Ajaw Y Las Discípulas

Un conjunto de brujos se reunían en un castillo ubicado a la mitad del bosque. Un lugar profundo y escondido al que nadie sin conocimiento podría llegar.

—Hermanos, gracias por asistir hoy aquí.—Dentro del castillo había una sección de rocas colocadas en forma de círculo. Las rocas tenían figura de seres deformes que tenían distintas posiciones. Algunos en señal de ataque, otros disponiéndose a volar y otros más reposando agachados. Estaban perfectamente alineadas con el mismo espacio de separación unas de otras haciendo el círculo perfecto. En el centro de estas, había una más donde el brujo que organizaba estaba de pie sobre ella.

Los demás estaban fuera del círculo atentos a escuchar lo que su anfitrión tenía que decirles. 

—El día de hoy vamos a efectuar un ritual antiguo con el cual reviviremos a los espíritus que aquí fueron enterrados en la era pasada. Con ellos liberados y trabajando para nosotros tendremos mucho más poder que el que nunca tuvimos. Poder que usaremos para cambiar y derrotar a los que en el pasado nos desafiaron.

El eco de emoción de los brujos que le acompañaban se hizo presente. Todos ellos habían sido marcados por la derrota anteriormente en la que se consideró la batalla del milenio.

—La magia es un regalo del universo para la que no todos los humanos están listos.—Continuaba el discurso con una voz muy alterada. Con movimientos bruscos que movían notoriamente sus largas mangas de color negro. Estas componían la capa que formaba la vestimenta obscura del brujo.—Le dicen don a la acción de concretarse con los espíritus o sentir las energías, no saben que el verdadero don es el control propio de la energía. En estos siglos muchos aficionados se llaman así mismos brujas, magos y hechiceros sin saber el contexto ni las diferencias. Tienen problemas incluso relacionándose con el tarot, llamándose expertos de las artes oscuras y ciencias matemáticas por hacerlo. Es patético como el nombre de la magia y los hechizos han caído tan bajo. Todo gracias a escuelas e institutos estúpidos como el Golden Huay, que se atreven a retar la naturaleza y órden del universo. Proponiendo cursos y aceptando a cualquiera a formar parte de ellos. En el pasado perdimos la batalla por ese brujo que tomó ventaja de la forma más vil, Ajaw es el responsable de esto.

Todos los brujos comenzaron a hacer ruido repudiando el nombre de este personaje al que detestaban demasiado. Sus energías se estremecían solo de la mención recordando un profundo odio que sentían por él.

—La hora ha llegado, liberemos la energía de este templo que era usado por criaturas místicas, desbloquearemos toda esa energía y la uniremos a nuestros cuerpos.

Los brujos ahí reunidos que también tenían capas negras cubriendo sus cabezas y rostros, comenzaron a danzar en forma de círculos rodeando los grandes pilares de piedra.

El ambiente comenzó a cambiar drásticamente en cuanto la energía se refiere. El viento se dejó sentir desenfrenadamente moviendo con brusquedad todo lo que había presente.

El brujo mayor que era él que dirigía todo, agarró aire entre sus pulmones conectándose con el entorno y empezó a decir una serie de palabras en voz alta difíciles de entender. Después de un minuto diciendolas cortó su mano con una daga de color plateado derramando su sangre en la roca donde estaba.

El viento se calmó notoriamente, en su lugar llegó un calor extremo cuya fuente eran las propias rocas, como si trataran de expulsar algo.

El resto de brujos siguió la acción de su líder y cortaron uno a uno sus manos para derramar sangre que caía en el suelo pero dentro del círculo. Después de algunos segundos el líquido derramado se movió por el suelo como si tuviera vida propia. Lo hizo corriendo en la misma dirección uniendo toda la sangre derramada.

Se unió a las rocas pintándolas de su brilloso color rojo. Fue como si las succionaran para hidratarse, llenádose de vida. En cuestión de segundos una luz muy penetrante comenzó a aparecer ante los ojos de todos de un círculo que salió de la nada arriba de las rocas. Después este círculo se esfumó dejando atrás rayos de luz que entraron en las rocas respectivamente.

—¡Espíritus antiguos! ¿Pueden escucharnos?—El brujo mayor trataba de comunicarse con ellos levantando las manos al cielo.—Somos sus aliados, quienes les hemos invocado para hacer una tregua.

Se hizo un remolino casi imperceptible delante de ellos, de dónde salía una voz muy fuerte y penetrante.

—¿Nuestros aliados? Nosotros no tenemos ningún aliado, no debiste perturbar nuestro descanso. Si no nos ofreces algo de valor serás castigado.

—¿Qué más de valor puede ser útil para ustedes que las almas y cuerpos de los impuros que osan practicar las artes místicas sin un respeto?

—Si los tienes traelos y nosotros nos alimentaremos de ellos.

—Nada me gustaría más que complacer su mandato pero no es tan sencillo. Se han hecho fuertes y nos superan en número. Ellos se están exhibiendo como conocedores y expertos enseñando a quien no deben, por eso es que necesitamos de su ayuda para romper esa fuerza que nos perjudica a todos.

—Hemos estado dormidos mucho tiempo, ahora tenemos hambre. Muestren sus ofrendas y pensaremos lo que proponen.

—Muy bien, nuestra sangre los liberó y nuestra sangre será la que les alimente, así firmarémos nuestro nuevo convenio.—El brujo mayor agarró nuevamente la daga y cortó su otro brazo pero está vez la sangre que salía de la herida era succionada sin caer al piso por las energías que habían salido de las rocas.—Beban y nutran sus cuerpos pero no demasiado, les prometo mucho más de esto trayendoles la sangre de esos impuros. ¡Hermanos míos, presenten sus ofrendas a nuestros aliados!

El resto de brujos se acercaron aún más a las rocas y con sus dagas rasgaron sus brazos para hacer salir la sangre que alimentaría a los espíritus.

La sangre evadía la gravedad dirigiéndose directamente a las rocas, fusionándose con ellas.

—Aceptaremos la ofrenda, es sangre por donde corre la auténtica magia, es suficiente por ahora. Les prestaremos parte de nuestro poder y conocimiento para que destruyan a todos los que quieran pero su sangre debe ser nuestra.—El espíritu comenzó a salir de la roca tomando forma humanoide parándose enfrente del brujo mayor.—Pero no solo eso exigimos, también queremos que traigas a ese brujo Ajaw aquí mismo, nosotros lo juzgaremos.

El brujo mayor movió la cabeza en señal afirmativa, permitiendose recibir la energía de los espíritus mientras sonreía macabramente con la luz de la luna reflejada en su rostro.