Brenda Sanches es una mujer de 29 años que después de descubrir a su enamorado con quien pensaba ser madre decidí irse y hacerse madre mediante inseminación artificial lo que no sabe que el donante no es humano por error a ella le llegó su donación y el reclamara a sus hijos que pasara entre ellos ? estarán juntos por amor oh llegarán a un acuerdo por sus hijos ven a leer esta historia facinante
NovelToon tiene autorización de Aye Simbron para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capitulo 5
La mentira perfecta
Apenas el auto se detuvo, Santiago bajó primero y luego me abrió la puerta con ese aire serio y autoritario que lo caracterizaba. Nos adentramos en la mansión, un lugar inmenso y elegante. Parecía más una casa sacada de una película que un lugar real. Cada rincón estaba cuidado hasta el más mínimo detalle.
—Bueno —dijo él, caminando a mi lado—. Aquí estarás junto a mí.
—Ya veo… —respondí mientras recorría con la mirada el enorme vestíbulo.
Entonces, se giró hacia mí con una expresión algo más seria.
—Por cierto, tendrás que fingir que estamos saliendo. Aquí todos deben creerlo, especialmente una empleada que viene a veces desde la casa de mis padres. Y créeme… habla más de la cuenta.
—De acuerdo, fingiremos —asentí sin poner mucha resistencia. No parecía una petición, sino una orden disfrazada.
—Ah, y sobre tu ropa… no te preocupes —añadió, sacando una tarjeta de crédito negra de su chaqueta y tendiéndomela—. Usa esto. Puedes comprar lo que necesites. Lo que quieras.
—No hace falta, de verdad —intenté rechazarla—. Solo necesito ir a buscar mis cosas a mi casa.
—Para mí sí es necesario —insistió, firme—. Tendrás a mi cachorro. Prometí cuidarlos, y eso incluye que no te falte nada.
—Lo entiendo… pero buscar mi ropa no es tan grave —dije, cruzándome de brazos.
—Lo sé. Pero hasta que la tengamos aquí, puedes usar la tarjeta. Ya te dije, nada debe faltarte. Ni a ti… ni a mi hijo.
Suspiré. Este tipo no conocía el significado de "límites".
—Gracias… pero solo quiero que me trates como a cualquier otra. No porque lleve a tu hijo dentro tienes que actuar diferente conmigo.
Él me sostuvo la mirada unos segundos.
—No te preocupes. Lo hago por él. Pero también es necesario que los demás crean que somos una pareja. Es por seguridad.
—No creo que sea necesario llegar a tanto… nada malo va a pasar.
—Tú no sabes eso —me interrumpió con voz firme—. Yo sí tengo enemigos. Y no me arriesgaré a que tú o mi cachorro estén en peligro. Por eso también te pido que no trabajes. Si necesitas algo, pídeselo a los empleados… o a mí.
Me molestó un poco.
—Gracias, sé que lo haces para protegernos. Pero sé cuidarme sola. Trabajar no me va a m*tar, ni va a hacerle daño al bebé.
Él se acercó un paso más.
—Eres terca —murmuró—. Ya te dije que no hace falta que trabajes. En esa tarjeta hay suficiente dinero como para comprar una casa… o tres. No necesitas hacer nada.
—Umm… Pues yo sí voy a trabajar. No quiero un trato especial.
Mientras él rodaba los ojos, yo saqué el celular y le escribí a mi mejor amiga. Necesitaba contárselo a alguien.
Yo: Hola amiga… no sabes lo que pasó 😳
Alexa: ¡Hola bella! ¿Qué pasó?
Yo: Fui al chequeo… el bebé está bien ❤️ pero la doctora se puso rara y descubrió que… es un licántropo.
Alexa: 😱 ¡¿Quéeee?!
Yo: Y no solo eso… el donante por error fue… Santiago Black.
Alexa: ¡OTRA VEZ, NO! 😭 Amiga, ¡vas a tener un hijo del jefe! Encima… no es humano, entonces él tampoco lo es 😨
Yo: Exacto… y justo cuando veíamos la ecografía, ¡él apareció! Quiso ver al bebé y me dijo que debía ir a vivir con él.
Alexa: ¿Bella estás perdiendo la razon o qué? ¿Y aceptaste?
Yo: No me dio opción. Dijo que era por seguridad.
Alexa: Bueno… entre nosotras, mejor allá que en cualquier parte. Igual te visitaré. Además… ¡vas a convivir con ese hermoso hombre! 😏
Yo: No, no, no. Nada de eso. Solo vamos a convivir. De hecho, me pidió fingir que somos pareja. Dice que así es más seguro.
Alexa: ¡Qué suerte la tuya! En mi otra vida quiero ser tú 🙄
Yo: 🙄🙈
La charla siguió unos minutos más, hasta que la noche cayó por completo. Una de las empleadas me avisó que la cena estaba servida. Y, por supuesto, Santiago me esperaba en el comedor, como si fuéramos una pareja real…