4 maravillosas historias finalizadas sobre hombres embarazados, si no es lo tuyo que te vaya bien y si te gusta bienvenido 🥰🥰😘😘.
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Capítulo 7
-Tu hijo es muy lindo -Max no sabia como romper la barrera que Jael había puesto contra el mientras conducían de regreso.
-Gracias.
-¿Estas seguro que es tuyo?.
Un gesto de burla y pesar se dibujo en Jael. -Si, creeme estoy muy, muy, muy, seguro de que es mio.
-Es sólo que...-un auto paso apresurado a su lado casi chocandolos-. ¿¡Que esta pasando!? -Max grito a su chófer que conducía con uno de sus guardaespaldas de copiloto mientras el iba atrás con Jael.
-No se que está pasando -el piloto redujo la velocidad mientras un montón de autos los rebasaban a toda velocidad.
-Es una amenaza de huracán -el copiloto dijo mirando su teléfono.
-¿Qué? -Max bajo el vidrio del auto y el viento soplaba con fuerza, el teléfono de Jael sonó.
-¿Jelina? Si, si, si, entiendo yo...-la desesperación se marcó en su rostro mientras miraba a Max y la puerta del auto.
-¡Vuelve al aeropuerto! -Max ordenó.
-Pero señor es peligroso, todos están tratando de escapar -el piloto se negó mientras aceleraba y la desesperación de Jael crecía.
-Pará el auto -amenazó poniendo un arma en la cabeza del tipo, a lo que este paro y de una patada fue bajado del auto y reemplazado por Max que tomó el volante-. Quedate con el y encargate -ordenó a otro de sus hombres-. Pasaré por ti luego.
-Si señor -el guardaespaldas asintió.
-Gracias, asegúrate de no estar demasiado...sucio cuando vuelva, no quiero ver sucio mi auto -Max aceleró y volvió a toda velocidad al aeropuerto, el viento helado y húmedo era feroz, a Jael no pareció importarle esto y corrió hacia el interior sin importar el peligro que las paredes de vidrio que se empezaban a rajar por la fuerza del fenómeno natural representaba y la mayoría no notaba.
-¡Papá! ¡Papá! -en un rincón Jelina protegía con su cuerpo a Máxi que lloraba asustado ante la fuerza del huracán que cada vez estaba más cerca y la desesperación de la gente que corría despavorida de un lado a otro intentando ponerse a salvo.
-Mi amor -Jael abrazo a Máxi con alivio-. ¿Jelina estas bien?.
-Si, pero tenemos que salir de aquí porque esto va a empeorar -la mujer de unos 25 años, cabello rubio y ojos negros dijo.
-Si, no se a donde pero tenemos que buscar un lugar seguro -Jael se había olvidado por completo de Max.
-Te llevaré a casa, estarán a salvo allí -el susodicho dijo a sus espaldas.
-Si...estar en lo alto de un edificio en tu penthouse no se me hace muy seguro.
-Tengo una casa a menos de una hora de aquí, estaremos a salvo allí, el lugar tiene un gran sótano por lo que no tienes que preocuparte -mientras Max explicaba esto la pared de vidrio de 6 metros de altura, no soporto más la fuerza del viento y voló en pedazos, provocando gritos en las personas que se encontraban allí.
-¿Estas bien? -Jael reviso al niño que lloraba asustado, en el momento que los vidrios habían volado Jael había puesto su cuerpo para evitar que Jelina o el bebé salueran lastimados, Max por su parte nisiquiera había logrado reaccionar-. Si vamos a tu casa -Jael estaba vestido con unos jeans de lona, zapatos y cinturón café y una camisa blanca de botones, camisa que ahora estaba llenas de pequeñas manchas de sangre ya que a pesar de haber estado retirados de la entrada cuando la pared colapso. Aún asi algunas piezas pequeñas de filoso vidrio habían sido lanzadas sobre Jael.
-Vámonos antes de que esto empeore -Max no sabía que hacer con la impotencia que le producía que Jael ahora estuviera herido y el no hubiera podido hacer nada para protegerlo.
-Si -los 3 adultos se encaminaron al auto mientras el bebé era sostenido en brazos por su padre-. ¿No iras por tus hombres? -Jael preguntó cuando vio que Max conducía en la dirección contraria.
-Solo conozco a uno, lo conozco tan bien que se que no es necesario dar explicaciones para que esté bien -este contesto, la mujer al lado de Jael despertaba en el horribles y muy intensos celos que corroian su alma llenando su mente de todas las maneras en las que podía provocar una muerte indolora. El era un idiota y no lo iba a negar, quería a Jael y lo quería solo para el porque no estaba dispuesto a compartirlo con nadie, ni siquiera con su esposa. Pero era claro que la mujer era buena y quería a su familia lo cual derivaba en un dilema moral para Max, no porque la mujer le importara sino porque no estaba seguro de que Jael superará la muerte de su esposa si la mataba. Bueno solo se desearía de ella si Jael no le daba una oportunidad o si ella se volvia una molestia.
Nota: No íba a publicar hoy pero lo haré, este capítulo está dedicado a Dolii, muchas gracias por todos esos puntos, hoy tendrás un pequeño maraton de esta novela espero lo disfrutes.