LA FINCA

Después de que se fue Don Martin, El general Garza, subió a hablar con su hija, llegó hasta su puerta y tocó.

General: Celia hija, puedo pasar?

Celia: Adelante padre.

General: Querida hija mía, tenemos que hablar. Está tarde vino a nuestra casa el señor Martin Rodríguez, me ha pedido tu mano en matrimonio y e decido dársela.

Celia: Pero padre, no lo conozco, no sé que intenciones tiene.

General: Basta Celia, aquí mando yo, soy tu padre y decido lo que más te conviene, y no quiero oírte refutar.

Celia: Pero padre, no ves que te ha envenenado la mente para que le creas.

General: Basta Celia, ni una palabra más, harás lo que te he dicho y punto, no quiero oír más quejas y vete preparando vendrá a verte todas las tardes a partir de mañana, por ciento comenzarás los preparativos de la boda, debe realizarse en 1 mes.

Dicho esto salió de la habitación azotando la puerta, estaba realmente furioso.

Se fue directo a su despacho y de pronto alguien tocó a su puerta, era su hijo Manuel, él era 3 años menor que su hija, tenía 15 y Celia 18.

Manuel: Padre, puedo hablar con usted?

General: Dime, qué te ocurre Manuel?

Manuel: Quiero hablar del compromiso de mi hermana con ese hombre.

General: No hay nada que hablar está decidido, se casara con Don Martin Rodríguez y punto. Ahora retiraté.

Manuel: Está bien padre.

A nadie le gustaba enfrentar al general, su palabra era ley y don Martin lo había convencido muy fácilmente.

Fue así como comenzó la primera cita de don Martin, Celia lo enfrentó y le exigió que se alejara de ella.

Celia: No sé que le haya dicho a mi padre, pero le exijo que se aleje de mí, no estoy dispuesta a vivir en esta mentira vil, ya es bastante lidiar con mi padre, como para ahora tener que lidiar con usted.

Martin: Amada Celia, yo solo quiero ser feliz a su lado, mi exesposa me ha abandonado llevándose a mis hijos, no cree que merezco una oportunidad más en el amor?

Celia: No me haga reír, casualmente su esposa se fue con otro hombre, y ahora usted es soltero y rico, pues entonces busque una soltera de su edad y déjeme en paz.

Martin: Se lo diré solo 1 vez Celia, usted ya es mía, así que no intenté nada estúpido, usted no sabe de lo que soy capaz.

Celia: No me amenacé, bien sabe que soy mucho para alguien como usted, si lo soporto, es por mi padre, pero ni crea que tendrá mi corazón, podrá tener mi cuerpo pero jamás tendrá mi amor, eso nunca lo olvide y grabé lo bien en esa cabeza, jamás tendrá mi amor.

Celia no era como las otras mujeres, Celia tenía cierto grado de estudios, y era una mujer inteligente, Martin no sabía que tan aguerrida sería Celia para él, quizás ella le haría pagar un poco, de lo malo que él había hecho.

Era una rubia inteligente, hermosa, llena de cualidades y defectos, pero muy fuerte de carácter, el haber quedado sin su madre tan joven la había hecho, una chica de incomparable Carácter. Martin creía que podría domar a tan obstinada chica, pero ni siquiera su padre había podido.

Solo quedaba esperar a la gran boda que sería, un evento con mucha parafernalia, sería la segunda boda de Martin, nada tendría que ver con la 1, que fue humilde y hermosa, está estaría llena de ostentosidad y despilfarró, el dinero no sería problema.

Ya el destino dictará, que le depara a esta pareja, Celia contra Martin, quien gana y quién pierde. La batalla comienza.