras venir Recuerda que somos familia.

Carlos cada vez que veía la oportunidad le recordaba que ahora son familia.

—Le agradezco a Cristina por despertarme. Ella quería venir a verte hoy. No quiero que salga sola.

después de los halagos que dio hacia Cristina se acercó son de ella y la tomo de la mano y con una sonrisa sincera la miro a los ojos.

Al saber que estaba actuando, Cristina se quedó atónita durante unos segundos. Luego mostró una dulce sonrisa.

—Edwin dice que se preocupa por mí. Intenté persuadirle varias veces, pero insistió en venir.

El Señor Carlos los observó y en el fondo no sabía cómo actuar pues no la miraba a los ojos porque sabía lo que le había dicho su hija, pero no era resentimiento, sino pena de verla. pero ahora que sabía que ella se lleva bien con Edwin era lo mejor así no podría afectar sus negocios.

Mariana a lo lejos observa la interacción de ellos y comenzó a odiar la más, si no fuera por el accidente que tuvo en estos momentos de ella fuera la señora de Collins. pero al ver que él había quedado inválido ella se arrepintió mucho en ser su prometida Así que le rogó mucho su padre en que su hermana tomara su lugar que fuera una sustituta porque no podía convertirse en la esposa de un hombre que se encontraba en coma podría ser muy guapo, pero no Estaba dispuesta a gastar toda su vida y energía en alguien que tal vez nunca iba a despertar.

Para ella era mejor estar con alguien que le pudiera dar la libertad financiera y al mismo tiempo cierta atención, durante el tiempo que estuvo comprometida con Edwin amas y le mostró una sonrisa o una mirada tan romántica cómo lo hace con su hermana Así que sus intenciones eran pedirle a su hermana que se retracte del matrimonio y pidiera el divorcio para ella poderse casar con él.

"La obligaré a que deje a Edwin, siempre hace lo que le digo".

Sabía que De cualquier manera su hermana siempre cumplía sus caprichos pues si no hacía lo que ella quería su padre la castigaba y esta vez no iba a ser una excepción y aprovechar cualquier momento iba a hablar con ella.

el Señor Carlos siempre hacia lo que le pedí a su hija y su esposa para el Cristina su hija ilegítima no era nada en comparación de ellas, Así que cada vez que llegaba y tenía un problema con esa joven le echaban al olvido y creía solo lo que decía su mujer.