la historia de Tomas y Sofhi, esta novela es la secuela de mi primer libro Nuestra guerra.
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Capítulo 7 Pensando en el
Narra Sofhi
Salgo del garaje y toco mis labios, pues pude sentir por primera vez el sabor de los suyos, llego donde están todos sentados y mientras ellos platican y ríen, yo me quedo saboreando ese delicioso momento con Tomy, no sé qué pensar de este día, pero definitivamente ha sido el mejor de todos, obvio omitiendo el momento incomodo, aunque pensándolo bien eso también me gusto, no seré toda la vida una boba, y mi sueño es que Tomas sea mi primer amor, primera vez, mi primer todo.
Pasan al menos dos horas más y ya nos estamos despidiendo, mi hermano y él están en un secreteo que quien sabe que locuras estarán planeando, sin embargo hago caso omiso, subimos al auto y me quedo dormida todo el camino hasta llegar a casa, papa me despierta, nos bajamos y al entrar ya está Mily lista para salir, ella siempre ha sido nuestra niñera y ahora es la niñera de Liam, Susana y pronto de los bebes, la queremos mucho pues la conocemos de toda la vida, le doy un beso de despedida y subo rápidamente a mi habitación, me cambio para ponerme mi pijama, me tumbo en mi cama donde me quedo dormida al instante .
Llega la mañana y con ella otro día más de estudio, me levanto, me cepillo, me baño, me visto y bajo a la cocina para comer con María, ella es la persona que nos ayuda con los quehaceres de la casa junto con otra persona, también la conozco desde que tengo memoria, ella y Mily hacen parte de nuestra familia, María tiene alrededor de 58 años, nunca me lo ha confirmado, pero es lo que pongo en edad más o menos, es como si fuera mi abuela y no por su edad, sino porque lleva con nosotros más de 11 años, además nos aguanta, nos escucha, nos consiente y nos aconseja.
- Mi niñas vas a desayunar – me pregunta
- Tranquila Abu, solo comeré fruta – (le digo Abu de cariño)
voy al refrigerador y saco la fruta para lavarla, por otra lado pongo hacer café para María, no soy de las que queda sentada esperando que todo se lo ponga en la mano, también me gusta servir a los demás y más a los que quiero, tomo mi fruta y le doy la taza de café a María, siempre me gusta sentarme a desayunar con ella, mientras cómo ella se toma su café, aprovecho ese tiempo para platicarle mis asuntos y ella me llena de su infinita sabiduría, a su edad debe saber mucho creo yo.
- Abu crees que si un chico te da un beso aquí – digo señalando el lugar donde Tomy me dio el beso anoche – ¿quiere decir que le gustas?
- Hay mi niña, yo creo el joven Tomas no te conviene – me dice y la miro sorprendida
- Yo no dije que fuera el – le digo negando
- Quién más si no el, usted no es de esas niñas que se ande dejando de cualquiera, además siempre has estado enamora de el – me dice
- Hay Abu a ti no te puedo engañar – le respondo con tristeza
en ese instante llega papa y cambio el tema de conversación ,me levanto, le doy un beso y le sirvo una taza de café, ya nos sentamos los tres a platicar y reír de lo ruidosa que es nuestra casa y de lo que nos espera cuando nazcan los bebes en menos de tres meses, no sé cómo mama aguanta esa barriga tan enorme que carga, además me intriga como se mantiene tan hermosa incluso embarazada, al terminar papa su bebida se ofrece llevarme a la escuela, así que subo corriendo para tomar mis cosas, bajo veloz me despido de todos y salimos. Llegamos a la escuela y papa sigue su rumbo, voy directo a salón de clases y allí lo veo sentado junto con sus amigotes que bien insoportables que son, me acerco lo saludo, el me hace un pequeño gesto, pero es más de indiferencia, me molesto así que me voy a sentar con Olivia.
Ya en nuestro tiempo de descanso le platico lo que paso ayer en casa de Tomas, ella me mira con sorpresa y risa a la vez y me cuestiona.
- ¿Y cómo es? – me pregunta
- ¿Qué? – le pregunto
- Su… su… tu sabes, lo que le viste – me dice riendo pícaramente
- Pues no sé, es el único que he visto, sin contar que no lo pude medir – le digo y las dos nos ponemos a reír