Nací Para Ser La Villana Del Cuento

Capítulo 6 - La alianza de los desterrados

—Cuando Selene me envió el mensaje de que habías logrado escapar, no podía creerlo —dijo Endymion, sujetando mis hombros con firmeza—. Temía por tu vida, Lilith. Tu padre y Azrael están decididos a eliminarte.

Asentí con gravedad, consciente de la gran amenaza que se cernía sobre mí.

—Lo sé, Endymion —respondí con determinación—. Pero ya no tengo miedo. He descubierto la verdad sobre mis poderes, y estoy lista para enfrentarlos.

Mi mentor me miró con una mezcla de sorpresa y orgullo.

—¿Quieres decir que has logrado dominarlos? —preguntó con cautela.

—Así es —afirmé, esbozando una leve sonrisa—. Gracias a la ayuda de Selene, he aprendido a canalizar mi magia hacia la luz. Ahora sé que puedo usarla para proteger a este reino, no para destruirlo.

Endymion me observó en silencio por unos instantes, antes de asentir con una sonrisa.

—Me alegro mucho de escuchar eso, Lilith —dijo, apretando mi mano con afecto—. Sabía que podrías lograrlo.

Su mirada se desvió entonces hacia Selene, que se había mantenido al margen durante nuestro reencuentro.

—Y estoy muy agradecido contigo, Selene —añadió—. Por haber encontrado a Lilith y haberla ayudado a descubrir su verdadero potencial.

Selene asintió con serenidad.

—No hay nada que agradecer, Endymion —respondió—. Simplemente he cumplido con mi deber de proteger a la princesa destinada a salvar a este reino.

—Entonces, ¿sabes algo más sobre esa profecía? —pregunté, intrigada.

Selene suspiró y se sentó en uno de los bancos de piedra que decoraban el templo.

—La profecía es antigua y oscura —comenzó a explicar—. Habla de una princesa de cabellos negros, poseedora de poderes mágicos increíbles, que será la clave para evitar la caída de este reino.

Hizo una pausa, y pude ver una sombra de preocupación cruzar su rostro.

—Pero también advierte que, si esa princesa sucumbe a la oscuridad, su poder será capaz de destruirlo todo a su paso.

Endymion y yo intercambiamos una mirada cargada de significado. Era evidente que el destino de este reino, y tal vez del mundo entero, descansaba sobre mis hombros.

—Entonces, ¿qué debo hacer? —pregunté con determinación—. ¿Cómo puedo asegurarme de que no me desviaré del camino correcto?

Selene me miró con una expresión seria.

—Tienes que estar dispuesta a enfrentar a tus propios demonios, Lilith —respondió—. Debes ser más fuerte que la oscuridad que te acecha, y estar preparada para sacrificarlo todo por el bien del reino.

Sentí un nudo en la garganta ante la gravedad de sus palabras. ¿Estaba realmente lista para asumir esa enorme responsabilidad?

Endymion se acercó a mí y puso una mano reconfortante sobre mi hombro.

—No estás sola en esto, Lilith —dijo con firmeza—. Selene y yo estaremos a tu lado, ayudándote a recorrer este camino.

Asentí, sintiendo cómo la determinación volvía a florecer en mi interior.

—Entonces, ¿cuál es el siguiente paso? —pregunté, lista para enfrentar lo que fuera.

Selene se levantó y me miró con una sonrisa enigmática.

—Es hora de que conozcas a tus otros aliados —respondió—. Aquellos que también han sido desterrados y marginados por este reino, pero que ahora están dispuestos a luchar a tu lado.

Sentí que el corazón me latía con fuerza. ¿Quiénes serían esos misteriosos aliados? Y, sobre todo, ¿estarían dispuestos a confiar en mí y a ayudarme a cumplir con mi destino?

Sin más demora, seguí a Selene y a Endymion a través de los oscuros pasillos del templo, lista para enfrentar lo que sea que me esperaba.